Asumió lo que le toca

Este miércoles antes de dirigir el entrenamiento, Pablo Peirano habló en conferencia de prensa y en ella se hizo responsable de la falsa performance del último clásico.

Era la voz que faltaba para dejar atrás el último partido oficial del equipo, y encarar el partido ante Progreso, y habló en la mañana del miércoles en Los Céspedes. Pablo Peirano comenzó diciendo que “fue una semana dura después del partido” y que asume “la total responsabilidad de todo lo que sucedió durante el encuentro y pido disculpas al hincha, que sufrió desde afuera. Estamos con mucha vergüenza por lo que sucedió, pero al mismo tiempo con mucha rebeldía y ganas de sacarlo adelante, con mucha entereza”. Sobre el partido del pasado sábado sostuvo que “fue algo parejo en los primeros 30 minutos. Recibimos el gol, fuimos a buscarlo y tuvimos una chance para igualar. Después nos convirtieron el segundo sobre la hora (de los primeros 45’) y eso nos pegó. Salimos al segundo tiempo con ganas de volver a meternos en partido” pero el rival ”con la ventaja estaba más tranquilo” para manejar el partido.

Respecto al planteamiento en camino Mangangá dijo: “Quisimos manejar el juego en profundidad para Maxi Gómez y utilizar a Nicolás López en los espacios junto con Rómulo Otero. Sabíamos que Peñarol nos iba a presionar en la parte alta. No teníamos un piso como para hacer una salida rápida, por lo que optamos por atraer, jugar a segundas pelotas y ocupar los espacios. Eso sucedió 30 minutos. Después el partido cambió con los goles y no supimos acomodarnos”. A lo que agregó respecto a los cambios que realizó dijo que buscó hacer una variante “colocando un volante central, dos más ofensivos por delante y tres en la parte ofensiva. Cuando vimos el transcurso del segundo tiempo, el rival levantó y nosotros teníamos jugadores más de creación que de contención.” Lo más importante es que compartió con la mayoría de los hinchas al manifestar “desbalanceé al equipo; tanto Nicolás (Lodeiro) como Mauricio (Pereyra) intentaron en la recuperación, pero no es su fuerte.” Y agregó: “soy el responsable.”

Su continuidad fue tema de especulación, y sobre ese punto dijo: “Hablé con Sebastián Eguren primero. Él está todos los días con nosotros y sabe. Charlamos mucho de lo que sucedió, y para lo que viene también. Con los directivos igual: charlamos con el presidente y vicepresidente, con una autocrítica fuerte de ellos, y de nuestra parte de aceptar, porque tenemos la capacidad de aceptar y ser humildes a la hora de reconocer”.

Sobre el futuro, Pablo Peirano dijo tener “la capacidad de revertir y la entereza de mirar para adelante, y somos optimistas para lo que viene. Estamos en una posición buena en la Anual. Más allá del partido, que nos duele a nosotros más que a nadie, tenemos una gran posibilidad por delante y la vamos a pelear todos los días”.

Hubo tiempo para un desmentido muy importante: “quiero aclarar un tema que no me gustó: se dijo que hay jugadores que no van más, y no es así, de ninguna manera. Todos los jugadores que están en Nacional son importantes. Cuando hablamos con Flavio (Perchman) y el presidente (Ricardo Vairo) no nombramos jugadores y hablamos de otra cosa. No se puntualizó en cosas sobre los futbolistas. La charla cayó en mí y en el funcionamiento, no en otra cosa”.

“Esto pega. Es una trompada y tocamos la lona, pero acá no se tira la toalla y no se llegó a 10 en el conteo. Tengo el ojo negro, pero la toalla no la voy a tirar. Hay que tomarlo para adelante, como un aprendizaje. Si no lo hacemos sería de una ignorancia muy grande” y agregó que el sábado no habló tras el partido por decisiones de seguridad y no personales.

Glen Kwidama