En unos días empieza el Torneo Intermedio, una novedad para la temporada 2017 del fútbol uruguayo.

Desde algún tiempo era consenso que los equipos de primera división de Uruguay tienen poca competencia. Cuando se compara la cantidad de partidos oficiales de Uruguay a lo que hay en los demás países de Conmebol, encontramos que éste es el país en lo que se disputan menos partidos entre los diez. Por esta razón, cuando se discutió en 2015 la posibilidad de volver a jugar el campeonato uruguayo en el año calendario, se levantó también la necesidad de aumentar el número de partidos.

La propuesta presentada traía dos series de ocho equipos, determinadas por la ubicación en el torneo Apertura, jugando a una sola rueda, con una final entre los ganadores de cada serie. Los puntos obtenidos en dicho torneo suman para la Tabla Anual y para la tabla de descensos.

Como premio deportivo, el torneo Intermedio da al ganador la clasificación a la Copa Sudamericana del año siguiente (en este caso, 2018) como “Uruguay 3”. Da también al campeón un lugar en la Supercopa Uruguaya, otra novedad para la temporada 2018, que se disputará una semana antes del inicio de la temporada contra el campeón uruguayo de 2017 (si un mismo equipo gana los dos torneos, la Supercopa se juega entre el campeón uruguayo y el subcampeón del Intermedio).

Formación de los grupos

Los grupos fueron formados de acuerdo a la tabla de posiciones del Apertura – los de posición ímpar en el grupo A y los de posición par en el grupo B. Para Nacional, los adversarios serán Cerro, Wanderers, Danubio, River Plate, Racing, Juventud y Sud América. Como los puntos cuentan para la tabla anual, se puede decir que el segundo lugar en el torneo Apertura dio a Nacional el beneficio de ocupar un grupo un poquitín más suave. Esto porque en el Apertura los equipos del grupo A sumaron, en conjunto, 172 puntos; los del grupo B, 157. Dicho de otra manera: los rivales de Defensor sumaron un promedio de 19,4 puntos, mientras los de Nacional sumaron un promedio de 17,4. Además, quiso el destino que los dos equipos que pudieron vencer a Nacional (Boston River y Defensor) quedaran en el otro grupo.

El fixture puso a River como primero rival en 27 ó 28 de mayo, irónicamente en el Parque Central – estadio que fue cerrado por cinco fechas por un incidente exactamente antes del partido contra River Plate. En seguida, el 3 ó 4 de junio, el rival será Danubio como visitante; el 10 ó 11, otra vez locales, jugamos contra Wanderers; después, visitantes, contra Racing el 17 ó 18; el último fin de semana del mismo mes Nacional recibe a Juventud de Las Piedras, y el día 1 ó 2 de julio visita a Sud América. En la última fecha, Nacional enfrentará como visitante a Cerro el día 8 ó 9 de julio.

Finalmente, la final del torneo viene en una fecha emblemática para el fútbol uruguayo (a modo de sugerencia, ¿por qué no realizar la final del torneo intermedio siempre en esta fecha?): 16 de julio.

Intentos anteriores

Si en la década anterior Nacional tenía un mínimo de 34 partidos oficiales locales al año (36,4 de promedio, llegando a un máximo de 41 en 2009), la extinción de la Liguilla a partir de la temporada 2009/10 hizo este número disminuir para un promedio de 31 (mínimo de 29 en 2016 y máximo de 33 en 2010 y 2012).

El caso es que ya no hacía mucho sentido disputar en pleno invierno un torneo planeado para jugarse en verano. Además, la liguilla daba al ganador un lugar en la Copa Libertadores, y realizarla en pleno invierno significaba disputar el torneo más de seis meses antes de empezar el certamen continental.

Pero la necesidad de tener más competencia existía, y así en 2012 se disputó el torneo Preparación, jugado en el interior del país. Pero en aquel momento el único equipo del interior que militaba en la primera división era Cerro Largo, quien fue eliminado en la primera fase. Además, Nacional y Peñarol jugaron con suplentes. Quedaba claro que la idea no había tenido éxito.

La suma de puntos para la Tabla Anual y para el descenso es una idea util para evitar que el torneo sea desinteresante. Pero hay un pequeño detalle conceptual que debe ser corregido a futuro (si es que la idea es efectivamente prestigiar el torneo): si el campeón del Apertura (en este caso, Defensor) gana también el Clausura, automáticamente se proclama campeón uruguayo, aun si tiene menos puntos que otro equipo (un posible ganador del Torneo Intermedio) en la Tabla Anual.

Manoel Castanho

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