El enfoque de una periodista inteligente y versátil

Cada vez te quiero más

Qué lindo volver al Parque y verlo lleno de gente…
Qué lindo volver al Parque y verlo repleto de hinchas con ganas de apoyar al equipo y de organizarse para darle una gran bienvenida con mosaico en la tribuna.

Qué lindo volver al Parque y ver cómo se aplaude a los jugadores de siempre, a los que están de vuelta y a los recién llegados.

Qué lindo ver que no se cumplen oscuros vaticinios, como que a la tercera jugada fallida de Nacho González todo el Parque se le caería encima, o que Arruabarrena sufriría el inmediato hostigamiento de la tribuna si el equipo no encontraba el funcionamiento perfecto.

Qué lindo ser testigo de que a un buen futbolista se lo aplaude de pie porque se reconoce la calidad y se tiene fe en que sentimientos pasados puedan transformarse por el bien del Bolso. O, al menos, confiar en que un buen profesional lo es siempre y que lo demás puede llegar con el tiempo.

Qué lindo volver y ver que ese nerviosismo e impaciencia del hincha era un nuevo invento de quienes necesitan crear un clima que no existe. Ver que la gente de Nacional sabe esperar, respetar tiempos y no desmoralizarse con resultados de práctica. Porque, como dijo el D.T., “no hay jugadores de entrenamiento”.

Qué bueno volver al Parque y escuchar que se tiene autocrítica sin convertirla en negros augurios. Porque sabemos que no se jugó bien, que hay mucho para mejorar y corregir, que falta… pero, no por ello, ya hay que pensar en cambios de nombres, en días negros y climas enrarecidos.

Qué lindo regresar y comprobar que se tiene memoria y reconocimiento para quienes mucho le han aportado al club. Sean los Bueno, padre e hijo, sea una gloria del pasado como “Ciengramos” Rodríguez. A los primeros los vimos –y esperamos volverlos a ver- con las jugadas y goles de Gonzalo o las buenas conducciones de Gustavo,  del restante muchos hemos escuchado porque para eso está la buena memoria de los hinchas y el acierto de los dirigentes en darles un lugar en el presente.

Qué bueno volver y escuchar que hay nuevos socios vitalicios cuyo aporte colaborará con las obras en el complejo Los Céspedes. Y comprobar que siguen viento en popa las obras en el Gran Parque Central.

Qué lindo es ser hincha de Nacional  e identificarse con una forma de ser distinta, especial, que no se contamina con lo que se escucha, sino que se fía de lo que ve y siente cada fin de semana. Y eso da ganas de seguir acompañando, sea en el Parque, sea en el Estadio, sea donde sea. Porque eso es ser Bolso y me gusta cada día más.

Analía Filosi

Analía Filosi. Licenciada en Ciencias de la Comunicación de la Universidad Católica. Periodista del diario El País desde 1994 a la fecha como integrante del staff de la revista Sábado Show, con colaboraciones en otras secciones en distintos momentos (Ciudades, Educación, Política, Economía, suplementos especiales). Trabajó en TV («Deporte Total», Canal 10), radio («Tercer tiempo», Radio Rural) y medios digitales (portal Terra, de Telefónica). Fue corresponsal de Uruguay para el mensuario estadounidense «De Norte a Sur».


Se hizo justicia

    Hace pocos días se concretó una de las renovaciones de contrato en el plantel principal que, por su peso, tiene la importancia de un refuerzo. Entre otras cosas, porque involucra a uno de los mejores jugadores de la temporada pasada. Quizás no sea lo mejor para un equipo grande reconocer que el golero fue la figura del campeonato, que su participación fue clave en muchos encuentros para salvar un resultado o para que no fuera catastrófico.

    Pero no hay duda de que Jorge Bava fue importantísimo en el campeonato que viene de terminar. Fue la figura del partido en más de una oportunidad y, salvo aquellos encuentros en los que no pudo estar por enfermedad, jugó siempre. O sea, estuvo en muchos partidos y son muy pocos en los que se puede decir que no pasó por una buena tarde o una buena noche.

    Y la cosa no quedó ahí, porque no sólo destacó en la parte deportiva, sino también demostró que lleva a Nacional en la sangre. Eso lo hizo ser protagonista de dos hechos puntuales, uno que exteriorizó lo que muchos hinchas piensan, el otro censurable y del que supo arrepentirse y disculparse a tiempo.

    El primero fue la forma cómo se paró ante el periodismo, defendiendo a Nacional tras un clásico en el que parecía que tenía todas las de perder. “El favoritismo lo hace la prensa. La prensa se olvida que el actual campeón es Nacional, más allá de que tuvimos dos partidos malos. El bicampeón es Nacional, el que gana los clásicos siempre es Nacional. El que representa a Uruguay en todas las Copas es Nacional”, dijo en esa oportunidad y el hasta ese momento callado golero tricolor, un hombre de perfil bajo, pasó a un primer plano. Dejó en claro que no sólo estaba allí defendiendo un arco, sino mucho más que eso.

    El segundo hecho es para el olvido y fue cuando, tras el clásico del verano pasado, tuvo el incidente con el coracero. Afortunadamente se dio cuenta de que actuó mal, lo admitió y se disculpó. Una actitud que también fue bien valorada por todos los Bolsos. La violencia está lejos de ser un orgullo para nosotros y el futbolista demostró que para él ese tampoco es el camino.

    Por todas estas cosas, no parecía nada justo que se estuviera hablando de la venida de Gustavo Munúa. No porque no se valore al ex golero albo, que considero todos queremos que vuelva algún día, sino porque no era el momento dado lo que Bava le estaba dando a Nacional, tanto en lo deportivo como en su defensa del club en todo sentido.

    Y la preocupación fue mayor cuando en estos meses de armado del nuevo plantel, estuvo en duda la continuidad del arquero. Y lo estuvo porque parecía que no se estaba dispuesto a hacer un esfuerzo económico por él. Esfuerzo que sí se hizo por otros jugadores que no vale el caso nombrar, pero que aportaron bastante menos que Bava al equipo. Eso causó enojo en muchos hinchas porque el reclamo del jugador era justo. Demasiado justo. Además, estaba rechazando propuestas mucho más tentadoras desde lo económico para permanecer en la institución. Demostración de que lo suyo tiene mucho, muchísimo, de amor a la camiseta.

    Por suerte y por el bien de todos, el tema se solucionó. Bava sigue en Nacional, equipo en el que siempre proclamó que se quería quedar y que ahora dice que está contento por haberlo conseguido.

    No hay que olvidar que Bava también es bueno para el grupo, ese detalle que últimamente se valora tanto y creo que, en su justa medida, es un elemento que vale poner en la balanza. El golero ha sido calificado como buen compañero por varios de sus colegas, entre ellos uno con el que mantiene una sana competencia, como lo es Leonardo Burián. Este último es otro baluarte del club, un gran arquero que ha demostrado gran fidelidad a la camiseta tricolor. Destacar la continuidad de Bava, no significa olvidarse del “Cachorro”. Ambos son muy importantes.

    El arco de Nacional está bien cuidado, de eso no hay duda. Y lo está porque primó la cordura y el sentido común, y se escuchó el sentir del hincha. Ese hincha que desde hace un buen tiempo aplaude bien fuerte a Bava cuando lo nombran por los altoparlantes, cuando sale a calentar previo a un partido o cuando se manda una de sus grandes atajadas.

    Bava merecía quedarse… y se queda para regocijo y tranquilidad de todos nosotros.  


    Analía Filosi. Licenciada en Ciencias de la Comunicación de la Universidad Católica. Periodista del diario El País desde 1994 a la fecha como integrante del staff de la revista Sábado Show, con colaboraciones en otras secciones en distintos momentos (Ciudades, Educación, Política, Economía, suplementos especiales). Trabajó en TV («Deporte Total», Canal 10), radio («Tercer tiempo», Radio Rural) y medios digitales (portal Terra, de Telefónica). Fue corresponsal de Uruguay para el mensuario estadounidense «De Norte a Sur».


    Que se quede un ratito (largo) más

    «Era fácil para mí irme de Nacional campeón. Pero uno siempre quiere ir por más, y para mí era un desafío lindo seguir. Y hoy por hoy es más lindo todavía. Siento que puedo seguir aportando. Seguiré hasta que me dé cuenta de que ya no puedo dar más».

    Palabras del “Chino” Recoba, el futbolista de los “históricos” que más merece seguir en el plantel. En eso todos estamos de acuerdo. ¿Pero por qué? Porque tenemos muy frescos sus goles en los últimos dos clásicos oficiales que ganamos, porque sabemos lo clave que fue para obtener el Campeonato Uruguayo 2011-2012 y porque ha dado la cara en este difícil momento con la autocrítica necesaria.
    Es cierto que habría sido fácil para él retirarse campeón, pero como no le gustan los caminos sencillos eligió seguir. Sobre todo porque continuaba sintiéndose con ganas y fuerza para jugar, y sumar más cosas importantes. 

    Yo creo que Recoba tiene una temporada más para aportar, pero no como lo hacía cuando tenía 20 años. Menos minutos, pero bien elegidos, nos devolverían a ese “Chino” que fue tan fundamental  hace un año. Y le devolvería a él la alegría de jugar, esa que noto que ha perdido y que ahora lo hace lucir ofuscado, contrariado, malhumorado en el campo de juego. 

    El “Chino” ha demostrado que con una buena preparación y motivado por el entorno es un futbolista lleno de magia, de entrega y de experiencia que sabe hacer valer entre sus compañeros. Porque no es egoísta, no es de hacer la suya y punto, sino que también le habla y le enseña a quienes tiene a su alrededor. Y con los años ha mostrado también que está muy lejos de querer confrontar con nadie y muy lejos de querer ponerse por encima de ninguno. Juega y trabaja para el equipo. Juega y trabaja para Nacional. 

    No considero que sea la hora del retiro para Recoba porque, además de que intuyo que podemos disfrutar un ratito más de su talento,  me parece que merece dejar atrás su condición de futbolista de otra manera. Hoy no le estaríamos dando la despedida adecuada. Y lo digo desde el hincha que se opuso a su regreso, desconfió de lo que podía dar a sus 36 años, pero que el tiempo y su rendimiento le terminaron demostrando que estaba equivocado. Yo no quería que Recoba volviera, ahora no quiero que se vaya.

    Afortunadamente  él tiene ganas de seguir y lo ha dicho en todo micrófono que le han puesto delante, con su acostumbrada y contagiosa sinceridad. Sabido es que la decisión no depende enteramente de él, pero tiene buena parte del porcentaje que la define. Sus goles claves, su juego, lo que significa su presencia en la cancha, su discurso conciliador y sensato, y su amor por Nacional deberían hacer el resto.   

    A mí me convenció ayer, me sigue convenciendo hoy y no dudo que lo seguirá haciendo en lo que va a venir.  Por eso soy de los que piden, quieren y sueñan con un ratito más del “Chino” con la camiseta más linda del mundo. Y si es un ratito largo, mejor. 

    Analía Filosi

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