2 de diciembre de 2025

Osinachi, el héroe que nos dio el Uruguayo número 50 en finales clásicas, para alegría de más de medio país.

Muchas veces, el destino tiene escrito capítulos especiales para aquellos que más lo merecen, para quienes se hacen camino al andar y que nunca bajan los brazos hasta alcanzar su recompensa. Si hay alguien que se merecía vivir lo que se vivió el otro día, ese es Ebere.

El nigeriano que antes de llegar a nuestro futbol y a pesar de su juventud pasó por varias instituciones dentro del continente, en su mayoría de Brasil, no pudo asentarse hasta su llegada al futbol uruguayo de la mano de Plaza Colonia.

Allí, el delantero cuyo mejor rendimiento se ve cuando juega con libertad de movimientos, comenzó a destacar y llamar la atención en un equipo que dependía en demasía de lo que pudiera generar a partir de su uno contra uno.

Fue ahí y tras una disputada negociación, que el jugador llegó al Decano del fútbol uruguayo, buscando revalidar sus condiciones en un gigante del continente. Recordemos que el tradicional rival y Liverpool también buscaron su contratación.

Llegada a Nacional

Christian, que llegó a principios de 2024 tras un gran pasaje por el equipo pata blanca en el que convirtió 17 goles en 35 partidos, no tuvo la participación que hubiese deseado. Con Álvaro Recoba como entrenador, su desempeño se basó en ser un hombre de recambio en la mayoría de los encuentros, llegando a quedar afuera del banco en un par de ocasiones.

Lesión, cupo y préstamo

Pero no todo fue causado por decisiones técnicas, durante el mes de abril, el jugador comenzó a sufrir problemas físicos que limitaron su rendimiento y que no le permitían entrenar con normalidad. Finalmente, a mediados de año fue operado de una tendinitis rotuliana que lo tuvo a maltraer durante mucho tiempo y que lo hizo perderse el resto de la temporada.

Durante este periodo de recuperación, Osinachi tuvo el buen gesto de liberar su cupo de extranjero para que el club pudiera incorporar un nuevo futbolista, con la promesa que en enero de 2025 volvería a formar parte del plantel de cara a la nueva temporada.

Pasado el tiempo y con el jugador ya a la orden, se encontraron con la problemática de la superpoblación en la delantera, que hacía difícil pensar que tendría minutos.

Después de negociar y respaldando la palabra del entrenador de turno(Martin Lasarte), se llegó a un acuerdo con el africano para que saliera seis meses a Plaza Colonia en busca de continuidad y poder recuperar la forma física.

Su nivel en Colonia estuvo lejos de ser el mejor y se notó su inactividad en los primeros partidos, su nivel fue mejorando con el pasar de los meses, pero sin terminar de convencer.

Vuelta

Ya en su vuelta al equipo, y con Pablo Peirano en la dirección técnica, tuvo escasa participación. En el Torneo Clausura, el delantero fue más que nada utilizado en los momentos que el Bolso acumulaba delanteros pero carecía de ideas y en ningún momento fue primera opción como recambio.

Finales

Contra todo pronóstico, y cuando parecía que su participación con el equipo había terminado, Jadson Viera, en una de sus primeras decisiones pesadas que tomó, decidió ponerlo como titular en el primer partido de las finales, en lugar de Nicolás López.

Ese día se vio un gran rendimiento del delantero, ideal para la idea planteada por el entrenador de presionar la salida del rival y ser un equipo intenso.

La apuesta dio sus frutos y los dos goles de Nacional llegaron tras un recupero en la puerta del área del nigeriano, que luego tuvo la lucidez para asistir a Juan Cruz de los Santos y a Gonzalo Carneiro respectivamente.

Ya en el encuentro de vuelta, el cuerpo técnico decidió que lo mejor era que Ebere ingresara del banco para ser un revulsivo de lujo frente una defensa desgastada, y así lo hizo.

Tras su ingreso en el minuto 102’ del alargue, fue a falta de 7 minutos para terminar el partido que Osinachi, después de un pelotazo largo y ganarle posición al zaguero rival, anotó el gol decisivo para lograr el campeonato y desatar la locura Tricolor.

Resiliencia

El nigeriano, desde que fichó por Nacional, ha tenido diferentes obstáculos que ha ido superando poco a poco de forma clara, con perseverancia, con respeto a sus compañeros y a su profesión, por nunca bajar los brazos, ni dejar de entrenar a pesar de no jugar. La competencia, las lesiones o la decisión de un entrenador nunca fueron una excusa para rendirse, y él siempre lo tuvo claro: sentía que podía ayudar al club y dejar huella. Y vaya si lo hizo.

“Yo quiero a Nacional y no quiero tener problemas. Es un club en el que quiero jugar y quiero representarlo bien, quiero demostrar quién soy”, decía a principio de año. El resto es historia.

“Poha es Poha, hermano”.

Facundo Nolla

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