Mañana tranquila en el reducto tricolor. Lentamente se prepara el choque contra Danubio de la semana próxima.

Luego de los ejercicios de estiramiento se dio paso al habitual «monito». Volantes y delanteros se repartieron en tres canchas, mientras por otro lado trabajaban los defensas en línea de cuatro.

Terminada esta primera parte del entrenamiento, Juan Cruz Mascia, Ignacio González y Richard Porta se dirigieron al gimnasio para hacer ejercicios de musculación, mientras que Iván Alonso, Carlos De Pena, Lucas Cavallini y Gonzalo Ramos trabajaban en potencia dirigidos por Gustavo Roberti.

En uno de los arcos, Fernando Gayoso dirigía el entrenamiento de arqueros. Jorge Bava, Martín Tejera y Leonardo Burián se turnaban levantando centros y disparando al arco. En el arco opuesto, el resto de los integrantes del plantel practicaba ejercicios de definición. Rodolfo Arruabarrena observaba alternada y atentamente cada una de las tareas.

Normalidad absoluta en Los Céspedes. Como dato a destacar ocurrió el regreso de Maximiliano Calzada a la práctica normal de fútbol. 

El jueves se continuará trabajando pero esta vez se cambia de escenario y habrá fútbol a puertas abiertas en el Parque Central. Desde las 10 h los probables titulares se enfrentarán a Central Español y por la tarde, a partir de las 16, los supuestos suplentes se medirán con Torque.

Nacional trabaja y espera, firme y confiado.

Ernesto Flores

decano.com


Nota anterior: «»Se puede dar mucho más»»

El bolso trabajó el martes por la tarde, para completar el doble turno dispuesto por Rodolfo Arruabarrena.

Los entrenamientos dispuestos por el cuerpo técnico, transcurrieron intercalando trabajos físicos con espacios reducidos.

 “Se mejoró, pero se puede dar mucho más”, sostiene Rodolfo Arruabarrena.

Pablo Álvarez realizó trabajos diferenciados solo por precaución, se le bajaron las cargas, realizó trotes exclusivamente.

Es evidente que el Vasco quiere automatizar movimientos, para reducir errores y mejorar lo realizado hasta ahora por el equipo tricolor.

Los espacios reducidos y los trabajos específicos se realizan para mejorar los movimientos en bloque del equipo en su conjunto. Para eso se trabaja por líneas, y se corrigen los movimientos individuales para lograr ese equipo que pretende el entrenador.

Si cada jugador está consustanciado con el objetivo grupal, al entrenador se le facilitan las cosas. Por eso cada cuerpo técnico necesita tiempo, para que el grupo entienda cual es la forma que pretende para el logro de esos objetivos.

Se pueden lograr mediante algunos números que los «entendidos» desmenuzan en sus análisis. 3-4-1-2, 4-3-1-2, 4-4-2, 3-5-2 -al estilo Bilardo-, y tantos más que al hincha no le interesan, pero dan «chapa» de «sabelotodo» a los comentaristas de turno.

El fútbol es mucho más simple que lo que aparenta. Arruabarrena prefiere jugar con menos defensores fijos, para lograr llegar a desbordar al rival en ataque. Pero como en todo partido de fútbol el que gana es el que recibe menos goles que el rival, hasta ahora el Vasco ha mostrado un solo capítulo de lo que pretende. Ha priorizado defender con más gente, para mantener el arco propio en cero, para después pensar en el ataque.

Sabemos que al Vasco le gusta el sistema con 3 en el fondo, 4 en el medio -2 volantes centrales y dos volantes carrileros por los costados del campo-, un enlace, y dos puntas.

Eso no lo ha podido poner en práctica, hasta el momento. Eso no quita que no sea su objetivo. Tres partidos disputados y tan solo un gol en contra, hacen que el Vasco suspenda su pretensión inicial. Imagino al Vasco con sus colaboradores diciendo, «que no nos conviertan, después soltamos al equipo. Los resultados nos ayudarán a afianzar el grupo y el objetivo».

El miércoles será una jornada de solo un movimiento, en Los Céspedes. Veremos si Rodolfo Arruabarrena nos entrega alguna sorpresa el jueves, cuando en el Gran Parque Central  junte a sus futbolistas a realizar lo que mejor hacen, que es jugar al fútbol.

Juan Carlos López

 decano.com


Nota anterior: «El Vasco pide trabajo»

Jornada de doble turno en Los Céspedes. Todo el plantel a disposición. Con las excepciones de Maximiliano Calzada que continúa sentido y los convocados a la selección Andrés Scotti y Álvaro Fernández.

“Tenemos dos semanas para trabajar fuerte y preparar el partido contra Danubio”, dijo el Vasco y lo está cumpliendo.

Como ya habíamos informado, Pochola se encuentra realizando trabajos diferenciados a raíz de una tendinitis que lo viene aquejando desde la semana pasada. La sanidad tricolor considera que la misma no reviste gravedad y que seguramente llegará en buena forma para estar a la orden de Rodolfo Arruabarrena cuando el próximo 13 de setiembre en Jardines del Hipódromo Nacional enfrente a Danubio.
 

El resto del plantel se encuentra en perfectas condiciones. El grupo realizó ejercicios físicos y posteriormente el entrenador dispuso que se hiciera fútbol en espacios reducidos. Estos se realizaron en media cancha, con mucha intensidad y excelente ánimo por parte de todos los que participantes.
 

El miércoles regresarán a Los Céspedes, para trabajar en un solo turno. El jueves a partir de la hora 9:30 realizarán fútbol en el Gran Parque Central. Para el viernes está previsto volver a Los Céspedes en horario matutino.
 

Daniel P. Collazo

decano.com

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