«Las cuerdas saltan ebrias de gozo mientras los oboes se superponen a las flautas» recitaban Les Luthiers en una imagen que se parece mucho a lo que podemos escuchar y leer en estos días.
«Si hay que pedir pedimos» ¿no? Ésa parece ser la consigna, contrapuesta a la más mesurada que se apoya en el que «no podemos pelear con ningún mercado«. Ni muy muy ni tan tan diría yo. Finalizada la primera parte del año, Nacional tomó conciencia de sus necesidades. La primera, la evidente, la que no ofrecía discusión era que necesitábamos cambiar de técnico. Estoy seguro que ninguno de los integrantes de la Directiva -que a los efectos son Nacional, ya que los votamos a ellos para que tomen las decisiones por todos nosotros- dejó de creer en la capacidad del Sr. Rodolfo Arruabarrena. No se aceptó la dimisión del entrenador porque era «malo» sino porque, en este momento, en este Nacional, no dio la talla.
Hace unos días hablaba con alguien que tiene los suficientes pergaminos y experiencia como para decir con propiedad lo que me dijo «el problema del Vasco es que todavía no se sacó los cortos«. Por ser quien es, le doy crédito. Arruabarrena ya no está. Por decisión unánime de la «cabeza» el dierctor técnico es Gerardo Pelusso. Será él quien sugiera -como ha venido haciendo- qué jugadores o en qué puestos habrá que reforzarse. Ni el Dr. Da Silveira, ni Ernesto Flores, ni Claudio Puig o Andrés Scotti. Pelusso. Si bien, a posteriori necesitará la intervención de los directivos, quienes deberán evaluar y contactar, es él y no ninguno de nosotros el encargado de reposicionar a Nacional en el mejor lugar en cualquiera de los torneos que disputemos.
No se trata de «devolverle la mística» o «el espíritu». Nacional nunca perdió nada de esto. Tiene de sobra. Tal vez haya cierto desorden y hasta descontrol. Seguramente el técnico anterior no encontró algo que es tan caro a todos los entrenadores. La persona que en la cancha interprete, contagie y lleve adelante su propuesta. No creo que ésta vaya a ser una falta de Pelusso. A lo largo de su carrera ha demostrado una extraña capacidad para encontrar al «candidato» y en torno a él, y a partir de él, disparar su equipo.
Quisiera pensar que ya lo tiene en el equipo, o que lo visualizó afuera y pronto se cerrará su llegada. No creo que Nacional, este plantel de Nacional, necesite una gran cantidad de variantes para echarse a andar y formar una identidad. Toda aventura comienza con un solo paso y, en general, ese paso lo da un solo hombre. Los otros lo siguen.
Queridos Reyes Magos: quisiera pedirles que iluminen a Gerardo Pelusso en la elección de «el» o «los» hombres que necesitemos para continuar el camino. Ah, y una cosa más, que inspirado en ustedes, forme una delantera compuesta por tres, que no tienen que ser ni reyes ni magos. Bueno, tal vez sí un poquito magos.
Ernesto Flores
decano.com
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