Nacional jugó un espantoso partido, sin juego, sin ideas, sin individualidades y lo peor de todo sin actitud.
Se veía venir. Boston River salió a la cancha con un libreto claro y bien aprendido. Presionar a Nacional en defensa cuando se pudiera, y de lo contrario esperar apretados en el fondo para salir de contragolpe. Nacional salió con lo mismo de siempre. Sin juego, sin profundidad, sin triangulaciones. Los jugadores ante la más mínima oposición juegan el balón atrás por miedo a perderlo. No hay un riesgo mínimo en un pase filtrado, en un mano a mano. No hay movilidad para desmarcarse. Así es imposible jugar al fútbol. Queda la individual y hoy tampoco apareció este aspecto. Defensivamente también fue muy malo lo de Nacional. Los extremos no contienen a nadie. Al Cory porque no le da desde lo físico. Martínez nunca sintió la marca. El centro de la cancha quedó muy ancho para dos futbolistas y quedaban muchos espacios para que Boston River jugara a su antojo. Así fue que nos llegaron por todos lados y de todas las maneras. Con jugadas hilvanadas, con centros, de contragolpe, etc. Justamente así vino el primer gol, y nos fuimos al descanso 1 a 0 en contra, pero pudieron ser varios más.
Con cambios de nombres pero no en juego. En la segunda mitad se hicieron modificaciones de nombres, pero el juego fue el mismo. Y la actitud también. La pelota deambulaba de lado a lado en el fondo, sin progresiones, sin pases filtrados. Tampoco hubo rebeldía para al menos tirar centros e ir a pelear al área. Para colmo de males vino el segundo y ahí se terminó el partido.
Año difícil. El partido de hoy complica y mucho el futuro deportivo del club. No hay juego, no hay ideas. Las individualidades que en algún momento nos salvaron hoy no aparecen, porque claramente esto es un juego colectivo, y por más que uno ande bien, si no te acompañan es imposible. Este año ha sido muy complicado en todo sentido y lo deportivo no ha sido la excepción. Y una cosa más, se puede jugar bien o mal, pero la actitud no se negocia, y hoy faltó y con creces. Le faltaron el respeto a la institución y a la hinchada. Ojalá puedan dar vuelta la pisada y nos den la alegría que los hinchas nos merecemos en el clásico. Esperemos estén a la altura de esta gloriosa camiseta.
Hoy más que nunca, ¡Arriba Nacional, carajo!
Diego Ávalo
decano
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