6 de abril de 2025

Se ganó con autoridad y goleando un partido importante para descontar a los que van arriba y en un período de transición esperando al nuevo entrenador.

 

Con eficacia. El Decano saltó al Ubilla de Melo con modificaciones en esquema táctico y en jugadores respecto al último partido en Medellín. Se jugó con 4 hombres en defensa, 3 en el mediocampo, y 3 en ataque. Se dio ingreso a Diego Romero por izquierda, a Yonathan Rodríguez en zona de mediocampo, y Rómulo Otero y Lucas Villalba en ataque. El partido no comienza de la mejora manera, ya que a los 15 segundos hay una jugada con peligro sobre el arco de Luis Mejía. Parecía que el partido iba a estar complicado. Pero en la primera jugada que se llega con peligro al arco rival, Luciano Boggio convierte el 1 a 0 y parecía que iba a traer tranquilidad.

Sin embargo en defensa no se estuvo firme, sobre todo en la zona izquierda. Por allí hicieron el 2 a 1 y hasta el 3 a 1 a Romero y llegaron permanentemente con peligro al área. Tampoco estuvo firme Julián Millán que alternó buenas y malas. Pero en la segunda oportunidad de gol del Bolso, en una patriada al ataque de Ancheta, vino el segundo de Rómulo Otero que jugó un buen encuentro. Y a partir e allí sí se dio algo de mesura para defender y para tener la pelota. Así finalizó la primera mitad con dos goles de ventaja, que por cierto si vemos el juego, quizás no era el resultado que más se ajustaba al trámite del encuentro.

 

Más tranquilos. La ventaja conseguida en la primera parte dio algo de tranquilidad en el juego y el manejo del partido y ya no se sufrió tanto en zona defensiva. Se logró salir del asedio del rival y llevar el juego más lejos del arco de Luis Mejía. Vino la expulsión de Diego Herazo por doble amarilla y antes que Martín Ligüera hiciera modificaciones para solidificar la parte defensiva, vino el tercero con un tiro libre magistral del venezolano Otero, que terminó con las dudas que podía generar tener un hombre de menos.

 

Se terminaron los últimos minutos entregando la posesión del balón, parados con un bloque defensivo bajo y dejando a Villalba arriba para explotar los espacios que dejaba el rival expuesto tratando de descontar, y su gran velocidad. Y así vino el cuarto en una corrida de varios metros que definió bien. Incluso pudo hacer otro en una jugada muy similar.

Algo de tranquilidad. El resultado dio algo de tranquilidad para el nóvel entrenador que comenzará a trabajar luego de una contundente victoria y descontando puntos a los que van primeros en la tabla de posiciones. Ahora tendrá solo dos días para tratar de preparar un equipo para el primer partido de local en lo internacional. Deberá aprovechar al máximo el tiempo y buscar ser lo más concreto y explicativo posible para desarrollar su idea y el plan de juego. Ojalá podamos dar vuelta la pisada y se logre un triunfo para empezar de la mejor manera la etapa de Pablo Peirano en el Decano.

 

¡Arriba Nacional!

Diego Ávalo

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