Por talento futbolístico y porque trasunta bonhomía, de a poco se fue metiendo en el corazón del hincha. Cuando estampó su firma por dos años más se lo ganó definitivamente.

Con la renguera clásica del talentoso que fue golpeado, atravesó lentamente el pasillo que separa el sector del vestuario del estacionamiento que da a Jaime Cibils. Acababa de finalizar la práctica del miércoles en el Parque Central e Iván Alonso aceptó amablemente tener una charla con decano.com.

Hace apenas un año que la noticia recorrió la prensa deportiva. Iván Alonso dejaba el Toluca –incluso hubo quienes aventuraron que abandonaba la práctica activa de fútbol- por problemas cardíacos“detectados durante una prueba de esfuerzo que se hizo durante la pretemporada del Tolucapor la cual los cardiólogos le practicaron un cateterismo» según  informó la prensa mexicana. 
 

Después las idas y vueltas, la posibilidad de su arribo a Nacional que finalmente –y no sin varios contratiempos- se concretó y fue el comienzo de una nueva etapa uruguaya de Alonso. Atrás quedaron aquellos momentos difíciles que Iván recuerda como una situación que “se manejó muy mal. Se me hicieron una cantidad importante de estudios al corazón. Cuando pedí un certificado que avalara que estaba en condiciones de jugar, el club se negó pero continuó con la pretensión de que yo jugara, a lo cual me negué. No estaba dispuesto a arriesgar mi vida sin una aprobación médica. Los clubes tienen que realizar una revisión médica antes de contratar un futbolista para confirmar si está apto para la práctica del deporte. A mí se me realizaron más estudios que al resto de mis compañeros por lo que yo pedí que se certificara que estaba en óptimas condiciones. No lo hicieron y yo decidí no jugar más.”
 

De hablar pausado pero que transmite una convicción y una firmeza que fueron seguramente las mismas que lo decidieron a quedarse en Nacional. Me atrevo a preguntarle ¿se puede decir qué después de tanto rodar encontraste tu lugar en el mundo? Su respuesta: “Hoy por hoy, puedo afirmar que el fútbol no me hizo ir donde él quería sino que esta vez elegí yo, que eso es lo lindo. El poder decir “quiero quedarme acá, estoy contento”. Durante toda mi carrera el fútbol me llevó a donde quiso. La oferta económica o el planteo profesional me obligaron a trasladarme constantemente. Ahora, a los 34 años es la primera vez que puedo elegir y elegí quedarme en Nacional. Como puse en mi twiter cuando se cerró la reunión que tuvimos con los dirigentes «es una noche de una inmensa felicidad».
 

Recuerdo al Alonso que explotó en River. Un bicho de área que rápidamente fue codiciado por otros mercados más poderosos y veo a este Alonso de hoy; más criterioso, más participativo, más maduro, más sabio acaso. “A mí me gusta jugar cerca del área. Los años hacen que cuando la pelota no te llega corras menos, te dosifiques mejor y seas más efectivo” me dice.
 

For export del Uruguay
 

Con 21 años dio el salto a Europa, a España más precisamente. Allí vistió 3 camisetas: Deportivo Alavés, Real Murcia y el Espanyol. De allí a México, al Toluca, donde fue goleador del Apertura 2011 y repitió al año siguiente en el Clausura 2012. Su salida temprana de Uruguay y 12 años de permanencia en el exterior lo convierten en un experto a la hora de hablar de las promesas tricolores que vienen empujando en la zona de ataque: Renato César, Lucas Cavallini y Juan Cruz Mascia:  “Son jugadores con muchísima proyección. Un dato importante- que demuestra lo que es Nacional- es que en los últimos 10 años 23 jugadores de las juveniles fueron traspasados al exterior. Estamos hablando de 2,3 jugadores por año. Es mucho .Creo que tanto Nacional como el fútbol uruguayo son una cantera interminable de jugadores de fútbol. Nacional está haciendo las cosas muy bien, no solo en ataque sino que en el medio y en defensa hay jugadores con talento como para salir al exterior. Ojalá cada futbolista de las formativas tenga la oportunidad de mostrarse, tener minutos en el primero como para poder emigrar y hacerse una carrera en el exterior. Lo dice alguien que jugó mucho tiempo afuera. Se aprende mucho de esas vivencias, acumulás una experiencia inolvidable y no tengo dudas que cada uno de ellos va a tener su oportunidad”.
 

Hijo ´e tigre
 

La imagen que se me formó de Iván Alonso en estos últimos días, es la de un tipo con una relación muy estrecha con sus hijos. Se lo digo y asiente. Le pregunto si ve a alguno de ellos jugando al fútbol en el futuro. “Tengo un varón y una nena” me dice. “Al varón nunca le impuse jugar al fútbol. Al contrario, mi deseo siempre fue que hiciera lo que quisiese. De todos modos, a los 4 o 5 años me pidió que lo llevara a una escuelita de fútbol y ahora sí juega. Pero fue una decisión de él” aclara, y continúa “hoy por hoy, la práctica de fútbol para él tiene que ser una vía de ocio, de despeje. Para mí lo importante es que estudie, que se forme como persona. Si después de ahí en más -como me pasó a mí- puede hacer de su ocio una profesión, y lo disfruta, bienvenido sea”.
 

Le agradezco su tiempo y lo libero. Se va presuroso y yo vuelvo al tranco, pensando que este hombre, por talento futbolístico y porque trasunta bonhomía, de a poco se fue metiendo en el corazón del hincha. Cuando estampó su firma por dos años más se lo ganó definitivamente.

Ernesto Flores

decano.com

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