Un equipo sin idea táctica ni futbolística, con planteos equívocos y cambios aún peores, fue superado ampliamente de principio a fin.

Superados de principio a fin. Nacional jugó con cuatro hombres en el fondo, tres en el medio y tres arriba. Mismo esquema que venimos utilizando hace tiempo. Pero ya se vio desde el primer minuto a un equipo bien balanceado, equilibrado, con presión en conjunto y juego asociado para atacar, y otro que es un cúmulo de individualidades. Nos superaron en todos los aspectos desde el primer minuto. Es que Nacional no marca en conjunto, sale individualmente a presionar. Se intentó una presión alta pero sin respaldo, dejando espacios a las espaldas. Entre las líneas medias y defensiva había huecos y los negriazules los encontraron durante todo el partido. Nunca los mediocampistas tomaron conciencia de esto. Jamás agarraron referencia al respecto. En defensa se veían superados por todos lados, por afuera, por adentro. Nacional pareció un equipo recién juntado para jugar un partido contra un equipo bien trabajado y que juega hace tiempo junto. Esa fue la sensación en cancha, la diferencia en el juego, y la distancia en el marcador que fue de dos goles, pero que pudo ser mucho más grande. 

Misma tónica. La segunda mitad fue igual. Nacional intentó y tuvo alguna jugada en base a esfuerzos individuales, pero el que dominaba el encuentro y el resultado era Liverpool. Se retrasó algo en el campo debido al esfuerzo físico y salió de contragolpe, y permanentemente llegó con peligro al arco de Sergio Rochet. Nacional fue un desastre nuevamente. Así llegaron dos goles más y lo mismo que en la primera mitad. Pudieron ser muchos más. 

Cada día jugamos peor. Nacional es un desastre en todos los sentidos. Es un equipo sin idea táctica, sin juego asociado. ¿A qué juega Nacional? A defender no. Porque no defiende bien. No lo hace coordinadamente. Se ve superado en el medio de la cancha y en la última línea. ¿Juega a tener la pelota? Tampoco. No logramos dar más de dos pases seguidos. Nacional es un grupo de jugadores que entran al campo sin saber bien que deben hacer colectivamente ni en defensa ni en ataque. Dependemos de las inspiraciones individuales y eso nos ha llevado a estar vivos en la Anual. Pero cada día se juega peor y preocupa lo que pueda pasar en unas hipotéticas finales. A esta altura hay que ver si llegamos, porque con el juego que estamos teniendo no hay nada asegurado. El técnico no plantea bien los partidos. Tampoco los lee bien, ya que los cambios que hace nadie los entiende. Esta noche dejó a un equipo, que estaba siendo superado ampliamente, con línea de tres en una invitación a que lo golearan, en lugar de reforzar la mitad de la cancha para recuperar el balón y a partir de allí, intentar acercarnos al arco rival. Realmente lo expresado en el campo por nuestros jugadores es patético, y se lo achacó casi en su totalidad al técnico, porque es muy difícil jugar bien cuando no sabés qué hacer en el campo. Parecemos un equipo de los 80’, cuando se tiraba la pelota para arriba a ver si el ‘9’ lograba meter de casualidad una pelota al arco. Si los dirigentes no ponen las barbas en remojo se puede ir el campeonato más fácil de ganar de la historia, y sería el colmo. Esto debe tener un giro de timón. Sea el que sea. Desde lo futbolístico, desde la parte técnica, o desde donde sea. Pero estamos muriendo con los ojos abiertos y esto va en picada. 

¡Arriba Nacional!

Diego Ávalo
 

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