No había bajado del micro y por la ventanilla ya estaba saludando a todo el mundo pese a su pasado en River. Sebastián Abreu es así, un loco lindo.

No había bajado del micro y por la ventanilla ya estaba saludando a todo el mundo pese a su pasado en River. Sebastián Abreu es así, un loco lindo.

Con sus 38 años está intacto, de hecho puso el 1-0 llegando hasta abajo del arco. Se le nota la experiencia… “No me la tires larga que necesito una moto”, fue el consejo para uno de sus compañeros en medio del partido. Y en eso anda ahora este Loco, que nada tiene de loco, que volvió a Nacional luego de su paso por el Aucas de Ecuador y que ya llegó a los 20 equipos en su carrera.

Pero ahora es un poco más pillo, no va al choque con los centrales y aunque sigue siendo el 9 de área se tira un poquito más atrás, se para de enganche, con otra visión del campo. Y juega, y hace jugar, como cuando con el pecho le bajó una bocha a un compañero y nació el segundo gol.

También le pinchó una pelota deliciosa a Papelito Fernández, quien se iba solo de frente al arquero aunque era offside. Ya en el final, llegó el tercer tiempo que Abreu, mientras terminaba el amistoso, compartió con Lodeiro, el uruguayo de Boca que es cebador oficial de mates, con Papelito y Rolín, el otro oriental que de a ratos se acercaba a manguear uno. Charla de amigos. Y siga la ronda, que hay Abreu para rato…

Nicolás Migliavacca

ole.com.ar

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