Promediaba el segundo tiempo de la final del Uruguayo de Cuarta División. Nacional vencía holgadamente a Montevideo Wanderers 3 a 0 en el Méndez Piana, estadio de Miramar Misiones.

Con el resultado y el título en el bolsillo el DT tricolor realizó dos cambios y salen los puntas titulares. Los ingresados eran notoriamente más jóvenes. No habían pasado 10’ cuando le pregunto a mi hijo si “¿los que entraron no juegan más que los titulares?” Su respuesta fue clara: “si, la rompen”. Los suplentes daban dos años de ventaja, ellos fueron Sergio Cortelezzi y Nicolás López.

Unos minutos más tarde el “Diente” recibe un pase perfecto, pica y gana la posición, controla la pelota, encara al arquero y con un quiebre perfecto de cintura lo deja desparramado. ¡Golazo! De allí en más ambos pero especialmente Nicolás se robaron los últimos minutos del partido.

Desde ese día mi hijo y yo nos hicimos hinchas de Nicolás López. Tiempo después en una recordada tarde en el Parque cuando convirtió aquel golazo a Defensor Sporting ambos recordamos que fue “casi un calco del gol que le hizo a Wanderers”. Además del juego desequilibrante, el flaquito demostraba tener clase y estar para mucho más. El futuro era prometedor para él y para Nacional.

En estos días donde López es -por varios cuerpos- el mejor jugador de Selección sub 20 de Uruguay los recuerdos se hicieron presentes, pero también la sensación fea de no haberlo podido disfrutar en nuestro Nacional. Todos esos recuerdos me llevaron a uno muy especial que fue la primera luz de alarma del problema que tendríamos con el Sr. Pablo Bentancur.

El equipo de decano.com había acordado entrevistar al por entonces Presidente Ricardo Alarcón en el Palco 1 del Gran Parque Central. Esa tarde y a esa hora coincidentemente, el primero equipo dirigido por Juan Ramón Carrasco hacía fútbol amistoso contra El Tanque Sisley.

La entrevista transcurría con el partido en juego. Sobre el final de la misma Alarcón -que estaba de espaldas al campo- percibe que Nicolás López había ingresado en el equipo. Su enojo con la situación fue notoria. El Presidente no quería que formara parte del plantel principal hasta tanto no firmara contrato con la institución. Sus conceptos que fueron reveladores de lo que vendría: si Nicolás López se integraba al plantel y tenía minutos de juego “Bentancur se lo va a llevar”. Carrasco hizo oídos sordos, lo incluyó, fue figura en unos pocos partidos y se cumplió el pronóstico de Ricardo Alarcón. La historia desde allí es conocida.

Todos quienes conocen a Nicolás López desde que llegó a Nacional coinciden en que fue una “víctima de problemas entre mayores”. Amigo de Gonzalito Bueno -quien no deja de reconocer que siempre fue “el crack de la generación”- y su padre Gustavo saben del amor que siente por la blanca.

Para este tremendo jugador no parece estar lejos la selección mayor, tal vez falte poco para verlo junto a Luis Suárez. Mientras estas cosas suceden yo seguiré esperando gritar otro gol del “Diente” López en una tarde de fútbol en el Parque Central.

Alejandro Luzardo

decano.com

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