Detrás de la denuncia del gobierno bonaerense se oculta una realidad a tener muy en cuenta.
Desde antes de viajar se sabían varias cosas, que el lugar asignado para los socios e hinchas de Nacional era inaceptable para un partido de estas características, también se conocía el lamentable proceder de la policía de CABA en el partido ante Vélez y todo lo que es la organización y manejo policial de la provincia es algo que lo menos que se podía esperar es lo que finalmente hicieron.
Lo que debió ser salir a las 17:30, unir a los grupos de Nacional en el peaje y llegar con tiempo a la cancha solo podía ser distinto si había una intencionalidad por parte de la policía y terceros. Y así fue.
Se revisaron todos los buses de Puerto Madero (estaban todos a las 16 en el lugar, algunos mucho antes) y esa revisión se hizo lento, de mal modo y terminaría cerca de las 18:30. Encerrados en los buses con la policía que prohibía bajar incluso a mujeres o niños la salida de la caravana comenzaría recién a las 19:30 y por ende el primer objetivo de la policía y terceros estaba cumplido. La hinchada de Nacional llegaría en grupos separados.
Desde Puerto Madero a La Plata son 57 kilómetros, solo había que recurrir al mismo recurso intencional para que no estuviera el público una hora antes. Y sí, volvió a suceder. En 57 kilómetros de autopista hubo otras cuatro revisiones más, una cada 10 kilómetros. Requisas y demoras. En todas lo único que se notaba era mal trato, provocaciones, insultos a los hinchas, y por supuesto, demoras y separación de buses.
Lo que debió ser 35 buses llegando juntos fue una tanda que llegó primero y separada, atravesando una emboscada, con piedras y ¡hasta balas!
El resto que veníamos desde Puerto Madero después de las últimas requisas lo hacíamos sin guía del camino y separados de a cuatro o cinco ómnibus por kilómetros de distancia.
Estuvieron cuatro horas provocándonos y demorándonos, pero no había ni una moto que indique en los últimos kilómetros por dónde ingresar al escenario. Y los buses habían sido emboscados. Ya en ese entonces circulaban en redes las agresiones recibidas y las provocaciones en alusión al hincha de Nacional asesinado en enero. Sobre ese mismo asesinato intentaron sin éxito una provocación con volantes que como estábamos demorados no nos enteramos en el momento, sino después de finalizado el partido.
Al llegar al estadio se confirmaba que aquello que pensábamos antes de salir de Uruguay no era una exageración. No había la menor duda que no podían estar juntas las dos hinchadas, pero se le sumaba que el lugar no estaba preparado para la cantidad de Bolsos que fuimos.
Continuaba la provocación con banderas referentes al asesinato de Washington Simón, otros que tenían camiseta de instituciones que no jugaban el partido y encendedores y piedras que caían en la tribuna con la pasividad de toda la seguridad local. Todo eso sucedía y la hinchada de Nacional solo había respondido con aliento y fiesta.
Luego de cinco horas de recibir provocaciones, insultos, piedras y hasta orificios de bala en los buses, fue que a algunos hinchas se les terminó la paciencia y respondieron lanzando lo que tenían a su alcance hacia la popular local. No les alcanzó con eso, sino que las agresiones empezaron a caer en el entretiempo hacia los fotógrafos.
De todo ese resumen, lo único que le importa a la prensa y al gobierno de la provincia es una bengala. Un horror reaccionar a las provocaciones así, de igual forma que es un horror que la popular de Estudiantes haya lanzado también la bengala hacia nuestra tribuna, pero no le dio la fuerza.
Por si fuera poco, finalizado el partido la policía le tiró los caballos arriba a la gente para que subieran a los ómnibus recibiendo golpes y agresiones.
Hay preguntas que no se hacen.
¿Cuál fue el objetivo de separar y demorar la caravana de Nacional?
¿Qué intereses económicos hay detrás?
¿Por qué estaban las dos hinchadas juntas?
¿Por qué no había espacio para las 2000 personas?
¿Quién autorizó esta barbaridad?
¿Por qué no se envió público de Estudiantes a ese sector y al de Nacional a la popular opuesta?
¿Cómo después de cinco requisas y revisiones en ruta y tres cacheos en puerta, ingresaron al estadio bengalas? ¿Quién es el responsable de controlar eso?
¿Cómo es posible que la responsabilidad caiga sobre el visitante y no sobre el local?
Como hinchas repudiamos la violencia de la policía de CABA, de la policía de la provincia, el enfrentamiento mutuo de las hinchadas y también el silencio de la prensa, directivos de ambas instituciones y entidades oficiales del gobierno uruguayo sobre todos estos acontecimientos.
El 99% de los hinchas de Nacional supieron soportar las provocaciones y agresiones con fiesta y alegría, como siempre lo hace #LaPrimeraHinchada, única e inigualable.
MG
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