Sebastián Silva y Rosas es una de las mayores promesas de gol de las formativas del Club Nacional de Football.

Nacido el 11/10/1995 en Salto, integra la Cuarta División del Decano (Sub 19) y vive en la Residencia Eugenio “Pato” Galvalisi.

Hombre gol, el año pasado en Quinta (Sub 17) fue pieza clave de la gran victoria clásica ante Penarol al anotarle un agónico golazo a los 95´.

Delantero de estimables condiciones y con pasado en las selecciones juveniles salteñas, siempre aparece cuando equipo lo necesita.

Centrado y con los objetivos claros, sueña con debutar en la Primera del más grande y jugar en el Gran Parque Central delante de toda la hinchada.

“Estar en la institución más grande del Uruguay es un privilegio muy grande”, resumió Sebastián.

A continuación, compartimos la palabra del goleador.

¿Desde cuándo en Nacional?

Me incorporé al grupo de Sub 17 (Quinta División) el año pasado, para realizar la pretemporada.  Fue un año en el que los primeros meses fueron de adaptación. Realmente, se hace muy difícil salir de tu casa, de tus costumbres, alejarte de tus amigos y venir a otro lugar donde tenés otra vida completamente distinta, muy lejos de tu casa, y lejos de tus viejos, que es lo que más se nota.  Igualmente, uno lo hace sabiendo que quiere llegar a jugar en la Primera División de Nacional. Para eso, uno está dispuesto a sacrificar algunas cosas que, a medida que pasa el tiempo, te vas dando cuenta que no son tan importantes como para dejar de soñar.

¿Se extraña mucho a la familia, el barrio?

Sí, soy muy familiero y, cada vez que voy a Salto,  disfruto mucho de mis seres queridos. Cuando me quedé sin eso, me levantaba todos los días y estaba solo y tenía que ir a entrenar, y llegaba la noche y seguía solo… eso es lo que más se nota siendo un adolescente, pero a la larga te hace madurar mucho y crecer como persona.  Ahora y para todo, uno se tiene que manejar por sí solo, ya no están tus viejos. Es difícil al principio, pero después se hace una costumbre.

¿Cómo valorás la experiencia de vivir en la Residencia?

Al principio se hace difícil, pero después que estás acá es diferente, es más tranquilo. Los más chicos escuchan a los más grandes y no se hace tan pesada la situación. Antes de venirme de Salto, yo quería vivir solo, pero mis viejos me dijeron que no, que lo mejor era venir aquí, a la Residencia. Me gustó la idea y lo acepté. Me parece que si me hubiera venido a vivir solo a Montevideo, ya estaría de vuelta en Salto con mis amigos y eso me hubiese impedido seguir luchando por mis sueños.

En la Residencia viven chicos de todas las edades. Incluso, hay chiquilines que tienen apenas 13 años, es como si fueran tus hermanos menores. ¿Cómo se vive esa situación?

Los que somos un poco más grandes podemos aconsejar, hablarles a los más chicos que extrañan un poco más, hacerles sentir que estamos al lado de ellos, que estamos todos para lo mismo, y que los vamos a apoyar siempre. Suele pasar que si los más chicos se mandan alguna macana, nosotros les decimos: “aflójenle, porque quedamos todos pegados”. Hay mucho apoyo para ellos, porque a algunos se les hace muy difícil, todos extrañan, por más que unos puedan sobrellevarlo mejor que otros.

Pasando al plano deportivo, ¿evaluá cómo fue tu primer año en Nacional, que incluso lo coronaste con un estupendo y agónico gol para la victoria clásica en Quinta de 1-0?

El año pasado me costó un poco por el tema de la adaptación, pero fui de menor a mayor y ya en los últimos meses se me dio lo del gol clásico.

En el clásico de este año en Cuarta, ingresaste en el complemento y participaste de la jugada del gol de Marcos Labandeira que terminó con un nuevo y agónico triunfo…

Sí, se la abrí a (Richard) Dorrego, quien mandó el pase para el gol de (Marcos) Labandeira. Hay que aprovechar las oportunidades que te da el cuerpo técnico. A veces estas de bajón y te toca la chance y no la aprovechás y marchaste. Hay un compañero que está igual o un poco mejor que vos, que tiene muchas más ganas y juega él. Todo consiste en tratar de aprovechar las chances y siempre estar preparado. No sabes cuándo te puede tocar y, el día que te toque, tenés que aprovecharlo al máximo para no salir del equipo.

¿Cuáles son tus sueños futbolísticos?

Como todo hincha de Nacional, y como jugador de fútbol, estar en la institución más grande del Uruguay es un privilegio muy grande. Ya estando adentro, el sueño máximo es jugar en la Primera de Nacional. Debutar en el Parque, hacerte querer por la gente… no hay adjetivo para describirlo, debe ser lo más lindo, más defendiendo la camiseta de Nacional. No tiene comparación. A corto plazo, la idea es conseguir el campeonato uruguayo que estamos disputando  en Cuarta.

¿Qué importancia le das al estudio en esta etapa de tu vida?

Estando acá adentro, en la Residencia, te exigen mucho el estudio y yo creo que está muy bien, porque esto del fútbol es un camino muy largo y nunca sabés que puede pasar, si vas a llegar o no. Valoro mucho que Nacional apoye el estudio, que pague un colegio privado y que exija todo el tiempo, porque hay jugadores que vienen de muy chicos. Pase lo que pase, que estudien, que cursen, que no pierdan los años, no solo por Nacional sino por uno mismo, porque el día de mañana no sabés que puede pasar.

nacional.com.uy

Título original: ““Estar en la institución más grande del Uruguay es un privilegio muy grande””

Negritas: decano.com

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