Tiene solamente 18 años y lleva apenas ocho partidos jugados en la Primera División. Ya se metió en la consideración del fútbol uruguayo y es la nueva perlita tricolor.

“Tranquilo”, con esa simple palabra responde Rodrigo Amaral a la pregunta sobre cómo se definiría como persona. Utiliza la misma palabra para describirse como jugar de fútbol. Y de ello somos testigos cada fin de semana cuando, con una frialdad no característica en gurises de su edad, elude a rivales y traslada la pelota por el Gran Parque Central.

            Nos parece que lo conocemos de años, pero Amaral comenzó a jugar en la Primera División del Club Nacional de Football en este Torneo Apertura que recién lleva ocho fechas jugadas. Pero, llegó a Nacional hace apenas cinco años y ha tenido una trayectoria con una vertiginosa ascendencia.

¿Cómo llegás a Nacional?

Llego por intermedio de Daniel López, el Pato (NdeR: trabaja en la captación de jugadores para el club). Fue mi técnico durante 3 años en la selección de la Liga Palermo. Me dijo si quería venir y yo, como soy hincha de Nacional, no lo dudé.

Sos hincha de Nacional.

Sí, desde que nací. No era de ir tanto a la cancha, pero sí me gustaba ir a los clásicos. Iba con mi hermano. Él sigue viniendo a la cancha a alentar al equipo.

¿Te imaginabas que ibas a llegar a defender a Nacional?

Uno de chico se lo imagina, pero como un sueño. Luego, cuando pasan los años y vas subiendo en tu carrera, llega el momento y no te das cuentas dónde estás.

Los clásicos siempre fueron importantes para vos. De chico ibas a la cancha en esos partidos y después, en juveniles, nunca perdiste contra Peñarol y le convertiste varios goles.

Por suerte nunca perdí un clásico y tengo seis goles convertidos a Peñarol en formativas. Me tocó hacerle goles en juveniles, espero que también me toque en Primera. Pero lo que más quiero es ganarles.

¿Cómo se dio tu llegada a Primera División?

Jugué en las juveniles por cuatro años y me fue muy bien, con varios goles. Después, me citaron a la selección uruguaya sub-20 para jugar el Sudamericano. Luego de ese torneo, Álvaro Gutiérrez me ascendió a la Primera, a principios de este año. En el primer semestre no jugué ni un minuto, pero con la llegada de Gustavo (Munúa) empecé a jugar.

¿Sentís que ese Sudamericano te catapultó en tu carrera?

Sí, me ayudó mucho. Me ayudó a que la gente me conozca y a que pudiera llegar a la Primera de Nacional.

Tenés menos de 10 partidos jugando en Primera, pero igualmente te afianzaste en el equipo, ¿cómo vivís este momento?

La verdad que muy tranquilo. Estoy muy contento del momento que estoy viviendo. Cuando estaba en juveniles, siempre pensaba en llegar a Primera, aunque me tocara ser suplente, pero yo quería estar. A su vez, estoy muy confiado porque los compañeros y el cuerpo técnico me dan la confianza para que esté jugando.

            Rodrigo nació en Montevideo el 25 de marzo de 1997. Es el segundo de cinco hermanos (tres mujeres y dos varones). Su infancia la repartió entre los barrios Villa Española y Malvín Norte, hoy vive en Carrasco. Cuando era niño, su padre trabajaba en un frigorífico. Las cosas no sobraban en su infancia y uno de los gustos que se daba era ver los partidos clásicos, por eso sabe lo que siente el hincha.

¿Cómo es la relación con el hincha?

La verdad que siento su apoyo. Entiendo que, a veces, no estén muy conformes porque no me salen muy bien las cosas. Pero los entiendo porque yo también fui hincha y sé lo que se siente del otro lado del alambrado. Pero siento el apoyo y me da fuerzas para seguir porque yo sé que recién estoy empezando.

Si alguien no te conociera como jugador de fútbol, ¿cómo te describirías?

Tranquilo. Yo me veo como un jugador con mucha habilidad. Con mucha tenencia de balón y mucha técnica.

Tenés de compañero a Ignacio González que es un futbolista de mucha trayectoria que jugó en Europa y también en la selección uruguaya. Hoy, le toca a él ser suplente y vos el titular. ¿Cómo vivís eso?

La verdad que no creo que esté tan definido que yo soy el titular y él el suplente, los dos ocupamos el mismo puesto y cualquiera puede jugar. Es un gran compañero que me aconseja mucho y yo aprendo de él.

Sos el más chico del plantel, ¿cómo es la relación con tus compañeros?

Los más grandes nos están aconsejando siempre a los más chicos y nosotros aprendemos. Por suerte, todos nos llevamos muy bien.

¿Te presiona la llegada de Matías Cabrera?

No, no. Él llegó para sumar al grupo y eso es lo importante.

En el año 2012, Amaral fue seleccionado para viajar a Inglaterra y entrenar por 10 días en las instalaciones del Liverpool Football Club. En ese entonces, Luís Suárez y Sebastián Coates jugaban en dicho equipo. Lo acompañaron Leandro Otormín, Diego Baldi y Gastón Pereiro.

¿Cuánto te sirvió ese viaje a Liverpool?

Fue una experiencia inolvidable. Me sirvió mucho. Pude conocer Europa, además era la primera vez que viajaba. Me gustó conocer el fútbol inglés, lo rápido que es y la infraestructura que tienen. 

¿Pensás que vas a llegar a jugar en Europa?

Ojalá. Dios quiera que sí.

¿Qué te dejó el Mundial Sub-20 de Nueva Zelanda?

Lamentablemente no me gusta recordar mucho ese mundial porque erré el penal (NdeR: Rodrigo fue el único futbolista que erró el tiro penal en la definición ante Brasil en Octavos de Final). Pero a su vez, me dejó muchas cosas lindas. Pude conocer otra manera de jugar al fútbol. Nos enfrentamos a equipos europeos que juegan mucho más rápido.

¿Te ilusionás con jugar en la selección mayor?

La verdad que sí, pero sé que falta mucho para eso. Soy chico todavía. Tengo otro Sudamericano y otro Mundial Sub-20 para jugar.

Se habla mucho de tu físico, se dice que estás excedido de peso.

Ahora estoy bien, pero tengo tendencia a engordar. Para eso me cuido mucho en las comidas y en el ejercicio. Me cuido porque es un problema que me puede generar alguna lesión.

¿Cuál fue la alegría más grande que te dio el fútbol?

Jugar en Nacional.

¿Y la tristeza?

Errar el penal en el mundial.

¿Quién es tu ídolo?

Ahora mi ídolo es Luís Suárez. Me gusta porque es uruguayo y por la garra y el amor por la camiseta. Cuando era chico me gustaba Ronaldo.

Se te vio muy emocionado en tu primer gol en Primera División, ¿a qué se debió esa emoción?

Porque Nacional me dio todo: me abrió las puertas para jugar al fútbol, me dio comida cuando yo no tenía para comer y me dio educación.

¿Cómo te imaginás en el futuro?

No me imagino. Yo estoy muy cómodo en Nacional y quiero seguir jugando acá. Si me sale un pase a Europa, bienvenido sea, pero yo disfruto de este momento en la Primera de Nacional porque es un sueño para mí. 

Mateo Romano

(Twitter: @MateoRomanoS)

  decano.com

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