Sin explicación. La primera mitad fue de esos partidos que son muy difíciles de explicar. Nacional tuvo que realizar modificaciones. La mayoría por ausencias obligadas. Pero en principio las ausencias de titulares no se percibían en el juego. Se comenzó dominando pelota y territorio. Y también en actitud. River Plate entró con línea de tres y por las bandas Nacional se hizo un picnic. Y más después de que a los 5 minutos vino la apertura del tanteador por parte de Antonio Galeano en una gran jugada por izquierda. Pero el partido se dió vuelta totalmente a partir de un penal que solo s Nacional le cobran. Un choque en una pelota dividida que jamás finaliza con pena máxima, salvo sea Leodán el juez y Nacional el perjudicado. A partir de allí y con un cambio a línea de 4 del conjunto Darsenero se perdió el control total del partido. Sobre el final vino un tanto insólito de esos que recorren el mundo por lo poco probables.
Arriesgando. La segunda mitad Nacional salió a jugarla con línea de tres arriesgando en el fondo. Y en principio dio sus frutos ya que a los 15 minutos se logró el empate en un penal bien cobrado. A partir de allí se retomó el control del juego pero de manera muy desordenada. Se buscó con envios aéreos y empujando pero sin ideas. Sobre el final vinieron dos goles, uno para cada lado cuando el partido ya era un caos.
Se salvó el punto. Se salvó el punto en el final pero una vez más dejamos pasar una oportunidad de recortar la ventaja del rival. Comenzamos de muy buena manera pero de nuevo pasó lo que nos viene pasando a lo largo de todo el año. Nos convierten y nos desordenamos. Y se pagó con la perdida de dos puntos. Ahora s pensar en el jueves, que es hasta ahora el partido más importante del año.
¡Arriba Nacional!
Diego Ávalo
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