Nacional tenía ventaja de un gol y un hombre de más, pero no pudo sostener el triunfo y terminó empatando un partido en el que tenía todo para ganar.

Con la pelota quieta. El primer tiempo tuvo a un Nacional parado con un 4-1-4-1, siendo Gonzalo Bergessio el único referente en ataque y Claudio Yacob el volante tapón. El partido comenzó con dominio del rival y el Bolso corriendo atrás de la pelota. Por la banda derecha de la defensa hubo algunos inconvenientes y no se podía controlar el ataque por ese sector. Pese a ello el rival casi no tuvo jugadas de gol. De a poco el Bolso comenzó a tener algo de control y en unos minutos en los que se logró acercar al área rival vino el golazo del capitán Bergessio tras un gran cabezazo, en un córner. A partir de allí el Bolso esperó para tratar de salir de contragolpe pero casi siempre fueron bien controlados por Peñarol.

Segundo tiempo favorable pero sin concretar. El segundo tiempo comenzó como el primero: Nacional tratando de estar bien parado en defensa para salir en velocidad. Pero nuevamente, casi nunca pudo hilvanar alguna jugada peligrosa. Los mediocampistas eran absorbidos y, Bergessio y los dos exteriores -Chory Castro y Santi Rodríguez- no pudieron desnivelar por las bandas. Pese a esto el segundo tiempo se presentó favorable cuando, en una jugada en defensa, el rival quedó con diez hombres. Pero claramente la superioridad numérica no se notó. Peñarol siguió dominando el balón y el terreno de juego aunque no generaba peligro. Sin embargo, tanto fue, que en un grueso error de Luis Mejía logró empatar. Sino era por algún error o alguna pelota quieta realmente no se veía por dónde podía venir, pero vino. Luego vinieron todos los cambios. Algunos entendibles, otros inexplicables. No se entiende por qué salió Bergessio; no se entiende por qué en cinco modificaciones no tuvo lugar Rodrigo Amaral. No se entiende el ingreso de Brian Ocampo.

Muchas dudas. El partido clásico dejó muchas dudas. Todavía no se puede descifrar a qué quiere jugar el técnico, porque no defendemos bien y tampoco atacamos bien. No se presiona en bloque, no hay jugadas por las bandas, no hay pases filtrados. Sinceramente no veo un equipo bien trabajado. Tampoco hay esa pizca de suerte que hay que tener cuando las cosas no salen. Esta vez pese a todo, se venía ganando con un hombre de más y se cometió un error en defensa. No le vamos a caer a Luis Mejía que nos ha salvado infinidad de veces, sino que solo planteo un hecho de la realidad. Ojalá Munúa pueda encontrarle la vuelta a este equipo, y si no habrá que buscar variantes. A Eduardo Domínguez, por mucho menos, lo cambiaron. No decimos que ese sea el camino, pero esto es Nacional y hay que ganar siempre, o buscar modificaciones para encontrar el rumbo.

¡Arriba Nacional!

Diego Ávalo

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