Nacional mejoró en casi todos los aspectos, y si bien no fue de los mejores encuentros, se ganó un partido pesado por lo que representaba.
Cambios que cambiaron. El Decano presentó varias modificaciones para enfrentar a Sud América. El primer cambio fue la figura táctica que configuró un 4-2-3-1. Las otras modificaciones fueron de jugadores. Ingresaron desde el vamos Diego Rodríguez, Maximiliano Cantera y Armando Méndez. Además, se notó desde el principio un equipo algo más intenso que en partidos anteriores. Las modificaciones y la actitud dieron sus frutos. El Bolso estuvo mucho más sólido en defensa, y los primeros 20 o 25 minutos realizó una presión sobre la última zona, lo que permitió en primer lugar, recuperar el balón más cerca del arco rival, y en segundo, no pasar zozobras en defensa. En ese lapso se generaron varias jugadas de gol, pero no se convirtieron. Lo mejor estuvo por derecha, en donde se formó un triángulo interesante con Cantera, Méndez y Mathías Zunino. Pero, de a poco Nacional comenzó a retroceder, Los dos mediocampistas se empezaron a retrasar y el equipo buzón empezó a encontrar espacios, para incluso tener una jugada en la que Diego Polenta salvó el gol en la línea.
Se continuó dominando. La segunda parte siguió con dominio del partido por parte del Bolso, pero la presión ya no era tan alta en el campo, sino que se empezó a recuperar el balón mucho más atrás. Esto dificultó la generación de jugadas de peligro, puesto que quedaban muchos metros por recorrer para pisar el área, y la precisión y las triangulaciones que se vieron en la primera mitad, ya no eran las mismas. Pero las modificaciones que dispuso Martín Ligüera esta vez surtieron efecto. Brian Ocampo y Andrés D’Alessandro fueron fundamentales. Brian entró algo apático, pero de a poco se fue metiendo en el partido y levantando su nivel. De sus pies vino el primer gol en el que roba, corre y pasa a D’Alessandro para que este meta un pase perfecto al medio y llegue gol de Matías Zunino. Luego generó dos penales. Uno no se cobró y fue un penalazo. Insólito que pase eso habiendo VAR, que no se haya ni revisado. Y el otro que fue el que generó el gol del capitán sobre la hora para dar tranquilidad y asegurar el triunfo.
Había que ganar y se ganó. No había margen para nada. Había que ganar y fue lo que se consiguió. Pero además se pueden destacar varias cosas. El equipo fue mucho más compacto en la zona central. Rodríguez y Felipe Carballo corrieron y marcaron mucho. Además, todo el equipo estuvo más intenso en todo sentido, para marcar y para atacar. Se vieron triangulaciones interesantes por derecha. Diego Polenta fue salida clara desde el fondo como nos tenía acostumbrados. Los cambios ingresaron bien y mejoraron al conjunto. Para seguir mejorando la zona izquierda, en la que no se vio lo que se hizo por derecha. Además, se debe intentar no retroceder tanto. Como equipo grande Nacional debe presionar en zona alta, de lo contrario estamos dando espacio para que nos ataquen. Lo dicho, se ganó un partido pesado por lo que venía sucediendo en partidos pasados, y en el que no había margen de error.
¡Nacional nomá!
Diego Ávalo
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