Nacional obtuvo una unidad de visitante en el Ubilla, pese al mal encuentro que jugó en todas sus líneas, salvo en el arco.
Inicio jugando mal. El encuentro comenzó con Nacional dominando el balón, jugando con el mismo esquema táctico de siempre, y con el cambio de Diego Rodríguez por el suspendido Felipe Carballo. Pero de entrada se vio que el ritmo y la dinámica que Nacional mostró en los últimos partidos no era la misma. La cancha fue un factor influyente en este aspecto sin lugar a dudas. Y no sólo en la dinámica sino en la precisión. Pero de a poco fue perdiendo el balón, y Cerro Largo comenzó a generar peligro sobre el arco de Sergio Rochet. Y, por el contrario, Nacional no generaba nada en el arco de los melenses. En esta primera mitad, el capitán tuvo tres mano a mano que salvó y nos dio la posibilidad de irnos al entretiempo con el arco en cero. El Decano no tenía profundidad, ni circuitos. Franco Fagúndez estuvo muy impreciso, al igual que Emmanuel Gigliotti y todo el mediocampo. Gracias a Rochet exclusivamente, la primera mitad terminó en empate a cero.
Se mejoró, pero no alcanzó. La segunda mitad comenzó con el ingreso de Brian Ocampo por Fagúndez, y Zabala pasó al medio. El equipo se paró algo más arriba en el campo y se mejoró en el juego. Se buscó por el centro de la cancha, y sobre todo por el costado izquierdo en donde se generó algún circuito con Camilo Cándido, Diego Zabala y Brian Ocampo. Pero no alcanzó. Entró el colombiano Alex Castro, que tuvo una buena presentación. Buscó desbordar y asociarse y lo hizo bien, pero no tuvo compañía. Para colmo, cada vez que nos atacaron o nos jugaron la pelota en largo, tuvimos serios inconvenientes en defensa. Nicolás Marichal jugó muy mal encuentro, tanto en la primera mitad como en la segunda. Perdió permanentemente por arriba y por abajo. Mal parado y saliendo a destiempo. Así fue que el Chino salvó otro mano a mano en una jugada que Marichal deja picar y lo pasa, dejando mano a mano a un rival.
Se rescató un punto. Visto lo que fue el partido, el pésimo estado del campo de juego,y el nivel mostrado por el equipo, este fue un punto valioso. Nada para alarmarse, siendo que veníamos en nivel ascendente y jugando muy bien. No hay dudas de que el espantoso estado del campo de juego emparejó y mucho para abajo. La imprecisión que se vio en casi todos los jugadores no es normal. La velocidad y la dinámica ausentes también es quizás por la misma causa. Así está el fútbol uruguayo. Emparejando para abajo para poder rescatar un puntito, en lugar de tratar de profesionalizarse y mejorar para poder competir a un buen nivel. Lo dicho. Se rescató un punto y pese a que se perdió la punta de la Anual, seguimos bien arriba, con mucha distancia sobre el eterno rival.
¡Arriba Nacional!
Diego Ávalo
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