Solo lo logra el Gigante

Una previa al partido diferente. Con un dejo europeo.

La fiesta estaba asegurada desde hace mucho. Cuando finalizó en Florida el clásico de Cuarta División que ganó Nacional con gol agónico de Marcos Labandeira cuando moría el partido, el país entero sabía que este encuentro se jugaría a estadio lleno. Como no podía ser de otra manera, fiel a los antecedentes de la hinchada más numerosa, fiel y seguidora.

Gracias a vos

Con total justicia, los primeros en recibir el aplauso de las cincuenta mil almas tricolores, fueron los integrantes del plantel que obtuviera el triunfo clásico que permitió la disputa la Copa Euroamericana por parte del Decano del fútbol uruguayo.

Se sube alpodio

El segundo reconocimiento -con entrega de carné incluída- fue para el piloto Santiago Urrutia. «Santi», reconocido fanático tricolor, es hoy por hoy, el mejor exponente del automovilismo uruguayo. Con la alegría propia de sus diecisiete años, sumada a la de ser tricolor, recibió de manos de directivos de Nacional, además del carné, una bandera para que lo acompañe en sus viajes por el mundo.

Capitán reciente

La tercera ovación de la tarde la recibió el «Mariscal». Daniel Alejandro Lembo, referente y capitán del club, jugador emblemático del nuevo siglo y cuatro veces campeón uruguayo (2000-2001-2002 y 2010/2011) obtuvo en el centro de la cancha un ensordecedor aplauso proveniente de las cuatro tribunas del Centenario. Más que merecido reconocimiento para quien vistiera con orgullo la blusa tricolor en más de 200 encuentros.

No es de la cantera, pero casi

Ya con los equipos en cancha, se le tributó un homenaje a Diego Godín actual jugador del Atlético Madrid.Godín, reconocido hincha de Nacional y que defendiera a la institución en la temporada 2006/2007 recibió de parte Aldo Villar y Alejandro Balbi una plaqueta en reconocimiento a su adhesión, una camiseta con su nombre estampado sobre el número 3 y el carné que lo acredita como el socio 116.975 del club más laureado del fútbol uruguayo.

Capitán eterno

Como si todas estas emociones no hubiesen sido suficientes, y aún aguardando el despliegue de la Bandera Gigante, un silencio respetuoso, que partió desde el centro de la cancha —donde se hallaban dispuestos los jugadores para comenzar el partido— y se adentró en cada uno delos hinchas que colmaban el estadio, sirvió como recuerdo y agradecimiento al inolvidable Luis «Peta» Ubiña. Histórico capitán, imagen del Nacional imbatible de los 70´. Primero en alzar al cielo la Copa Libertadores.