Pereiro tiene 19 años, cumplidos hace poco. Juega en el primer equipo del club más laureado del país, pinta para crack, pero aún está muy alejado de la vida de los jugadores de élite.

Es un botija común, de barrio. Como podés ser vos, tu hijo o tu nieto, sin poses ni misterios, salvo la magia que surge de sus pies.

Gastón Rodrigo Pereiro tiene 19 años, cumplidos hace poco. Juega en el primer equipo del club más laureado del país, pinta para crack, pero aún está muy alejado de la vida de los jugadores de élite. Cuando llega de entrenar va a almorzar a lo de su abuela y después se duerme una siesta.

Cuando no tiene clases particulares de inglés, se entretiene con sus amigos, igual que cualquier botija, jugando play, tal como lo hace en las concentraciones donde su pareja suele ser Carlos De Pena y disfruta de enfrentar al «Chino» Recoba, a quien observaba hacer magia cuando niño y hoy intenta vencer con un joystick. «El Chino» es de los que andan salado con la play, como «el Pacha» Espino, y ahora se sumó «Fuci». Hablamos con Gastón, no precisamente de videojuegos.

¿En qué posición te sentís más cómodo?

Me gusta jugar como media punta o enganche, no tener una posición fija sino moverme tanto por derecha como por izquierda para encontrar los espacios dentro de la cancha. No me molesta tener que desplazarme por cualquier sector, siempre trato de hacer lo mejor para el equipo.

¿La cuestión es jugar? ¿Jugás más retrasado si te piden?

Sí, claro. Siempre que pueda aportar, bienvenido sea.

Desde que debutaste fuiste dirigido por tres entrenadores, Rodolfo Arruabarrena, Gerardo Pelusso y ahora Álvaro Gutiérrez ¿todos te han pedido cosas diferentes?

Más allá de cada entrenador, todos los partidos son distintos y, dependiendo del rival incluso, las indicaciones pueden variar. En los partidos en que el rival ataca más y estoy jugando por afuera me piden que siga al lateral y lo marque hasta donde vaya. En cambio, con la pelota en los pies todos me han pedido lo mismo, que trate de hacer mi juego, tenerla y conectar con los delanteros.

¿Qué disfrutás más, tener la pelota, trasladarla o hacer un gol?

Las dos cosas. Me gusta mucho andar con la pelota y hacer jugadas en ataque, pero el sentimiento de convertir y poder festejar con la hinchada del cuadro que uno es hincha me hace inclinarme por el gol.

En tu opinión ¿tenés más cosas para mostrar o a mejorar?

Para mejorar. Todavía soy chico y todos los días estoy aprendiendo algo, todavía me falta mucho.

Si surgiera la oportunidad de emigrar y conjuntamente existiera la posibilidad de hacer una buena Libertadores con Nacional ¿cuál sería tu opción?

Nacional es el club que me crió y en el que me gustaría quedarme un poco más de tiempo. El anterior no fue un buen semestre ni en lo local ni en lo internacional por lo que, en caso de tener que irme, me gustaría hacerlo siendo campeón uruguayo y con una participación destacada en la Copa.

¿Confiás en que es posible tener un buen desempeño en la Libertadores, incluso llegando a la final?

La Libertadores es muy complicada, pero pasando la fase de grupos, en el ida y vuelta puede pasar cualquier cosa. Si bien sabemos que es muy difícil competir desde lo económico con Brasil y Argentina la ilusión existe.

En lo que va del año jugaste en 22 partidos oficiales, de los cuales solamente en 6 completaste los 90 minutos  ¿aceptás con facilidad que esto es parte del proceso o te molesta salir o entrar con el partido en curso?

Todos los jugadores quieren jugar siempre y yo no soy la excepción. Si me toca entrar desde el banco trato de dejar todo y demostrar que puedo ser titular. Si me toca salir, en el momento del cambio me caliento un poco, no me gusta dejar la cancha, pero entiendo la decisión del técnico y la acepto.

Ernesto Flores

decano.com

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