Nacional no pudo ante un rival que lo superó de principio a fin, desde el juego, desde lo táctico y desde lo estratégico.

Sin contención. El Bolso entró a jugar con Montevideo City Torque con varias modificaciones en nombres, y también en lo táctico. A diferencia del clásico, Alejandro Cappuccio dispuso un 4-4-2, en lugar del 4-1-4-1. Y allí se comenzó a perder el partido. Torque es un equipo con un juego asociado por bandas y por el centro, vertical y que busca permanentemente el arco. Lo mejor está en la creación desde el fondo, pasando por todas las líneas. Y allí comenzaron los problemas. Si bien se intentó presionar bien arriba, se logró en una o dos oportunidades recuperar el balón. El resto terminó con el rival superando la presión y encontrándose con una estancia en el mediocampo. Es que, si los carrileros se vuelcan al centro a colaborar con los medios, el espacio queda en la banda. Si el carrilero se vuelca a la banda, el espacio queda al medio. Y comenzaron a venir las jugadas de peligro que Sergio Rochet se encargó de desactivar hasta que, en una, sobre el final de la primera mitad, no pudo y nos fuimos al vestuario 1 a 0. Además, Nacional no tuvo fluidez en su juego, y tampoco circuitos. Se apeló a saltar líneas tratando de que Gonzalo Bergessio pivoteara para la llegada de Leandro Fernández o de los dos carrileros, pero fue bien controlado. En varias oportunidades se intentó llegar por las bandas, pero nunca hubo apoyo por el centro para la pared, o para hilvanar jugadas de peligro, y se terminaba diluyendo el peligro. 

De contra. El segundo tiempo tuvo modificaciones. Andrés D’Alessandro y Felipe Carballo ingresaron desde el inicio y eso parecía que encaminaba el equipo. La pelota en el arranque era de Nacional y el argentino cada vez que entra mejora notoriamente el juego del equipo. Hace circular la pelota, se desmarca, pasa profundo. Felipe también ingresó bien, y parecía que se podía llegar al empate. Además, Torque estaba replegado cuidando su ventaja. Pero claramente estaba esperando poder salir de contragolpe. Y en una jugada en la que agarra a Nacional adelantado convierte el segundo y lo que ya se veía era irremontable. A partir de allí el DT del Tricolor comenzó a pensar en el partido del próximo jueves y sacó al capitán y a Trezza. Luego, para culminar una pésima noche vino el tercero del conjunto celeste y realmente pudieron ser más. 

Inexplicable. Se entiende que la cabeza está en lo que pueda pasar por Copa Sudamericana el jueves y que había que realizar algunos cambios de nombres. Lo que pareció inexplicable es el cambio de esquema táctico. Antes del clásico pasado se venían marcando, en todos los encuentros, falencias en la contención en la zona central. Es que jugando con dos al centro y dos carrileros la cancha se hace muy ancha y quedan muchos espacios. Eso se corrigió para el partido ante nuestro tradicional rival. El equipo mejoró y mucho en ese aspecto. Ya los ataque no se cortaban en la línea final, sino que se logró prevalecer más adelante en el campo. Fue un aspecto que le hizo ganar la batalla táctica a Cappuccio. Entonces, ¿por qué volver a lo mismo de antes que te había dado inconvenientes? Y más con un equipo que tiene como principal arma el juego asociado en esa zona del campo. Ahí fuimos ampliamente superados, y desde ahí, Torque construyó la victoria. Esperemos que se pueda corregir este aspecto, no solo para el clásico del jueves, sino que también para los partidos del Apertura que son tan importantes como los de la Sudamericana. Ojalá que el jueves se pueda lograr un buen resultado para seguir este camino de calma institucional y deportiva. 

¡Arriba Nacional!

Diego Ávalo
 

COMPARTÍ ESTE ARTÍCULO:

UNITE A NUESTRA COMUNIDAD

Seguinos en nuestras redes sociales y enterate de toda la actualidad del decano del fútbol uruguayo

REDES SOCIALES

SUSCRIBITE A NUESTRA NEWSLETTER

No te pierdas ninguna novedad del decano