Nacional dio un golpe fuerte de visitante y ganó un partido con mucha personalidad para pasar a cuartos de final de la Sudamericana.
A controlar el resultado. El Bolso entró al campo de Unión de Santa Fe con una idea clara: agruparse esperando al equipo rival, para luego, con espacios, tratar de salir de contragolpe. Para eso puso a Alex Castro y Camilo Cándido por izquierda, dos jugadores muy rápidos, y a Diego Zabala de gran manera y Leandro Lozano por el lado de su pierna hábil. La primera parte del libreto se cumplio de buena manera. Controlar al rival, formando bloques defensivos y presionando lejos del arco de Sergio Rochet. Las jugadas que tuvo el rival fueron de pelota quieta, algo que nos cuesta hace tiempo y no podemos solucionar de manera definitiva. Pero en el juego controló bien su sector. La segunda parte del libreto no se pudo cumplir, que era la de salir con velocidad al ataque luego de recuperar el balón. En parte porque el equipo rival tomó recaudos y tapó las bandas y en parte porque no se estuvo fino a la hora de pasar el balón en velocidad. El primer tiempo terminó con un empate sin goles, y era negocio para el Bolso que tenía dos goles de ventaja.
Se dio vuelta con los cambios. La segunda mitad empezó muy similar a la segunda. Unión con la pelota, Nacional esperando y controlando los ataques rivales, pero con problemas en el juego aéreo, y así vino el primer gol del encuentro, en un centro desde un tiro libre en el que hay un error enorme en la marca. Ahí los ánimos cambiaron y el envión del gol parecía complicar el partido, pese a que aún teníamos ventaja. Pero los cambios hicieron la diferencia. En el primer gol, la asistencia la pone Leandro Otormín tras una gran jugada de Diego Zabala, y el tanto lo hace Juan Ignacio Ramírez. El segundo lo convierte el Pumita Rodríguez, con asistencia del Torito. Todos jugadores que vinieron desde el banco. Eso es un equipo de fútbol.
Golpe de personalidad. El Bolso dio un golpe sobre la mesa y dijo; acá está el gigante de América. Cuando parecía que se complicaba y podía venir un empate en la llave, apareció la personalidad del Decano para dar vuelta el partido y pasar a cuartos de final de la Sudamericana. Varios fueron los puntos altos en el Bolso. Ni hablar de Sergio Rochet que tuvo una gran atajada para mantener el cero en el primer tiempo. Los dos zagueros jugaron muy bien, Lozano lo hizo de gran manera por ambas bandas. Los dos mediocampistas fueron figura, y los cambios fueron responsables directos de los goles. Ahora a pensar en lo local y esperar el rival para la próxima fase de la Sudamericana, con la tranquilidad de que hay un equipo consolidado, con personalidad, con referentes como tanto se le criticaba al inicio, y sobre todo con buen juego y triunfos importantes.
¡Arriba Nacional carajo!
Diego Ávalo
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