Desde el comienzo del ciclo de Álvaro Gutiérrez se palpó la comunión entre el plantel. Ayer se llegó al paroxismo con el vínculo plantel-hinchada.
El festejo de la tribuna se arrastraba desde hacía treinta minutos cuando del túnel emergieron los responsables de esa alegría descontrolada, en un gesto que seguramente no tenga antecedentes en el fútbol local. La presencia de los jugadores no fue para reclamar un reconocimiento sino para compartir el momento y también, por qué no, ofrendarlo a la hinchada.
De las duchas a la Colombes sin más trámite y sin demoras, envueltos con una toalla algunos, en calzoncillos los más, con chancletas que se negaban a entrar e iban quedando a un lado de la cancha, o bien descalzos, los responsables de la remontada clásica más espectacular que recordemos, extendieron sus brazos para abrazar y dejarse abrazar por una inmensa marea tricolor.
El partido fue soñado e inolvidable para hinchas y protagonistas: «No voy a olvidar este día, es un clásico que me dejará marcado» reconocía Carlos De Pena y agregaba que «este triunfo es de todo el plantel, no de los once que entramos o los catorce que jugamos, es de los treinta que estamos a diario tirando para adelante«.
«Ganar un clásico es muy importante» manifestó Gonzalo Porras y continuó «más en la manera en que se dio y, en mi caso siendo el primero. Fue un partido soñado». «Este grupó demostró que tiene mucha rebeldía, entrega y solidaridad» concluyó el debutante. .
Para Diego Arismendi «Este triunfo no se puede explicar con palabras. Estoy tremendamante emocionado y queremos compartir esta alegría con la hinchada» señaló el «Mama» quien además aseguró que «nunca dimos el partido por perdido».
Un emocionado Iván Alonso sostuvo que «Ésta será una tarde especial, inolvidable, algo que este grupo merecía porque es maravilloso. Desde el inicio se ha trabajado con humildad y sacrificio, hoy tenemos este premio. Queremos dedicarle la victoria a Guillermo De Los Santos, un gran amigo que de alguna manera siempre entró a la cancha con nosotros, ahora toca ir a festejar a Los Céspedes, compartir con los funcionarios del Complejo, que siempre están con nosotros, apoyando y alentando«
Gastón Pereiro no podía creer lo que estaba viviendo «Estaba en el banco y cuando vi que el disparo del «Chino» se metía salí como loco, corriendo y gritando, me salió el hincha de adentro. Después que se retiraron los perdedores volvimos como hinchas a festejar con los nuestros. Es el día más feliz de mi carrera«.
Otro que lo vivió largamente como hincha y como tal lo esperaba desde hacía años fue Sebastián Fernández «Nunca más me voy a olvidar de este clásico, la pelota que entra después de pegarme en la mano, el gol del «Chino» que fue de otro planeta para terminar ganando un clásico inolvidable. La alegría no me cabe en el cuerpo» remató «Seba».
Ninguno fue ajeno al momento vivido, la alegría se reflejaban en los más jóvenes como Alfonso Espino y explotaba de igual manera en los rostros de los veteranos como Gustavo Munúa, Iván Alonso o Álvaro Recoba. Un triunfo y una celebración que solo Nacional puede gestar.
decano.com
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