En la historia reciente de Nacional, solamente un equipo tricolor tuvo números mejores que los del ganador del Apertura 2014. Pero esto no fue suficiente para ser campeón.

Adentro de la cancha Nacional le sacó 14 puntos a su tradicional adversario. Afuera, en la tribuna; Nacional también fue campeón y la ventaja fueron muchos más que 14 puntos.

En este momento de alegría para todos los hinchas del Decano del fútbol uruguayo resulta conveniente hacer un análisis de lo que este logro significa.

Nacional se consagró campeón a lo Nacional, remontando el clásico, y con muchísimos jugadores formados y criados en la institución lo que hace más disfrutable el título.

En la madrugada del lunes de hace siete madrugadas yo estaba sentado en la soledad de la tribuna mientras vos dormías o intentabas dormir.

Como en el 98, pero en 2014, con un golazo de tiro libre Nacional vence a Peñarol.

A pesar de que no pateó ni una vez al arco, ni disputó ninguna pelota, es uno más de los artífices de una histórica remontada, llevada adelante por un equipo que está a punto alcanzar otros récords.

Cinco minutos antes de despertarme estaba soñando que perdíamos y que el arquero contrario era protagonista de algo, porque sentía que lo nombraban en el sueño.

Sos hincha. Sos talento. Sos alegría. Sos humilde. Sos respetado. Sos querido. Sos ejemplo. Y vaya si sos ejemplo.

Pocas cosas se viven y disfrutan como un triunfo clásico. El hincha lleva su imaginación y sus emociones al límite y es capaz de engendrar y compartir los mejores recuerdos.