Finalizando con el ciclo de entrevistas de cara a las elecciones del próximo sábado, hablamos con el actual presidente y candidato por la Lista 5, Ec. Eduardo Ache.

¿Sentís que se está siendo injusto contigo?

Seamos prácticos, el tema no es Eduardo Ache. Acá estamos hablando de elecciones dentro del Club Nacional de Football. Lo que tenemos que hacer es que los socios elijan la mejor opción entre las propuestas existentes. Siempre he tratado de despersonalizar estas situaciones. Quien ha estado durante tantos años en puestos de conducción, invariablemente tiene que estar expuesto a la crítica. No me molesto por eso. Lo que sí no quiero es que, por atacarme, a mí, se dañe a Nacional. Lamentablemente esto es lo que ha pasado en esta campaña. Lo que yo trato de hacer es plantear temas y propuestas. Entiendo que hay otros que también proponen, pero desde mi punto de vista no los veo creíbles. Entiendo, y es lógico y natural, que en una lucha electoral no te van a aplaudir, sino que más bien van a buscar el pelo en la sopa. Tengo claro que en todos mis años de gestión hay una cantidad de cosas por corregir, pero lo que no se puede plantear es un relato donde pareciera que no hay nada bueno. Eso deja de ser creíble, porque al analizar resultados tenés que comenzar desde mi inicio en el club en el año ’98. Yo no llegué hace tres años. Si vas a analizar a Ache, observá todo lo que hace Ache, no justo lo que está en proceso. 

Nosotros vinimos a ordenar ciertas cosas que se ordenaron, y quienes están haciendo hoy las críticas, sabían que eso había que hacerlo y que no se hace de la noche a la mañana. Te hablo de un tema puntual: presupuesto. ¿Quién no sabía en Nacional cómo se generó la inflación en el presupuesto? Además, así como subieron los egresos, también lo hicieron los ingresos. Pretender focalizar ese tema -que es un tema mucho más amplio-, y adjudicar exclusivamente las culpas en estos últimos tres años, realmente me parece que no es justo, no refleja la realidad y no es creíble. Lamentablemente para quienes creen ese relato, luego surge la verdad. Y lo cierto es que, en veinticuatro años, las únicas dos veces que se bajó el presupuesto , ¡oh casualidad!, fue bajo mi presidencia. Eso es incontrastable. Por lo tanto, no podés pasar un mensaje como que a un candidato no le preocupan ciertas cosas, siendo que fue el único que ha instrumentado soluciones. Con esto no estoy negando que hayamos tenido tres años de un presupuesto alto, porque los tuvimos. Pero los tuvimos porque lo recibimos así, y no lo estoy hablando con el diario del lunes. Lo advertimos, sabíamos que existía ese coste y que había que administrarlo. Eso hicimos, y al cabo de estos tres años ya empezamos a bajarlo y es público y notorio que el presidente al que le toque dirigir el club, va a recibir un presupuesto mucho más manejable, un plantel más corto, de menor cantidad de contratos y mayor cantidad de jugadores del club, con un promedio de salarios menor al que existía cuando asumimos la gestión y, en términos absolutos, casi dos millones de dólares menos de partida anual. 

Es natural que en una campaña cada uno quiera llevar agua para su molino, pero también lo es que se trate de exhibir la realidad tal cual es, porque tenemos que tener en cuenta a quienes nos miran desde afuera. Nacional está haciendo un enorme esfuerzo de ordenamiento interno reconocido por el propio sistema financiero. Si salimos a proclamar que todo es un desastre, quien resulta dañado es el club. A esta altura de mi vida, tengo la convicción de que el tiempo es un gentil hombre que pone las cosas en su lugar. La realidad del club es indiscutible. Está muchísimo mejor que antes en el área en que lo quieras mirar. El orgullo que tengo es haber ingresado a Nacional en el año 1998 y hoy, en el 2015, seguir en las estructuras del club y poder decir que mi participación -que no sé si fue mucha o poca-, ayudó a construir el presente. Una generación ganadora. Porque tengo claro lo que vivimos en las décadas del ochenta y noventa cuando teníamos el sentimiento que tienen hoy los que están en la vereda de enfrente. Quien quiera discutir sobre el tema deportivo, tendrá que reconocer que Nacional nunca tuvo una diferencia tan grande con Peñarol como la que hemos tenido estos años. El que lo discuta o no conoce la realidad o tiene mala fe.

Pasando a lo patrimonial: Parque Central, Polideportivo, cancha sintética y diez millones de dólares en una cuenta bancaria para terminar el estadio. En la parte social, se pasó de diez a setenta y cinco mil socios. En lo administrativo, quedó expuesto en la Asamblea días atrás, y es reconocido por todos, lo que significa hoy la transfomación y la profesionalización que se ha hecho de la misma. Es un enorme avance cuantitativo y cualitativo. De los últimos once balances, Nacional tiene diez años de utilidad. Creo que una propuesta acertada debería ser «cómo mejoro esto», no cómo destruirlo. Con el mensaje que están haciendo circular, están pretendiendo destruir lo logrado hasta ahora. Porque hoy no es solo la esencia, sino cómo se comunica. Estas acciones le están haciendo daño a Nacional. La única molestia que puedo sentir es cómo no tenemos límites para darnos cuenta de la diferencia entre el interés particular y el institucional. Lo digo porque estuve en una situación similar. Cuando me tocó venir al club, tenía claro que debía enfrentarme a quienes detentaban el poder en Nacional. Y yo no recorrí este camino. No lo hice en aquel momento ni en todos los años siguientes en los que me tocó estar en el club. Nunca se me escuchó hablar de «herencia», porque creo que todos somos conscientes de la realidad del club, y mi aspiración es que, a quien le toque gobernar, tenga la capacidad y la fortuna de poder mejorar las cosas. Desde este punto de vista estoy muy tranquilo. Creo que es sano y muy bueno para el club este momento electoral. Hubo épocas en que en el club no existía una renovación de dirigentes poque nadie se animaba a administrar a Nacional. Uno de los mejores símbolos de que el club está bien, sano y próspero, es que hoy hay gente que quiere participar de la vida del club. Porque acá al otro día hay que gobernar, tomar decisiones, pagar. Que el club está mucho más ordenado, no hay duda. Entonces, reconozcamos lo bueno. Por lo demás, nadie es moneda de oro para que todos lo quieran. En años de gestión siempre se cometen errores. Lo que yo tengo claro del socio es que va a poner en una balanza lo bueno y lo malo. Nosotros, mi equipo, hace años que estamos en la estructura del club y ya hemos demostrado que priorizamos lo institucional por sobre lo personal. Lo que hemos hecho siempre es cicatrizar, zurcir y devolver con una sonrisa y una mano tendida los ataques de los que hemos sido objeto. Lo mío es trabajar por Nacional, y lo voy a seguir haciendo desde el puesto en que me ponga el socio.

Se te está pasando factura en forma constante por diversos temas. Incluso por situaciones que parecen no ser muy claras, como el contrato de Sebastián Abreu o la actual situación de Gustavo Munúa. ¿No te embretás solo en algunas cosas?

Yo decido. Un presidente tiene que decidir. De pronto me embreté cuando había que cortar el sexenio y recurrimos a Hugo De León. Y tengo claro por qué De León fue el elegido. Yo vengo decidiendo en Nacional desde hace diecisiete años. Sería peor si no tomara decisiones. Nacional tiene por esencia un manejo democrático. Sus socios participan, deciden y luego hay que actuar. Estamos asisitiendo a una época donde la mayoría de los líderes del mundo viven detrás de las encuestas, corriendo detrás de la opinión pública para ser políticamente correctos. Yo creo que es un error. Una cosa es escuchar, tomar en cuenta la opinión de otros, no tener la soberbia de creer que uno es quien tiene la única verdad, y otra muy distinta es que, en el acierto o el error, aquel que esté al mando no tome decisiones. Tengo claro que en el tema Gran Parque Central se sucedieron dos Asambleas que ratificaron la decisión tomada por la Directiva. A pesar de esto, no puedo desconocer que hay gente que nos pide alguna corrección. Pude haber tomado una actitud soberbia y manifestar que la Asamblea nos había respaldado en dos ocasiones. ¿Qué hice en cambio? Escuché y también tomé decisiones. Le pido al socio que me juzgue por todas las decisiones que he tomado desde el ’98 a la fecha. Esa es nuestra trayectoria. Por algo lo que pretenden en esta campaña es acortar los plazos. Quieren evaluar a Eduardo Ache ahora, en este momento preciso. No quieren tomar en cuenta toda la trayectoria, porque saben que en ese lapso, los resultados están a la  vista, así como son conscientes que vinimos a corregir ciertos temas que había que enmendar. Conocían el valor de los contratos y que había varios que se extendían en el tiempo que nos iban a impedir bajar rápidamente el presupuesto. Pretenden plantear un caso como si esta situación hubiera caído del cielo. ¿Quién no sabe que cuándo vas a firmar un contrato te preguntan: «si mengano gana tanto, ¿cuánto voy a ganar yo?». Toda esta inercia que hoy está viviendo el club, que la hemos venido corrigiendo, tiene un por qué y un momento. No es que yo me embreté. Sí tengo claro, en el caso de Abreu, que no tenía mucho margen para manejar el salario, porque en el club había futbolistas con contratos muy elevados. ¿Cómo hacía yo para discutir mucho la remuneración a un jugador al que fueron a recibir dos mil quinientas personas? En el fondo me alegra que seamos tan exigentes. El club tiene que recorrer este camino. Lo que no entiendo es por qué a algunos les exigen tanto y a otros tan poco. No me molesta que haya un espíritu crítico, para eso está el socio. Pero seamos justos, y la justicia es darle a cada uno lo que se merece. Las únicas dos veces que se bajó el presupuesto en los últimos veinticinco años, casualmente estaba yo al frente del club. ¿Alguna vez me escuchaste decirlo?

¿Decís que tu error fue la comunicación entonces?

En este momento se está comunicando. Si lo hubiera hecho antes, iban a saltar a decir que era Ache tomándose una revancha. Mi espíritu es del de zurcidor, mi tendencia es barrer para adentro, yo vine a Nacional a corregir, no ha exclamar que «me dejaron una herencia». Porque así como marco algunas cosas, también destaco las buenas. Tengo claro que hoy Nacional tiene este nivel de socios no porque haya un grupo de chiquilines que dice «este es nuestro proyecto». Acá el que dio el salto grande en el crecimiento social fue la anterior Directiva, bajo el mando de Ricardo Alarcón. Además, convengamos que estas cosas las hacemos entre todos. Sin duda nos dieron un apoyo muy grande y, así como Alarcón aumentó los registros sociales de veinte a cincuenta mil, nosotros lo llevamos a setenta y cinco mil. Ahora será cuestión de alcanzar los cien mil, entre todos. La misma crítica que se le hacía a aquellos que se auto proclamaban como los «dueños» del Parque Central, les cabe también a quienes se presentan como dueños de los socios. Tanto el Parque como el crecimiento social lo hicimos entre todos. Si hubo alguien que le dio lugar a los dos movimientos para que pudieran desarrollarse fui yo. Frente a tu pregunta de si me embreto, creo que es mi obligación tomar decisiones, porque el no hacerlo es lo peor que le puede pasar a una institución.

¿Estás conforme con cómo se vendió en este período?

No tengo la menor duda de que sí. Nacional realizó dos ventas excelentes. Hagamos un paso previo. En el año anterior el club hizo lo imposible por no vender, se transfirió por menos de tres millones de dólares. Decidimos retener a los dos jugadores de mayor valor a futuro. En primer lugar, vinieron a buscar a Gastón Pereiro, era imposible frenar su venta. Lo que hicimos fue dejar un importante porcentaje de una futura venta para Nacional. Eso no lo menciona nadie. Podría haber optado por recibir más dinero en el momento de la transacción y bajar el pasivo, e incluso mejorar los números del balance. No lo hicimos, porque entendimos que era mejor apretarnos un poco más, pero capitalizar al club. Entiendo que alguien me pueda decir: «Eduardo, te equivocaste en tal cosa» o «este contrato no lo comparto», pero creo que sería bueno también que me reconocieran los aciertos. Que se me aceptara como buena la gestión por la que recuperé los ochocientos cincuenta mil dólares de Martín Cauteruccio, pero no, se me acusa de «perder el tiempo en la Conmebol». Gracias a esa pérdida de tiempo, Nacional recupero ochocientos cincuenta mil dólares y, entre otras cosas, Uruguay tiene la puerta abierta para ser quien ocupe la próxima presidencia de la Confederación. Eso sin mencionar el ingreso de un millón ochocientos mil dólares por el contrato de esponsorización con Fox. ¿Eso no tiene  valor?

Se nos acusa de «maquillar el balance». Esa es la explicación que le dan a la venta del cincuenta por ciento del pase de Carlos De Pena, por el que no existía ningún pedido de compra. Es sano y natural que existan críticas. Le hace bien al sistema, a la institucionalidad. Tengo claro que después de esto nadie va a malgastar en Nacional. Es prudente que este tema esté sobre la mesa, pero entonces seamos justos, y no pretendas crear un relato donde pareciera que los irresponsables son aquellos que se preocuparon por transparentar la administración. En la actualidad, quienes negocian las contrataciones son los funcionarios del club y no los dirigentes. Entonces, ¿por qué crear confusión? Que hemos cometido errores y horrores, no hay duda, pero cuando ponés en una balanza lo malo y lo bueno, la realidad es que Nacional está muchísimo mejor que antes. Ahora el socio tiene una opción bien clara de qué camino quiere recorrer. La decisión es suya.

¿Es cierto que los últimos contratos fueron manejados directamente por Ache sin intervención de ningún otro miembro de la Directiva?

Es al revés. Si algo ha pasado en Nacional es que todas las últimas negociaciones se han negociado sin intervención de la Directiva. Incluído el Presidente. Recuerdo haber intervenido en una Asamblea hace algunos años, donde la mayor crítica era que existía una comisión de contrataciones por fuera de la Directiva. Te reitero, una comisión de contrataciones por fuera del ordenamiento institucional del club. Así funcionaba Nacional. En esa Asamblea -previa a una elección-, hubo quienes recorrieron el país diciendo cualquier barbaridad; de Alarcón y de los integrantes de esa comisión. Quien salió a defender a Alarcón fui yo, y le consta a todos los asistentes. Uno de los pasos más importantes que se han hecho en este último período, en absoluto silencio, es justamente que hoy las negociaciones las hace la estructura del club. Recuerdo que en una de las últimas operaciones -por el contrato de Santiago Romero- me encontraba almorzando con Oscar Ferro y le aclaré que tenía que negociar con Alejandro Lembo y Martín de Castro. Cuando se hizo el trato que incluía a Sebastián Gorga, Diego Polenta y Mathías Malvino, quienes intervinieron fueron Hernán Navascués y Martín de Castro. Porque es lo que corresponde, más allá de que a veces haya que apuntalarlos. Sin duda las dos grandes transformaciones que ha tenido Nacional en este período son la administrativa -que con la incorporación del gerente general Martín de Castro y el Cr. Ari Buszcaniek se dio un salto cualitativo-, reconocido incluso por el Cr. Regino Olivera, integrante de la Comisión Fiscal por la oposición. Y la eliminación de la comisión de contrataciones, que bastante ruido generó. 

Te voy a agregar algo: cuando se habla de que «maquillamos el balance» nadie menciona que tiramos a pérdida en este ejercicio parte de operaciones viejas, que en actas decía una cosa y en el contrato otra. Negar la racionalización administrativa profesional que ha hecho el club, el salto de calidad -reconocido hasta por los bancos-, es absurdo.

¿Por qué es tan díficil en Nacional hacer cosas que, por lo menos en principio, parecerían fáciles? Dos ejemplos extremos: arreglar los baños de la sede y cambiar el Estatuto, tema en el que parecen estar todos de acuerdo.

Si uno mira lo que hemos hecho en diecisiete años dentro del club, es monumental. Es imposible negar que Nacional, hoy en día, es una institución diez mil veces mejor que antes. 

Desde el punto de vista del patrimonio, está claro que uno de mis anhelos es el tema del club social dentro de la sede. Una de las razones que me impulsó a presentarme a la elección es el deseo de ejecutar esta obra. No quiero hablar de eso ahora, porque considero que es una política de estado, una de las últimas partes del patrimonio clubista que tenemos que terminar de arreglar. No podemos dejar la sede como esta, los baños es lo de menos en comparación con el estado en que estaba el ex bowling. Tenemos allí un ingreso enorme. 

En relación al otro tema, el que mucho abarca poco aprieta. Ahora tenemos que abocarnos a una reforma del Estatuto muy concreta sobre temas puntuales en los que estamos todos de acuerdo, porque cuando pretendemos ir a cosas más amplias, no sale. Las veces que le hemos solicitado a la Comisión de Estatutos que nos eleven sus propuestas, los cambios pretendidos son tan profundos que si lo planteamos en una Asamblea van a existir infinidad de visiones. Por lo tanto creo que vamos a tener que cambiar el enfoque y encauzar la reforma en pocos puntos. 

Lo que sí espero es que alguien me reconozca el haber acortado los tiempos electorales. Uno ya está un poco viejo, tiene una nariz y un olfato grande e intuía que esto iba a pasar. ¿Te imaginás dos meses en este estado de enfrentamiento constante? Por más que hay gente dentro de la Lista 5 que me dice: «Eduardo, nos hiciste un daño a nosotros. Le diste tiempo a otros a crear sus puntos de vista y ahora nos toca salir a remar y a remontar en dos semanas». Puede ser cierto, pero le hizo bien a Nacional.

Si los socios no te eligen como Presidente, ¿vas a ocupar igual tu lugar dentro de la Directiva?

No veo razones por las que no. Si aporto, voy a estar. Si veo que mi figura puede generar algún resquemor, trabajaré desde donde sea. Como le dije una vez a Dante Iocco: «siendo suplente del onceavo, para mí es un honor». Cuando no estuve en Nacional, fui suplente de Ricardo Alarcón los seis años. No molesté, apoyé y creo que en algo colaboré para la obtención de algún campeonato del club, ¿no? Lo que me interesa a mí es que gane Nacional, no Ache. Si me dicen que la condición para que Nacional vuelva a ganar diez de dieciste y una Copa Libertadores es que no esté Eduardo Ache, renuncio ya. Hoy hay un grupo de gente que entiende que debemos enfrentar una competencia mucho más dura con nuestro tradicional rival, que ya se ha recuperado, y que para eso se necesita nuestra experiencia en una cantidad de temas que son imporantes. No me creo ni mejor ni peor que nadie, y tampoco subestimo. Al contrario, yo tenía la misma edad que quienes hoy me enfrentan cuando entré a la Directiva. No voy a desestimar a personas que posiblemente tienen diez veces más condiciones que yo. Lo que sí entiendo es que lo primero que tienen que hacer es participar, tal como lo están haciendo ahora. No tengo dudas de que esta campaña electoral van a surgir una cantidad de nombres que van a estar en la vida políitica de Nacional por los próximos años, bienvenidos sean. Lo primero que todos tenemos que aprender es que tiene que ser dentro de un clima de respeto y que el límite principal a todo es cuando se comienza a dañar al club. Nacional sabe que cuenta conmigo.

Por el otro lado, si te toca ser re electo, de seguro va a haber que limar algunas asperezas. ¿Estás dispuesto a hacerlo?

Si algo he hecho a través de los años es zurcir. Si no nos enfrentamos antes con situaciones de este tenor es porque Ache se calló muchas cosas y nunca respondió a ningún agravio… Esto de la administración ya se estaba denunciando hace tres años y miré para el costado. Las mismas cosas que sé ahora, las sabía en ese entonces y no se me escuchó un comentario. Nunca pensé que iban a reincidir con tanto énfasis. Espero que la próxima vez se tomen un poco más de recaudo en mirar cómo son realmente los números. 

¿Alguna de las ideas de las otras listas te parecen interesantes como para incorporar a tu gobierno en la eventualidad de acceder a la presidencia nuevamente?

Todo aquello que sea importante para Nacional se va a incorporar. ¿Quién no quiere aumentar la masa societaria, tener un club ordenado y salir campeón de América? Pero hay cosas que son expresiones de deseo y otras que son de gobierno. No tengo la menor duda de que Nacional va en ese camino. Muchos de los integrantes de otras listas estuvieron trabajando con nosotros y logramos implementar sus iniciativas. Creo que ya he dado suficientes muestras de que si nos acercan buenas ideas, sin importar de quien sea, las ponemos en práctica. De todos modos, muchas de esas nuevas ideas que se proponen, ya están en funciones. Nadie puede discrepar que es necesario apostar en juveniles. Tampoco se puede desconocer que le hemos sacado una ventaja importante al resto de los equipos con la incorporación de Pierre Sarratie y la estructura con la que contamos hoy en día. En cuanto a la intención de ajustar el presupuesto a la realidad, lo hemos venido haciendo. El próximo presidente, en lugar de tener que vender por seis millones de dólares tendrá que hacerlo por tres millones. Ya se le ha adelantado a los candidatos que en el ejercicio próximo vamos a tener ingresos genuinos por nueve millones de dólares y un gasto de doce millones. O sea, todas esas cosas que se están proponiendo ya se están haciendo. No hay duda que se pueden mejorar, lo que a veces nos cuenta entender es por qué no se reconoce que ya se está recorriendo ese camino y que muchas de esas cosas están instrumentadas. El aspecto en el que tenemos que seguir hincando el diente y en el cual no podemos seguir equivocándonos es en lo que tiene que ver con las contrataciones. Así y todo, quienes reciban el club lo harán con una baja sensible de contratos. Bienvenidas las buenas ideas, pero tengamos en cuenta que después hay que ejecutarlas. 

Nunca me escuchaste decir que el crecimiento social tiene mi nombre. Por el contrario, siempre reconocí que si hubo una persona en Nacional que consideró la importancia del marketing, la imagen y la comunicación y fue líder en el crecimiento social, esa persona fue Ricardo Alarcón. 

Un mensaje del Presidente -no del candidato de la Lista 5- a todos los socios, de cara a las elecciones del próximo sábado.

Que vayan a votar. Que sin duda el club está sano y sólido, y la mejor expresión de esto es la oferta electoral. Un club que tiene participación, tendrá continuidad. Es innegable que el club está en una mejor situación, y esto se debe a dos elementos primordiales. En primer lugar, se le dio continuidad a las políticas del club. Hubo una corriente que ha venido trabajando y construyendo sobre lo bueno que se hacía, sin importar quién lo hiciera. El otro pilar fundamental ha sido que Nacional manejó sus diferencias de la manera que debía hacerlo. Esto no quiere decir tapar ni callar. Supimos tener la madurez que no conseguimos hace unas décadas atrás, que significó que presidentes culminaran presos por ataques internos. Vemos con preocupación que están resurgiendo algunas de esas conductas que no son sanas. Eso es lo que hay que corregir. Hoy contamos con una masa social más grande, creo que lo fundamental sigue estando intacto y Nacional tiene todo lo necesario para repetir estos últimos diecisiete años. No va a ser igual, se viene una competencia mucho más dura y necesitamos de gente que tenga experiencia, templanza y convicción.

Ernesto Flores

decano.com

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