Juan José Melos, integrante de la Comisión de Historia y eventual colaborador de decano.com nos hizo llegar algunas consideraciones con respecto a una polémica instalada en estos días en el talud.

Sigo con asiduidad las manifestaciones de nuestra hinchada en el talud, pese a que no participo directamente en él.

Siempre me ha parecido un medio excepcional para que los nacionalófilos se expresen con el respeto y la cordialidad que anima a la abrumadora mayoría.
Sin embargo, me veo obligado a aportar estos datos porque se ha instalado en los últimos días una especie de polémica histórica sobre dos de nuestros ídolos de la década del 60,
JORGE MANICERA Y EMILIO ÁLVAREZ, así con mayúsculas.

No todos los veteranos tenemos la suerte de mantener frescos episodios que sucedieron hace medio siglo o casi, y los jóvenes a veces repiten lo que han escuchado por allí sin investigar mucho si los
datos que obtienen son fidedignos.

Podría escribir un libro sobre los sucesos de aquella década, signada por la presencia de un adversario tradicional poderoso deportiva y políticamente y también por la mala fortuna.
Basta recordar el hecho de la lesión de Sanfilippo, cuando en 1964 nos encaminábamos a obtener por virtudes propias nuestra primera Libertadores.

Pese a su ausencia, fue necesaria la intervención nefasta de un árbitro holandés que paseó por Buenos Aires antes de arbitrar la final de Montevideo donde nos anuló dos goles.

Vamos a los hechos :

Jorge Manicera se incorporó a Nacional en 1962, pero tanto en esa temporada como en 1963 sufrió lesiones que lo alejaron del primer equipo.
Su período de titularidad indiscutida va de 1965 a 1967.
Luego pasó a Flamengo, donde fue ídolo indiscutido jugando en el país que aprontaba las estrellas que ganarían el Mundial de México 1970.

Emilio Álvarez había surgido en 1959, prolongando su carrera en primera división hasta 1970, cuando ya en el ocaso de su carrera se produce su baja del primer equipo decretada por el “Pulpa”
Etchamendi.

Un gol de Losada que nos costó un clásico ante taco fallido de “Cococho”, impulsó al técnico a la sustitución definitiva.

Los números, irrefutables, que ponemos a disposición de ustedes con más detalle si fuera necesario, dicen lo siguiente :

Juntos, Manicera y “Cococho” jugaron 13 clásicos : ganaron 4, empataron 8 y perdieron 1. Por el Uruguayo no perdieron nunca jugando en pareja o con Jorge de lateral : 5 empates.

Por la Copa Libertadores suman 2 victorias, 2 empates y 1 derrota.

Manicera se mantuvo invicto en sus primeros 9 clásicos, totalizando 18, con 5 triunfos, 9 empates y 4 derrotas.

Parece que su compañía le sentaba bien a Emilio, ya que con otros zagueros a su lado ( Troche, Baeza, etc. ), no tuvo “Cococho” un palmarés clásico favorable.

Como dicen los españoles : juntos, de perdedores, nada !!!

Abrazo tricolor.
Cr. Juan José Melos
Miembro de la Comisión de Historia y Estadística

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