Nacional fue superior de principio a fin, y terminó concretando en el marcador la superioridad que se preveía.

Supremacía sin goles. Nacional salió con una mezcla de jugadores que siempre son titulares y otros que tenían su oportunidad de mostrarse. Lo primero a mencionar, es que la idea de Álvaro Recoba es clara. Progresar con pelota por abajo cuando se pueda. Cambios de frente para aprovechar los espacios que quedan por el sector opuesto a donde está la pelota en juego. Movilidad e intensidad para hacer girar el balón. Algunas cosas salieron y otras no. En la primera parte del encuentro, el Bolso fue muy superior al rival, pero la intensidad y movilidad del balón no era la adecuada. Jugó mucho atrás y a los costados, y no arriesgó en tratar de avanzar con pases filtrados o algún mano a mano. Lo mejor estuvo por parte de Diego Polenta en ataque, que fue salida clara y cuando el equipo se encontraba atacando se sumaba al mediocampo para ser un armador de juego más. Y allí desplegó todo su repertorio de pegadas e inteligencia. Lanzó buenos cambios de frente, pases entre líneas filtrados y hasta una jugada al estilo lateral izquierdo dejando rivales por el camino. Pero toda esa superioridad no se pudo plasmar en el marcador. Emmanuel Gigliotti no estuvo preciso, ya que tuvo varias y no las concretó, y Gonzalo Carneiro estuvo algo entreverado y perdido jugando al lado del 9. La primera mitad se fue sin goles. 

Ahora sí. En la segunda mitad la cosa cambió. El ingreso de Franco Fagúndez terminó de darle la profundidad y la efectividad que se precisaba. En el partido anterior, el atacante había mostrado una mejoría interesante, y hoy desde que ingresó se vio que estaba mejor aún. Y más aún luego del primer gol, que definió de manera magistral enganchando dentro del área chica. A partir de allí, tomó las riendas del equipo distribuyendo de gran manera, tirándose atrás y asociándose con Zabala y con el lateral izquierdo debutante, Fredy Martínez, que tuvo un gran partido. A partir de allí comenzaron a llegar los goles hasta llegar a cuatro. El segundo, una jugada magistral de Franco, con caño incluído. Y para el tercero y cuarto, Juan Ignacio Ramírez, que aprovechó las que tuvo para convertir. 

No es parmámetro, pero sirve. Claramente Potencia no es un rival que permita sacar conclusiones contundentes. La calidad de sus jugadores no exigió casi a un equipo grande como lo es Nacional. Pero igual se vieron cosas interesantes que dan una pauta de lo que pretende Recoba, y que en parte se lograron concretar. La mejoría de Fagúndez es notoria y ya es el segundo partido que la muestra. Eso es una gran noticia. Pero además su crecimiento individual, hoy permitió un crecimiento grupal en el juego. Lo dicho, el rival no da para sacar muchas conclusiones, pero se cumplió con el trámite, se ganó, se mejoró y se convirtieron varios goles que dan algo de tranquilidad para lo que se viene. 

¡Arriba Nacional!

Diego Ávalo
decano

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