Nacional es Uruguay desde el día que la delantera la integraban los hermanos Céspedes y sigue siéndolo al día de hoy.

La rivalidad entre los vecinos del Plata existe desde la época de la lucha de puertos entre Montevideo y Buenos Aires por el control del comercio en el Virreinato. Esta rivalidad se afianzó en el tiempo cuando surgieron Uruguay y Argentina. No es de extrañar que una vez que el fútbol se convirtió en el principal deporte a ambas márgenes del «Río ancho como mar», esta rivalidad haya trasladado a los campos de juego.

En 1902 las dos Asociaciones habían definido jugar un partido amistoso cada año, alternando la sede, el primero de estos partidos se disputó en Montevideo el domingo 20 de julio de 1902 y tuvo como resultado un contundente 6 a 0 a favor de Argentina que entre sus filas contaba con varios jugadores del poderoso Alumni que consiguiera 10 títulos de campeón Argentino entre 1900 y 1911.

El segundo clásico del Río de la Plata debía jugarse en Buenos Aires; la fecha elegida fue el 13 de setiembre de 1903.  Faltando poco menos de un mes la League designa a los jugadores que deberían viajar a Buenos Aires a representar a nuestro país contra los hermanos Argentinos, empresa harto difícil teniendo en cuenta la goleada sufrida un año antes en Montevideo.

Finalmente cuál designación del Maestro Tabárez, se nombraron a los once valientes que deberían jugar por Uruguay. Ellos fueron: Amílcar Céspedes, Carve Urioste, Bouton Reyes, Miguelón Nebel, Luis Carbone, Bolívar Céspedes, Castro y Alejandro Cordero por Nacional y Aniceto Camacho, Ceferino Camacho, Pena del CURCC.  En la directiva del vice campeón Uruguayo de 1902 no estuvieron de acuerdo con las designaciones ya que consideraban que debía haber más jugadores “del club inglés». Se vivieron días de incertidumbre por parte de las autoridades de la «League» buscando que el CURCC cediera sus jugadores, pero esto no aconteció. Se decidió citar tres jugadores del Montevideo Wanderers, institución fundada el año anterior, pero estos tampoco cedieron sus jugadores vaya a saber por qué motivo. Es entonces que se comienza a barajar la posibilidad de no disputar el partido ante lo que surge la propuesta de Nacional de representar a Uruguay con su equipo, el que fuera Campeón Uruguayo en 1902 y que se adjudicaría el Bi Campeonato en la final de 1904 por el campeonato de 1903.

Visto que la única posibilidad de disputar el partido por parte de la «League» era con la exclusiva participación de jugadores de Nacional, se decidió aceptar. Ironías del destino, esa misma «League» que en 1900 no permitió el ingreso de esos muchachos por considerar que no tenían «nivel», ahora ponía su prestigio y honor en sus manos.

Una vez resuelto que Nacional iba a ser Uruguay la directiva toma una decisión trascendental, se iba a practicar todos los días de 15 a 17 horas, cosa que no se estilaba en esa época.  A los ocho jugadores designados se les sumarian Carlos Céspedes, Gaudencio Pigni y Gonzalo Rincón.

El 12 de setiembre de 1903 en horas de la noche partió del Puerto de Montevideo el buque Triton llevando al plantel hacia Buenos Aires. La delegación estaba presidida por Eusebio Céspedes (padre de Los Hermanos Cespedes), Domingo Prat (presidente de Nacional), José María Reyes Lerena, Alberto Mullin y Mario Ortiz Garzón quien seria el único suplente.

La delegación arribó en la mañana del 13 de setiembre y luego de un almuerzo protocolar viajo rumbo a la cancha de la Sociedad Hípica Argentina en Palermo donde se disputaría el partido bajo la atenta mirada del Presidente de la República Argentina Julio A. Roca y ocho mil espectadores.

Uruguay formó en esa histórica tarde con Amílcar Céspedes; Carlos Carve Urioste y Ernesto Bouton Reyes; «Miguelón» Nebel (Primer Capitán de la Selección Uruguaya), Luis Carbone y Gaudencio Pigni; Bolívar Céspedes, Gonzalo Rincón, Carlos Céspedes, Eduardo De Castro y Alejandro Cordero. 

El partido comenzó y la primera sorpresa de la tarde es el dominio de los uruguayos  que manejaban el partido y llegaban con peligro al arco Argentino. Este dominio se tradujo en el primer gol de la tarde a los 19 minutos por parte de Carlitos Céspedes que dejó perplejos a los espectadores que esperaban no solo un triunfo, sino una goleada por parte de Argentina. El primer tiempo culmina con este resultado de victoria para Uruguay; imaginamos la charla en el vestuario pidiendo aguantar los primeros minutos del segundo tiempo ya que los locales se vendrían con todo a buscar el empate. Esto fue lo que sucedió, Argentina con su gran delantero Jorge Brown como estandarte metió a Nacional, perdón a Uruguay, dentro del arco. Uruguay aguantaba con sus defensas y especialmente con una gran actuación de Amílcar Céspedes.

Promediando el segundo tiempo Uruguay sorprendió nuevamente, esta vez por parte de Bolívar Céspedes y marca el segundo gol. Los consagrados jugadores Argentinos se van arriba y con dos genialidades de su estrella, Jorge Brown, empataron a poco de culminar el encuentro. El partido se hizo de ida y vuelta, los dos buscaban el triunfo y este llegó para la escuadra tricolor, perdón, azul con diagonal blanca en esta ocasión, con un remate cruzado de Carlitos Céspedes. Lo impensado había sucedido, Uruguay conseguía su primer triunfo de la mano de Nacional, club que a lo largo de la historia estaría presente en todas y cada una de las consagraciones de la Selección Uruguaya.

Esa misma noche retornaron en el Tritón a Montevideo donde una multitud esperó en el Puerto la llegada de los ídolos. Ese mismo 14 de setiembre se recibió un telegrama del Presidente de la League Argentina que decía:

“Buenos Aires, setiembre 14.

-A Enrique Lichtenberger.- Piedras 127.- Montevideo.-

En nombre del Consejo de la Argentine Football Association, felicito a la Liga Oriental por el triunfo de ayer.

Los miembros del team oriental se han portado como héroes. La línea de forwards ha resultado la mejor que se haya presentado en nuestras canchas.

Un cariñoso saludo a su digno presidente y demás miembros de la Liga Oriental.

CHEVALLIER BOUTELL, Presidente; F. WILLIAMS, Secretario.”

En épocas en las que se discute el apoyo a la AUF en temas muy sensibles, es bueno recordar que el Club Nacional de Football ha respondido siempre al llamado de la Selección Uruguaya y que sus jugadores han sabido cumplir, y como el 13 de setiembre de 1903, exceder las expectativas.

Nacional es Uruguay desde el día que la delantera la integraban los hermanos Céspedes y sigue siéndolo al día de hoy en el que la 9 de Uruguay la lleva Luis Suárez, un muchacho que acunó sus sueños de gloria en la concentración de Los Céspedes bajo la atenta mirada de los héroes de una tarde de setiembre en Buenos Aires.

Pablo Fascioli

Bibliografía consultada:

«Libro de Oro de Nacional-Bodas de Plata-» Diego Lucero

«100 años de Fútbol- Historia del Club Nacional de Football-» Dionisio A. Vera (DAVY)

«El Padre de la Gloria» Juan José Melos

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