Leo las declaraciones del delegado Campomar dandole palo a su flamante DT, y es el paroxismo. Después veo que los chilenos quedaron con nueve jugadores… es imparable la catarata de risas.

Estoy teniendo unos días palorto. Vivo en España, y el laburo anda mal. Dicen que aca se viene un ajuste de los sueldos para rebajarlos. Hace unos pocos días terrible accidente de tren. Estoy lejos de mi vieja que cumplió años y yo aca moqueando por telefono. Unos calores que para laburar es horroroso. Se me rompió la suela del zapato justo cuando estoy llegando al trabajo. 

Saludo a mis compañeros que no tienen la culpa de mis bajones, y me ven pasar compungidos y en silencio, entonces prendo la computadora. Por esas cosas de la vida busco las páginas de deportes de Uruguay, sé que los manyas jugaron de local contra un equipo de tercera categoría de Chile y les alcanza con ganar por un gol solamente. Y ENTONCES CAMBIA TODO. Marcharon¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ 

Los gallegos se miran entre ellos ¿Marcharon? se preguntan. ¿Quien? Y me sonrío, y se me debe notar ya que un compañero me mira con pudor y también se sonríe. Y leo en la pantalla que por dos a cero, y me empiezo a reír, y entonces también veo que a los chilenos le expulsaron al arquero y se me escapa una carcajada. Mis compañeros, que me creían deprimido me miran con curiosidad. Y yo veo las declaraciones de Alonso y no puedo parar de reirme, además me acuerdo de las notas del suplemento Ovación de ayer y me agarro la panza mientras me doblo hacia adelante. 

Leo las declaraciones del delegado Campomar dandole palo a su flamante DT, y es el paroxismo. Después veo que los chilenos quedaron con nueve jugadores… es imparable la catarata de risas. Por el rabillo del ojo noto que uno de mis compañeros está llamando al Siquiatrico, y yo le hago señas de que estoy bien levantando el dedo pulgar, pero me acuerdo de Castillo flor de arquero, de las adquisiciones alabadas por el Toto y Ríos, como ser Viera, el aclamado Nuñez, el Jajajajapo, y no puedo parar de reirme mientras me revuelco en el piso rodeado de mis colegas del laburo que están preocupados. 

Lo siento, soy un desagradecido, un ingrato, una mala persona. Lo sé, ya odio a Penadoy, pero tengo que ser buen deportista y debo reconocer que cuando la noche se nos viene, que la tormenta ya nos alcanza, ahi estás vos, sacando pecho y garganteando un día con tu coro obsecuente y al otro día no sabés como arreglar tanto desastre. sos más cómico que Olmedo y Portales, que Chaplin que Woody Allen. Manya me devolvés la alegría que yo creía perdida. Aunque suene falluto: Gracias Penadoy por existir.

radical infiltrado

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