Como en el 98, pero en 2014, con un golazo de tiro libre Nacional vence a Peñarol.
A lo largo y ancho de la historia Nacional ha contado con jugadores de las más diversas características. Jugadores como Óscar Javier Morales y Santiago Ostolaza se hicieron ídolos por su garra a la hora de dividir la pelota contra los rivales, otros como Munúa y Seré volando cada vez que fue necesario para custodiar el arco de Nacional, y otros como Álvaro Recoba y Rubén Sosa a partir de sus cualidades técnicas para controlar, pasar y pegarle a la pelota.
La pelota quieta y el juego aéreo, ambas marcas registradas del fútbol uruguayo; estuvieron presentes el domingo en el Centenario, cuando Nacional mediante esas vías consiguió dar vuelta el resultado. Primero y tras córner desde la derecha ejecutado por Carlos De Pena, Diego Arismendi y Gustavo Munúa se elevaron en las alturas como el “Vasco” contra el PSV en el 88- también cuando el tiempo se agotaba-. Pero lo mejor estaba por venir, otra vez la pelota quieta, y otra vez un zurdo el encargado de pegarle a la pelota. El gol que Álvaro Recoba le realizó a Peñarol el pasado domingo despertó las comparaciones con aquel que Rubén Sosa le convirtió al mismo rival en el 98.
Mismo arco y escenario, la hinchada de Peñarol como testigo más cercano, diferente tiempo y ejecutante, en el 98 le pegó el 10, en el 2014 el 20. Ambos zurdos y ambos decretaron el segundo. En aquel entonces el equipo dirigido por Hugo De León venció al de Gregorio Pérez por 4 goles a 2, el pasado domingo el de Gutiérrez venció al que hasta ese momento dirigía Fossati por 2 a 1.
El de Sosita fue un tiro más recto, sin chanfle ni comba. Un golpe en seco para que la pelota se vaya levantado hasta meterse en el ángulo superior izquierdo del arco defendido por Flores. El de Recoba fue todo lo contrario, la pelota hizo otro recorrido pero llegó al mismo lugar. El 20 optó por darle toda la rosca, solo como su pie zurdo puede darle. Migliore se tiró pero no pudo ante tanta precisión, la pelota entraba a media altura esquinada sobre el palo izquierdo del arco de Peñarol. Algunos hinchas preferían no mirar, otros lo saborearon desde los pasitos previos que el “chino” ensayaba antes de pegarle a la penalty. Claro que el del “Chino” tendrá otro sabor con el paso de los años, por cómo se dio será recordado como aquel clásico que se lo dimos vuelta en los descuentos, como les gustaría hacerlo a ellos pero que solo Nacional lo puede hacer.
El “Principito” y el “Chino”; ambos de las divisiones formativas de Danubio, ambos idolatrados en el Inter de Milán, y ambos acertados en terminar sus carreras deportivas en el club más grande del Uruguay.
Golazos como estos se guardan para siempre en lo más intimo del corazón de cada hincha de Nacional, que recordarán con una sonrisa dibujada en la cara los goles de Rubén Sosa y Álvaro Recoba, entre los tantos jugadores que nos han hecho saltar de la alegría convirtiendo goles clásicos.
Ignacio Arbelo
decano.com
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