Llano y claro en el diálogo, buen comunicador de sus conocimientos y entusiasmado de la oportunidad de crecimiento personal y profesional. Hablamos con el profe Félix Martínez.

El aislamiento físico y la tecnología nos permitieron en esta ocasión entrevistar y conocer al profe Félix Martínez, primer responsable de la preparación física del plantel principal del Club Nacional de Football. La impresión que nos llevamos del joven profesional concuerda con lo que de él nos habían comentado. Llano y claro en el diálogo, buen comunicador de sus conocimientos y entusiasmado de la oportunidad de crecimiento personal y profesional.

Sabemos que tiene seres queridos en España y queremos saber cómo están sobrellevando esta situación.
Sí, están allá mis padres, mi hermana, familiares directos y amigos. Mi pareja está viviendo en Montevideo desde hace un mes y algo. Estamos atentos a la situación; por suerte los seres queridos y las personas cercanas están bien. Hubo contagios en un par de amigos pero por suerte ya se han recuperado.

¿Cómo lleva la vida en Montevideo?
Bien, con tranquilidad. Últimamente recluido, pero muy bien. Cuando arrancamos en enero me costó un poquito el cambio de estación por venir del frío, y acá hizo mucho calor en la pretemporada. También sucedió que salimos de Cartagena en plena temporada y habría que reengancharse con otra pretemporada. Más allá de eso, Montevideo es una ciudad muy agradable. Al principio me parecía una ciudad muy grande, ahora ya me ubico mejor. Me parece una ciudad muy linda, me gusta la parte de la rambla. Ahora llevo un mes sin poder disfrutar, pero me ha resultado todo muy bien.

¿Tuvo que pensar mucho cuando Gustavo Munúa lo invitó a venir?
Lo que tuve que pensar fue a nivel de organizar mis cosas en España. En cuanto a la oportunidad no tuve ninguna duda. Es un club muy conocido, además en mi experiencia en el Deportivo la Coruña que es el que sigo desde pequeño, ha habido pases del uno al otro y visitas de Nacional a La Coruña. Es un club que conocía y más desde que estoy trabajando con Gustavo y Christian Berman que salieron de Nacional y ya lo estuvieron dirigiendo. Tenía claro que era una gran oportunidad, un trampolín y un club muy importante para trabajar.

Es muy joven pero ha tenido experiencias que llaman la atención. ¿Cómo fue trabajar con Clarence Seedorf?
Fue una experiencia enriquecedora a nivel profesional y personal. Tuve la suerte que me propusiesen. En ese momento estaba en el Equipo B, con Gustavo y Christian como preparador físico. Se dio la situación que cuando Clarence llegó, solicitó una persona que estuviera al tanto del trabajo con mediciones a través de GPS y yo ya estaba realizando esa función en el filial. Se me propone hacerlo en el primer equipo. De primeras fue una muy buena noticia y ya me tuve que poner a trabajar pues como la temporada estaba avanzada, no tenía la información de valores previos y referencias. Pero la verdad que muy bien.

De Seedorf destaco que es una persona que siempre genera buena energía a su alrededor y es alguien que se impone. No sólo por sus antecedentes futbolísticos, sino que es alguien con gran autoridad dentro del vestuario y maneja tanto lo profesional como lo personal de manera muy clara.

Tiene identificada la línea que busca y el camino a seguir. Además fue enriquecedor porque es alguien que viene de una cultura deportiva italiana, muy basada en lo físico y a uno le aporta una visión diferente.

¿Son muy diferentes los jugadores europeos a los sudamericanos? ¿Y los uruguayos?
Lo que veo fundamentalmente es que más allá del tipo de entrenamiento, el carácter competitivo que tiene el jugador uruguayo de forma innata es muy, muy alto. No tengo claro el por qué, no me atrevo a hacer un análisis muy exhaustivo pues no llevo el suficiente tiempo aquí. Sí veo que en España, los jugadores jóvenes o de cantera, venían de una carrera más confortable. Por instalaciones, día a día de trabajo, los equipamientos en general. Aquí en ese sentido es como que están un poco por debajo y eso hace que los jugadores que llegan a primer nivel, puedan aumentar su rendimiento y que no ponen excusas. Las excusas no existen a su alrededor. Esa sería la diferencia más grande que puedo ver.

¿Qué considera que le estaría faltando a Nacional para equiparar en instalaciones a clubes europeos?
Por suerte desde que llegamos en Los Céspedes podemos desempeñar todas las funciones. Puede haber mejoras en cosas puntuales. Por ejemplo ahora está planificado el inicio del nuevo gimnasio que la verdad es muy interesante y con posibilidad de trabajar muy bien con el plantel entero. Tenemos buenos campos para trabajar, el personal es suficiente y bien formado y el sistema GPS que es una herramienta de mucha información.

Sabiendo que Ud. es una persona que presta mucha atención a las herramientas tecnológicas, ¿le ha podido sacar todo el provecho a los chalecos GPS?
Sí, la verdad que sí. De hecho cuando llegamos, en el club ya había alguien cumpliendo esa función que es Nicolás Maidana y venía ya realizando un gran trabajo. Cuando llegamos lo que hicimos fue reunirnos con Nicolás para revisar como estaba trabajando y coincidía mucho con como lo hacíamos en España. La verdad que nos hizo todo más sencillo. Cuando te encuentras con una persona que maneja la misma información, entiende y controla los datos que te puede dar este sistema, simplemente lo que hay que hacer es ajustar en función del trabajo que se pretende llevar

¿Las pretemporadas se realizan de manera muy diferente en Uruguay con respecto a cómo trabajan en Europa?
En realidad como estamos hace poco, nos hace falta conocer un poco como se trabaja en otros clubes. Lo que hicimos en primer lugar fue traer nuestra modalidad de trabajo y adaptarla. Investigando un poco y hablando, quizás aquí las pretemporadas tienen una carga más física, más bien aislada de tareas con el balón y el juego. Nosotros por modalidad de entrenamiento, intentamos que el componente técnico y de juego siempre esté presente. Claramente en pretemporada se incrementan un poco las cargas en volumen, pero siempre bajo una evaluación.

Entendemos que no tiene sentido que un atleta sea muy resistente y muy rápido, si no es capaz de ejecutar en base a la toma de decisiones, el pase, la percepción del entorno, que son inherentes al juego. Consideramos que las tareas son más ricas si se aplican a la realidad, al juego.

Hay una tendencia a que los entrenamientos estén personalizados al tipo de jugador. ¿Eso provoca que los cuerpos técnicos deban ser más extensos?
Sí, es claro. No se puede hacer una labor de entrenamientos específicos y de individualización sin, por ejemplo, una persona que pueda extraer y analizar datos. También es necesario tener personas para llevar a cabo grupos reducidos, entrenamientos diferenciados. Lo mismo para los entrenamientos pre partido, o los compensatorios. Necesitas gente que esté en los trabajos preventivos en el gimnasio mientras otros están montando el trabajo de campo. Es claro que al final se terminan necesitando recursos humanos, sí o sí.

Existía el concepto de que, luego de las pretemporadas, el jugador iba evolucionando físicamente y el fin era llegar bien a las definiciones. Esta técnica, ¿modifica ese concepto?
Hay muchos modelos de gestión y administración de la carga. Se podría decir que todos han salido campeones y todos han descendido. No se puede hablar de que una es mejor o peor. La experiencia nos dice que lo mejor es que el jugador crea que esta es adecuada.

Al final entendemos que esos picos de forma (tomar el trabajo como fin, las definiciones) no tendría del todo sentido, porque valen lo mismo tres puntos en enero que tres puntos en junio. El ideal es llevar el nivel competitivo en las mejores condiciones posibles y siempre con el objetivo que son los tres puntos del próximo partido.

En algunas competiciones como por ejemplo los Mundiales, sí es interesante trabajar y llegar al pico de forma. Porque es algo puntual y necesitas tener la mejor versión en un período corto. En una temporada regular, lo interesante es que el rendimiento sea regular. Diría que hoy en día debemos hablar de micro-ciclos, semana a semana y analizar en esa semana si hay un partido, dos partidos. A partir de ello trabajar las cargas y la recuperación.

¿Cómo se planifican entrenamientos en estas condiciones de aislamiento por la pandemia? ¿El objetivo pasa a ser mantener la forma?
Hay dos objetivos principales. Uno es que el jugador mantenga su nivel aeróbico y condicional, y el otro es que mantenga el nivel músculo-esquelético en el mejor estado posible. Es inevitable que se genere un desentrenamiento, ya que las condiciones no son las de todos los días y los materiales tampoco. Lo que estamos haciendo es que en cada día de la semana, independientemente de las condiciones que tenga cada uno en su vivienda, todos los futbolistas tengan un plan colectivo, y por otra parte nos reunimos tres días a la semana para definir trabajos específicos. También estamos tratando de aumentar un poco las cargas a medida que los jugadores se van haciendo de equipamiento. Tratamos que los jugadores entrenen siempre bajo la mirada de los profes, para generar nivel de exigencia y también hace al buen ambiente de trabajo.

Suponiendo que confirman la vuelta del fútbol, ¿cuánto tiempo entiende necesario para tomar forma de cancha y de 90 minutos?
Bien, aquí tenemos como positivo, que a la vuelta, el punto de partida será mejor que cundo los jugadores se van de vacaciones, pues se ha venido realizando una tarea de base. Hoy los jugadores están en sus casas pero trabajando con regularidad. Es diferente a las vacaciones donde son más bien tiempos de desenchufe y ocio.

El aspecto negativo es el largo tiempo en que los futbolistas van a llegar sin situaciones de juego, de pelota. Es necesario programar dando prioridad a las situaciones específicas de partido. En cuanto al tiempo requerido, creo que de cuatro a seis semanas. Seis no tenemos claro si lo permite el calendario, pero mínimo entre cuatro y cinco semanas sería necesario.

Los futbolistas son personas que viven de la parte física y el trabajo colectivo. ¿Cómo se trabaja eso? ¿Cómo está el plantel en la parte mental?
Es una situación que cuesta. Nadie está preparado para vivir algo como esto. Lo que estamos haciendo es estar conectados tanto en los trabajos físicos con en forma individual. El cuerpo técnico los llama cada dos o tres días. A su vez, ellos mismos te contactan para consultar cosas. Además Nacional cuenta con un psicólogo en el cuerpo técnico y nos ofrece mecanismos para ir sobrellevando la situación. Tratamos que los jugadores sepan que estamos presentes y a la orden. Estamos en su misma situación y buscando las formas de salir lo mejor posible de esto.

En los trabajos que vienen realizando, ¿los jugadores mayores necesitan una atención diferente?
Estamos atendiendo situaciones y físicos individuales. Si por ejemplo un jugador tiene antecedentes de lesiones recurrentes, o dolores de algún tipo, se realizan modificaciones del trabajo grupal hacia el individual. También estamos tomando este parate para ver algunos casos individuales, por ejemplo, para ganar masa muscular o bajar en algunos porcentajes.

¿Cómo está Mathías Suárez? ¿Es viable hacer un trabajo en la musculatura para culminar este campeonato y luego operar?
Como toda lesión tiene una recuperación variable y observable. Es necesario analizar en función de cómo vaya evolucionando y respondiendo a los estímulos. El trabajo que hoy está pautado va de la mano de los servicios médicos y fisioterapeutas. Por ejemplo, está trabajando sin impactos. Su caso no es un tema muscular sino más bien articular. Es necesario ver como evoluciona y saber de sus sensaciones. Es viable que pueda participar y hacer la operación más adelante, pero depende de cómo evolucione.

En el caso de Rodrigo Amaral, venía de una larga lesión y tomando minutos de a poco, ¿cómo lo afecta la inactividad?
Tanto en Rodrigo como en todos los demás, este parate te corta el nivel competitivo y frena la evolución. Hoy está trabajando a la par con sus compañeros, con la misma intensidad. A la vuelta de los entrenamientos hay que recuperar lo que nos deja el parate, que es el campo y el día a día.

Si no hubiera surgido esta suspensión de actividad estaríamos en plena doble competencia. Es tema recurrente en Uruguay que es necesario priorizar a una de ellas. ¿No se puede ser competitivo en ambas?
Esto tiene una raíz. Cuando planificas la plantilla, las decisiones deben ir de la mano. Si tienes doble competencia es necesario armar la plantilla en base a esas necesidades. Si eso ya se hizo, lo que se debe hacer es gestionar esos recursos en base a la cantidad de partidos. Si no se hizo, bueno, ahí es necesario entrar en el debate.

No es lo mismo trabajar con 25 fichas que con 20. Son decisiones que a la larga terminan condicionando lo deportivo. En nuestra planificación está previsto que hay jugadores que van a tener más minutos y van a necesitar más descanso, y a otros a los cuales debemos complementarles el trabajo para que estén al mismo nivel cuando les toque jugar.

Una doble competencia va a exigir la participación de todos, dependiendo de cómo lo tengas gestionado, vas a estar más cerca de ganar.

Recientemente se incorporó al club Esteban Gesto, sinónimo de gloria, profesionalismo y compromiso. ¿Tiene alguna referencia o comentario sobre esto?
Sí, así como en Europa se puede hablar de referentes como “Paco” (Francisco) Seirulo, que desde el Barcelona trascendió al resto, en Sudamérica no cabe dudas que es una referencia importantísima. No sólo por lo que ha conseguido en títulos, sino por esa formación y esa capacidad que lo caracterizan.

No hemos tenido la suerte de profundizar en el conocimiento porque a su llegada estábamos en Lima y preparando el torneo local, y luego vino el parate por la pandemia. Pero estamos pendientes de la vuelta al trabajo y que todos nos podamos empapar de su conocimiento.

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