Entrevista con Luis Bruno, directivo e integrante de la Comisión de Contrataciones

Luis Bruno está vinculado afectivamente a Nacional desde siempre y ligado a los planos dirigenciales desde 2006, año  en que integra la Comisión de Contrataciones (CC) bajo el mandato de Ricardo Alarcón. En la segunda presidencia de este (2009), Bruno ingresa como directivo. Actualmente continúa ocupando un cargo dentro de la Comisión Directiva presidida por Eduardo Ache y mantiene su lugar en la CC. Con este empresario  de 57 años mantuvimos una extensa charla que compartimos a continuación.

¿Sos hombre de Alarcón?

No. Le tengo un gran respeto y aprecio a Ricardo pero yo me siento políticamente independiente dentro de Nacional. Valoro mucho lo hecho por  Alarcón, así como lo hago con todos los presidentes que han pasado por el club. Gente que ha tomado la decisión –desde el área política- de aportar lo suyo para que Nacional sea cada vez más grande.

¿Alguna vez te planteaste ser presidente?

No. No está entre mis ambiciones el ser presidente. De hecho en algún momento se esbozó esa posibilidad pero no es mi aspiración ser presidente de Nacional, como tampoco lo es perdurar en la dirigencia de Nacional.

En tu opinión, ¿el club salió fortalecido o debilitado después de las últimas elecciones?

Yo creo que el pronunciamiento de la masa social es siempre una muestra de fortalecimiento de la institución. El hecho de que haya habido elecciones y que los socios se manifestaran habla de una institución seria, sólida. Independientemente de esto creo que el club había llegado a un lugar donde necesitaba –y necesita- de una impronta dedicada más a la gestión que a la política.

¿Cómo es eso?

Nacional llegó a un lugar -producto de su crecimiento- en el que lo que se impone es gestión, gestión y gestión. Es menester de esta directiva el empezar a concretar este camino. Creo en el fútbol manejado a nivel empresarial, donde se administran pasiones y, en la medida que se minimice el margen de error, mejores serán los resultados deportivos.

Integraste la CC bajo el mandato de Alarcón y hoy ocupás el mismo lugar en el mandato de Ache. ¿Cómo trabaja esta Comisión? ¿En base a impulsos personales? ¿Sobre pedidos expresos del técnico?

Cuando se creó la CC –que fue bastante discutida, y hasta cuestionada dentro del club- se confeccionó un manual de procedimiento al cual trato de ceñirme. Por definición, esta Comisión no tiene potestades de decisión, sino de ejecución.

Los integrantes de la primera CC éramos gente que estaba por fuera de la directiva. A mi entender, debería ser un mix entre directivos y otros que no lo sean.

Según el manual de procedimiento original, es el técnico quien habla con la Gerencia Deportiva para resolver –con el apoyo de algún directivo- las altas y bajas de la temporada. De ahí surgen los nombres que son elevados a la CC, que agotará todos los recursos para contratar a los jugadores solicitados. Todo esto dentro de un marco deportivo que se ajuste al pedido del entrenador y de un presupuesto preestablecido.

La CC, como órgano ejecutorio, no puede cuestionar los pedidos. En lo personal me ha tocado contratar a jugadores que no eran de mi agrado, pero siempre respeté lo que se me encomendó. Cuando uno asume un cargo en Nacional, debe tener la grandeza de dejar de lado las preferencias personales. Manifestarlas sí, en el lugar que corresponde –que no es en la prensa ni en los medios, sino en la CD si sos directivo o en la comisión que te toque integrar-pero acatar y tener la capacidad de convivir con la discrepancia. Si anteponés tu gusto personal a una decisión institucional, estás desviando el objetivo que debe tener el dirigente o el directivo en cuestión.

¿Alguna vez sentiste que te vendieron un “paquete”?

Un montón de veces. A raíz de esto fue que resolví no estar en la discusión de las altas y bajas en el segundo período de contrataciones de la era Gallardo. Me limité a ejecutar lo señalado por el cuerpo técnico, gerente deportivo y directivos que participaron en esa discusión.

¿Aprendiste de esos errores? ¿De ahí viene esa resolución?

Aprendí primero que estaba muy expuesto en lo que hace al proceso de la decisión. Obviamente que no me quito responsabilidad tanto en los aciertos como en los errores. Uno va andando y va aprendiendo, además, considero que el directivo o dirigente comprometido con su gestión, tiene que estar en todas «en las buenas y las otras mucho mas» y que no hay que perpetuarse en los cargos.

¿Te decepcionó el ambiente del fútbol?

Yo no me siento un tipo del “ambiente” del fútbol. Como en todos los ámbitos, hay buenos, regulares y malos. Lo que no me gusta en el fútbol es cuando se politiza en exceso. Soy un convencido de que los partidos se ganan y se pierden en la cancha y que la cancha es la que manda. La verdad está en la cancha.

No participo de ningún tipo de evento político vinculado al club. Sí trato de tener buena relación –porque considero que Nacional debe tener un buen relacionamiento con todos los equipos- cuando me toca interactuar con otros dirigentes, ya sea en el plano nacional como en el internacional. Creo en el diálogo, creo en la palabra. Han sido muy pocos los que me han fallado en el fútbol.

Considero que el fútbol genera muchas veces un manto de dudas, que es promovido más que nada por el micro clima del fútbol, donde se crean “cucos”. Así los contratistas y la AUF pasan a ser entidades misteriosas y malvadas. No comulgo para nada con esta visión. El fútbol es una actividad donde la pasión es la que manda pero la función de los directivos es administrarla y no dejarse llevar por la pasión.

¿Hay quienes se benefician de esa ambigüedad?

El fútbol te da notoriedad y exposición pública. He aprendido que las cinco personas más públicas del país son: el presidente de la República, los presidentes de Nacional y Peñarol y los técnicos de ambas instituciones. Habrá directivos que por su impronta tendrán mayor o menor contacto con los medios y generarán mayor o menor interés, pero yo no creo eso de que alguien venga a buscar beneficios al fútbol.

¿Hay dirigentes que se benefician económicamente con alguna transacción o es solo una leyenda urbana?

Estoy convencido de que ninguno de los dirigentes con los que me ha tocado trabajar en Nacional se ha beneficiado con el producto de alguna transferencia. Nunca. Es muy fácil hablar. Cuando yo llegué al club escuché rumores de que tal o cual dirigente estaba” prendido” con los pases. Después me tocó caer a mí en la bolsa y se hablaba de que Alex Saúl, Luis Bruno y Daniel Enríquez se beneficiaban con los pases. Nada de esto sucedió nunca.

¿Cuántas horas por día le dedicás a Nacional?

Ser directivo de Nacional es como ser padre. Un trabajo full time.

¿Sentís que los dirigentes están sub-valorados por el hincha común?

Siento que los dirigentes somos los nabos de la película. Llegamos al club por “motu propio”, nadie te obliga. Si ganás, ganan los jugadores y el cuerpo técnico, si perdés, pierden los dirigentes.

Desde lo personal, valoro mucho el compromiso que significa realizar una actividad honoraria, que no es lo mismo que gratuita. Honorario significa trabajar por el honor, el inmenso honor de trabajar por un club como Nacional.

Hemos heredado un club lleno de gloria, que tiene una chapa y un prestigio a nivel internacional, único. Esto lo he comprobado en mis viajes al exterior, basta mencionar a Nacional para que las puertas se te abran de par en par. Eso es un patrimonio que debemos conservar y fortalecer para dejarle a las generaciones futuras.

¿Creés que va a ser fácil volver al llano?¿Cómo imaginás que va a ser  volver a sentarte en la tribuna cuando decidas – o los socios decidan- que no vas a ocupar un lugar dentro de la directiva?

Es el lugar más genuino del fútbol, el más disfrutable. El fútbol en estado puro, es el hincha. No creo en los jugadores que se golpean el pecho y se besan el escudo. Habrá jugadores de Nacional que son hinchas y eso es muy valioso -como Recoba que no puso condiciones para llegar al Club- pero por sobre todas las cosas son profesionales. Y no está mal. Al contrario. Ahora, el hincha, el que llena el cemento, es quien está en su estado más genuino. A tal punto que solemos ver reacciones en la tribuna –producto de esa pasión- de gente que nunca te imaginaste que podía proceder así. Reacciones inesperadas de personas que conocés de otros ámbitos donde se muestran totalmente moderados.

Lo más hermoso del fútbol es el hincha. Quien ha tenido la posibilidad de ver un partido en el exterior, un Boca-River ,un Porto- Benfica o un Barcelona Real Madrid –te menciono estos porque son los que tienen más puntos de contacto con el clásico nuestro-  se transforma en un espectador de lujo –al tener la posibilidad de abstracción- del  mayor espectáculo del fútbol. Allí percibís la esencia misma del fútbol reflejada en el hincha.

Ernesto Flores
decano.com

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