Entrevistamos a Leo Zylbersztein y tuvimos la oportunidad de hablar de todo, gracias a su predisposición y buena onda.
En un trabajo que difrutamos mucho, nos dimos el gusto de entrevistar Leo Zylbersztein, DT de Nacional en básquetbol. La charla fue extensa y amplia y abarcó desde su visión del básquetbol hasta, por supuesto, la actualidad del equipo que dirige.
Zylbersztein comenzó resumiendo su vida en el deporte: “Si bien primero incursioné en el fútbol, mi papá fue técnico de voleibol, mismo de Nacional por mucho tiempo, y después encontró en el básquetbol un lugar donde poder desarrollar un momento de diversión en mi etapa de niño-adolescente, también de educación. Y a partir de ahí, siendo mi madre maestra, empecé a incursionar en la docencia, como profesor de educación física”.
También nos dijo que, luego de culminar el liceo, comenzó su curso de técnico de básquetbol, y “de a poquito”, se fue profesionalizando, pasando desde pre mini a las categorías más grandes.
Luego de iniciarse en Hebraica y Macabi, pasó por Yale y Tabaré, hasta que volvió a Hebraica y ganó dos títulos, con los jugadores que había formado. Pasó por Paraguay hasta que recaló en Nacional. Cuando llegó al Bolso, para él significó seguir los pasos de su padre, que había estado en el club.
Nacional es “una institución que está dando pasos muy grandes en cualquier deporte, no solamente en el básquetbol, y si bien lo más visual es el fútbol, creo que tanto el fútbol de salón, como el voleibol, el básquetbol, entre otras disciplinas, están creciendo. Nos llena de alegría y queremos seguir manteniendo el camino de mantener a Nacional siendo protagonista en una Liga Uruguaya que es sumamente difícil”, dijo el entrenador.
¿Sos de mirar partidos internacionales? ¿Qué liga extranjera te gusta más?
Particularmente me gustan dos ligas, que sigo mucho, y por diferentes motivos.
Una es la liga argentina que, si bien este año ha bajado por tema de presupuestos y no hay tantos extranjeros, la sigo bastante porque creo en el básquetbol moderno de jugar con cuatro jugadores abiertos, que el tiro de tres puntos sea una amenaza constante, Argentina ha logrado tener una identificación con ese juego que a mí me gusta. Como segundo punto marco a los extranjeros que vienen a Argentina. Tengo la particularidad de seguir a dos o tres equipos que tienen una característica similar a la de Uruguay, que el entorno del equipo es a partir de los tres extranjeros, y después tienen ‘nacionales’, como pasa acá.
Otras de las ligas que me gustan mucho son la Euroliga y la liga ACB, que ahí, si bien tienen un formato de juego muy similar a lo que a mí me gusta, hay una riqueza táctica y técnica muy importante.
Con respecto a la NBA, me gusta más en la instancia de Playoffs. Me parece que la fase regular de 83 partidos es una fase de show y de aspectos más económicos, pero de todas formas es el básquetbol más importante del planeta. Entonces también, como entrenador tengo que ponerle un poquito de ojo. Más allá de interactuar con mi señora, ver alguna serie, porque tenemos que compartir tiempo juntos.
Es interesante la formación de jóvenes talentos que están ocurriendo en España.
Sí, ellos obviamente que tienen una chance muy grande de nacionalización de jugadores de diferentes países, de reclutamiento; hay una captación muy grande, y tienen un mecanismo de poder nacionalizarlos rápido. Entonces claro, también se genera un lugar donde ellos pueden constantemente recurrir a buenos jugadores que después se lanzan a la NBA, y son muchos los casos que terminan en la ACB o son jóvenes y pasan rápidamente a la NBA.
Ese camino que está tomando el básquetbol moderno de jugar con un ‘5’ y cuatro perimetrales, ¿pensás que puede favorecer a nuestro básquetbol, teniendo en cuenta que tenemos problemas históricamente para generar jugadores grandes?
Por un lado, sí. Como pasa en varios rubros de la vida en general, uno va viendo los cambios un poquito más adelante en el tiempo en Sudamérica, y más que nada en Uruguay. Creo que el básquetbol se va tornando, ya en Europa y en Argentina, un básquetbol de tener cinco jugadores que tiren de tres puntos. Acá todavía hay ‘5’ que no necesariamente tendrían que tirar, pero dentro de la construcción de lo que hoy es el básquetbol, al tener jugadores que puedan ser amenaza del tiro de tres puntos, podés postear a cualquier jugador más chico. Entonces, dentro del juego que tenemos, nosotros no solamente posteamos a Esteban Batista, Charles Mitchell o a Devon Collier, sino que también utilizamos la posibilidad de postear a Morrison o a ‘Carlitos’ Cabezas, que tienen ventaja física. Por lo tanto, hoy se ve mucho el sacar al grande de la pintura para generar espacios y para poder postear a otro jugador cuando hay ventaja de estatura.
¿Hacia dónde va el básquetbol? Va hacia ese lado, a tener jugadores tal vez más altos, más parejos en altura, sí o sí los cinco jugadores van a tener que ser una amenaza del tiro de tres puntos. Hoy está cambiando, claramente hay más tiros de tres que de dos, por la simple razón de que el tiro de tres puntos vale uno más. Entonces, frente a una posesión, tener un punto más con respecto al rival, se hace posible meter más puntos.
¿Tenés alguna escuela de básquetbol con la que te identifiques?
Año a año me voy organizando de una manera por la cual, por ejemplo, a la hora de ver Euroliga sigo a dos equipos. Me gusta mucho el entrenador del Valencia que es Jaume Ponsarnau, que tuve la oportunidad de ir a Argentina a un curso de él y hablar mucho tiempo, y a nivel defensivo, tengo una guía sobre ese entrenador y sobre esa institución. Y este año seguí al Barcelona de Sarunas Jasikevicius en la parte ofensiva.
Entonces trato de, año a año, encontrar a dos entrenadores, dos equipos, y poder ver, en un equipo la parte defensiva, del otro la parte ofensiva, y sacar apuntes.
Y después, como ya mencioné, la liga argentina. Creo que calza muy bien con la idea de tener cuatro abiertos, defensivamente las diferencias que hay dependiendo de los jugadores que tienen el balón o no.
¿Cómo te recibió el mundo Nacional?
Yo llegué con mucho gusto. Nacional venía de dos torneos muy buenos, y por diferentes motivos, ya sea económicos o de que jugadores tuvieron ofertas ajenas más importantes de las que tenía Nacional, se armó un equipo nuevo. Era un desafío nuevo, si bien a mí me había tocado estar en otra institución y haber ganado dos torneos. El inicio no fue fácil, porque tampoco empezamos muy bien la temporada anterior, y de a poquito empezamos, a partir de un equipo nuevo, donde solamente se mantenía Santiago Moglia y algún sub 23, comenzamos a tener un poco más de química, trabajo, y de a poco fuimos ganando el lugar que Nacional había obtenido los dos años anteriores.
Con respecto al recibimiento, siempre es el mejor, sin dudas. Hoy mirando para atrás, estoy en una gran institución, donde el respaldo, ya sea positivo o negativo, pasa a ser sumamente importante. El paladar del hincha de Nacional no solamente alcanza con ganar, sino que, el ganar y jugar bien tienen que ser dos puntales importantes y, como les dije a los jugadores, si bien estamos en situación de pandemia, nuestra idea siempre fue, como equipo, nosotros contagiar al de afuera, y no que sea al revés, que de afuera no nos contagien a nosotros. Eso lo hemos logrado. Ahora en pandemia, si uno hace una encuesta a los hinchas de Nacional, desearían estar con nosotros apoyándonos, porque creo que ven en nosotros un equipo, ganando o perdiendo.
El ganar es muy importante, pero cuando se pierde, el apoyo que viene de afuera siempre es de cosas positivas, y si hay alguna cosita negativa nosotros entendemos que el hincha es le hincha, pero hemos demostrado que de adentro vamos a dejar todo para lograr los objetivos. Y si no lo logramos, poder mirarnos a los ojos entre todos, y decir que dimos todo. Me parece que en ese sentido el respaldo está, la gente es muy pasional, sentimos la presión, nos alimentamos de ella para lograr cosas. Así que creo que no sólo yo, sino todo el equipo, disfrutamos del lugar donde estamos y de la presión que tenemos. Entrenamos todos los días en el ‘Poli’ porque desde un inicio quisimos tener una identificación con el club. Cuando salimos de ahí, nos sentimos extraños, y ese es el trabajo general de las tres patas importantes: los jugadores, los dirigentes y la gente. Eso genera que nosotros nos sintamos cada día mejor y mucho más cómodos con el club, y creo que el club se siente identificado con nuestro trabajo.
¿Qué opinás sobre la inminente llegada del club social?
Es fundamental. Hay un cambio estructural de organización, y eso a la larga va a generar un cambio de profesionalización, no solamente en un área que es normal, que es el fútbol, que es el es el escudo, pero en los deportes mal llamados menores, nos va a generar una estabilidad y una profesionalización sumamente importantes. Uno de a poco va viendo las obras que se están haciendo en el Gran Parque Central, nosotros estamos en un lugar en el que se van realizando cosas, ojalá podamos estar en el funcionamiento final del club social, y creo que es un antes y un después.
Es un antes y un después tener un club. Como puede ser Biguá o Urunday. Un club social donde uno pueda identificarse con el club que uno es hincha, y a su vez, tener las comodidades de un club top de Uruguay, así que en ese sentido me parece que es un ‘golazo’ que hace crecer a la institución. Me parece que se dan pasos muy grandes hacia adelante.
Podría ser un atractivo para los juveniles
Es un llamador, sin dudas. Uno a veces analiza en el básquetbol nacional, porqué Biguá es una de las canteras más importantes del Uruguay, o Malvín, y sin dudas, un factor son las instalaciones que tienen. Entonces, me parece que van a haber muchos más chicos, muchos más niños practicando, no solo básquetbol, sino cualquier deporte, y eso va a generar, no sin querer, pero sí que haya más chicos entrenando el básquetbol, que si el club está organizado y profesionalizado. No solamente esté el apoyo del básquetbol, sino que el apoyo de la educación, de la alimentación, de las comodidades, y eso claramente genera un aumento en las posibilidades de tener jugadores genuinos del club en otros deportes.
¿Cómo es jugar sin público? ¿Ya están acostumbrados?
Claramente es muy difícil. Recuerdo cuando jugamos nuestro primer partido sin público, fue en la cancha de Unión Atlética frente a Defensor Sporting. Muchos jugadores se quejaban, decían ‘pah, que horrible, cómo nos vamos a motivar’, ‘no hay gente’, ‘es como si fuera un amistoso’. En ese momento yo recuerdo haber pedido un minuto de tiempo y haberles dicho ‘muchachos, más allá de lo que estamos viviendo, tenemos la posibilidad de jugar, es mucho más sano jugar contra un rival y que siga el torneo’. Después, con siete meses de parate, todo el mundo se acordaba de esa charla y todos deseando volver a jugar y volver a tener actividad.
Hoy te diría que uno se acostumbra, porque lamentablemente pasa eso. Pero claro hay momentos en el partido que vas perdiendo o ganando, o haber jugado un clásico con 30 personas de un lado y del otro, y uno va imaginando lo que hubiese sido si hubieran podido entrar 5 mil personas de cada lado. El apoyo que hubiésemos tenido, el clima que se hubiese generado en una definición de quinto partido de Nacional-Aguada podría haber sido extraordinario. Sinceramente se extraña ese empuje, esa presión sana de dejar todo, esa sensación de que el juez cuando tiene que arbitrar a un equipo con convocatoria también siente presión, y hoy no es lo mismo. Se ve claramente en lo que es el fútbol en el torneo local, pero esperemos que esto sea por este tiempo y que la próxima liga al menos haya un aforo del 50% por ciento y luego se vaya ampliando.
¿Cómo notás al equipo en la preparación para lo que se viene?
Sinceramente al equipo lo veo bien. Ya esta semana empezamos a entrenar con todo el plantel completo, algo que es sumamente importante. Ya Carlos (Cabezas) se metió, Esteban (Batista) está mejor, el resto de los chicos están trabajando muy bien. El tema que tenemos son esos 28 días que no tuvimos actividad. Por suerte el martes pudimos hacer un partido amistoso con Olimpia para que nos dé un poco de ritmo porque, claramente, el primer playoff que es a mejor de tres, sin tener ventaja, estando entre los cuatro de arriba clasificado, es el más peligroso, porque al ser al mejor de tres hay que ganar dos partidos, el primero pasa a ser muy importante, porque de perderlo no hay margen de error.
El equipo está concentrado, con muchas ganas de mostrar lo que se hizo en el año e ir dando, de a poco, pasos más importantes. Queremos jugar una final. Claramente queremos ganar el torneo, pero para eso el día a día es fundamental y debemos entender que tenemos una linda posibilidad este año.
¿Cómo manejás el tema, en los minutos, del liderazgo? ¿En qué momento das un llamado de atención fuerte, y en cuál la calma?
Con nuestro cuerpo técnico buscamos darle soluciones al equipo, y eso me parece que como entrenador es clave. Si bien nosotros estamos mirando de afuera y ellos son los que juegan, a partir de la observación y de lo que entrenamos todo el año, tenemos que encontrar el camino y la ubicación de hacia donde queremos llevar el partido.
En el básquetbol hay un montón de situaciones defensivas y ofensivas que resolver en el momento. Ahí difiere un poco de lo que es el fútbol. Entonces, dependiendo de las situaciones que juguemos, el rival tiene diferentes opciones de poder defendernos.
Y después está el tema anímico. Los últimos minutos de tiempo fueron medio particulares, y a veces salen porque uno no se da cuenta que está la cámara porque te pasan todos los minutos de todos los partidos. Pero claramente hay que buscar el lugar y el momento. No todo es grito. Hay momentos puntuales para eso.
Está liga ha permitido la llegada de extranjeros de un nivel exhuberante, ¿qué opinión tenés sobre el arribo de la calidad de esos jugadores a nuestro país?
Se da una particularidad mundial. Argentina económicamente no está muy bien, entonces hay muchos equipos argentinos que ni usaron fichas extranjeras. Después, la liga brasileña sigue siendo fuerte, pero la de Venezuela no es una liga fuerte. Entonces hay un montón de extranjeros con posibilidad de venir porque Uruguay está bastante estable en lo que se paga comúnmente en estas partes. Uno cuando viene acá, si bien no es una liga que llame mucho la atención a los extranjeros, cuando llegan, se adaptan rápido, a causa de no tener viajes. Siempre hablamos con Dominique Morrison que, el haber estado estos dos años sin tener viajes tan largos le genera una proyección a futuro de más años de juego.
Está bueno, cuantos mejores jugadores vengan, la calidad del básquetbol es mejor y nosotros como entrenadores tenemos que estar más pendientes de jugadores que tienen diferente talento, y tenemos que contrarrestarlo individual y colectivamente. Es la esencia de este juego.
¿Cómo estamos desde el punto de vista físico? ¿Por qué optamos por estos tres extranjeros que tenemos?
Con respecto al físico, tenemos la posibilidad de contar con un nutricionista, Rafael Cornes, y tenemos un seguimiento periódico de los jugadores que los ayuda para matenerse en forma en cuanto al peso corporal.
En cuanto a cómo los veo, Dominique y Devon Collier son jugadores que no tienen problemas de peso, han trabajado muy bien, igual que los nacionales. Y Charles Mitchell viene muy bien, sabíamos que podría tener algún problema de peso, pero cuando lo trajimos, que estábamos en medio de la pandemia, necesitábamos un jugador que viajara, y él lo pudo hacer, capaz que vino con algún kilo de más, pero hoy está bien.
Con respecto a la elección de los extranjeros, cuando planteamos el inicio de esta temporada empezamos con nuestro goleador lesionado. El torneo iba a empezar en una fecha en la cual el proceso médico generaba que, si empezaba ese día, no íbamos a contar con Dominique, y dentro de las charlas que tuvimos, una de las posibilidades era jugar el clásico en la primera fecha. No podíamos jugar con dos extranjeros. Trajimos a Ángel Núñez, que nos cubría dos posiciones, la tres, por si Dominique no llegaba, y si lo hacía, nos cubría la cuatro, por alguna eventualidad de lesión o lo que sea.
Y la elección final fue porque creemos que Mitchell y Dominique, en el transcurso del año, se ganaron el lugar por su propio trabajo, por lo que hacen defensiva y ofensivamente. Y en el caso de Collier y Núñez, empezamos a ver otras valencias, qué nos daba cada uno, y si bien Núñez es un gran jugador, observamos estadísticamente que cada vez que jugaba, Dominique tiraba menos tiros porque el tiraba más. Entonces, colectivamente, Devon nos genera más juego colectivo, nos da una faceta en la cual no la tenemos, de recibir desde el poste alto y atacar en penetración, algo que Ángel no hace.
Ángel nos dio mucho y en su momento se lo hemos retribuido. Es este el trabajo y tenemos que tomar decisiones, esperemos que sea la mejor.
¿Cómo está físicamente Esteban Batista?
La verdad que está muy bien. Estos días que nos tocó entrenar con él, si bien estaba haciendolo individualmente, con un objetivo sobre dos, tres meses, con un objetivo sobre las ventanas de la selección, le vino espectacular. Hablé con él, de cual es la idea, de mis intenciones, nos pusimos de acuerdo.
La idea es que sea el recambio natural de Charles, que puedan jugar juntos. Es un recambio de lujo, no tengo que presentarlo yo. Tiene muchas ganas de revancha. Como hablamos con el grupo, hay veces que las situaciones se dan, y hoy tenemos un equipo con el cual podemos ilusionarnos. Lo vamos a tener que mostrar primero en la práctica y después en los partidos.
Cuando nosotros hablamos, el me dijo: ‘Leo, yo voy a sumar en lo que pueda. Ustedes están realmente bien, y en lo que yo pueda aportar, lo haré’.
¿Cómo ves nuestro juego en media cancha con el sistema ya organizado?
El dinamismo que tiene el básquetbol no lo tiene otro deporte, entonces, constantemente, el jugador tiene que defender y atacar. Y nosotros tenemos que entender cuáles son los roles de nuestros jugadores. No vamos a pedir que Cabezas sea nuestro mejor defensor, o Esteban lo sea. A partir de eso, tenemos estrategias, tácticas, en las que intentamos, después de una buena defensa, poder recuperar rápido la pelota y tener los primeros ocho segundos para poder concretar cualquier tiro. Y en caso de lograr eso, intentamos lograr un mejor tiro al final de la posesión, o sea, en los últimos ocho segundos.
¿Cómo lo ves a Moglia?
Tal vez el rol de Santiago, en sus primeros dos años, teniendo jugadores que no eran tan tiradores, pasaba mucho más la pelota por él, y hoy tenemos un equipo en el cual no necesitamos de un jugador que haga muchos puntos. Entonces, dentro de las posibilidades que le hemos puesto, que las ha mejorado mucho, es la parte defensiva. Le hemos dado a varios jugadores buenos para marcar porque creemos que no podemos tener a jugadores que pongamos en ofensiva y saquemos en defensiva. Entonces, hay que esperarlo, es un tirador, goleador, tenemos que generarle el juego, porque tal vez no se lo genera él. Pero la confianza es plena.
Yo siempre le digo a Santiago: “Si vos no tocás la pelota o no tomás un tiro, para el equipo también está bien, porque seguramente tu defensor esté pegado contigo. Entonces, liberás claramente la caída del ‘5’ o del ‘4’, y eso también los jugadores van entendiendo”. El hincha general mira los puntos, pero no solamente hay que hacer puntos. Un rebote vale lo mismo que un punto, una asistencia lo mismo y un recupero también.
¿Y sobre el rendimiento de Romero?
Ha sido un gran acierto. Más allá de que no tiene gran trayectoria, creo que se ganó un lugar en el club, y hoy es un base de referencia en la liga, no solamente nuestro. Ha tenido un crecimiento sumamente importante
Cuando en el último cuarto hay que poner a uno a defender al mejor del otro equipo, él siempre está. Estamos contento con su trabajo.
¿Esperar a la fase previa a que se eliminen y llegue tu rival o llegar con ritmo de competencia a la definición?
Hay de las dos cosas. Me tocó esperar y perder, salir y ganar, esperar y ganar, etc. Si hubiese sido algo normal, nosotros hubiésemos esperado una semana. El tema es que se esperó una semana, tal vez con la idea de que se recuperen los equipos, se paró una semana por parte del gobierno, y esta semana se está jugando. Nosotros habíamos jugado un domingo contra Capitol y no jugamos contra Urunday porque tuvimos un caso de coronavirus.
Es como les digo a los jugadores, lo bueno que tenemos es que en el cinco contra cinco tenemos un ritmo y competencia muy grande.
En este momento, ¿cómo estamos en cuanto al funcionamiento colectivo, siendo que fue tan difícil tener el plantel completo?
En el torneo no hemos tenido a Carlos y Sacco por lesión, a ‘Manu’ por estar aislado, a Moglia por lo mismo, hemos cambiado extranjeros porque Charles estuvo con una lesión, y el equipo se mantuvo en un nivel aceptable que nos dio ganar partidos, competir, y perder, porque eso también está bien. Creo que el nivel en el que estamos hoy, ojalá sea el mejor para ir pasando de fase, pero que no sea el mejor porque lo queremos tener en la final.
Estar sanos como equipo ya es un plus muy importante, y si podemos mantenerlo así e ir adaptándonos a la formación y jugadores que tengamos en cancha, pasando de fase, vamos a llegar muy bien a jugar una futura final.
¿Cómo se divide el trabajo del cuerpo técnico?
Por lo general, si bien no hacemos todos los días lo mismo, empieza el profe (Mauricio) Márquez, con una parte física, dependiendo que tan lejos es el partido. Siempre zona media. Un trabajo de fuerza, ya sea miembros inferiores o superiores. Algún trabajo de coordinación, dependiendo de los días que tengamos entre un partido y otro.
Luego con (Alejandro) Muro, por lo general, dividimos el equipo en dos. Luego siempre tenemos un bloque defensivo, pueden ser tres contra tres o cuatro contra cuatro, porque cuanto más espacio y menos jugadores los recorridos son mayores y se hace más fácil el cinco contra cinco.
Después, repaso de sistemas. Tenemos un montón que todos los días tenemos que repasar, porque hay veces que los jugadores se pierden un poco. Luego ya podemos hacer un cinco contra cinco, con diferentes rangos de tiempo, sesiones de tiro, estiramiento, alguna charla normal, etc. Desde las 9 de la mañana a las 10 tenemos un bloque de técnica individual que es opcional, o marcamos a algún jugador que tiene que ir sí o sí porque vemos que tiene algo a mejorar.
Posteriormente, todo lo que es video. Filmamos y editamos los entrenamientos. Alejandro está editando los partidos de Trouville, y Defensor, y a partir del sábado llevamos el cañón, la computadora, y ya vamos mostrando qué debemos hacer.
Lautaro Pérez es uno de los más jóvenes que ha tenido minutos en ésta Liga. ¿Cómo lo ves?
Es un valor muy importante, un chico de 18 años, que debutó. El partido que Manu no estuvo, lo hizo muy bien con Pierino. Está haciendo sus primeras armas, es un jugador genuino de Nacional. Hay cinco años de sub 23 de él, es algo muy importante a destacar.
Luis Moyano
Pedro Aladio
Enzo Correa
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