En otro pésimo partido, Nacional dejó escapar el título y ahora deberá jugar una final con Rentistas.

Pésimo primer tiempo. Nacional este domingo por la tarde se jugaba el título y, lo que para nosotros es mucho más importante, sumar puntos y ampliar distancias en la Tabla Anual, pero parece que los jugadores no se enteraron hasta el entretiempo. Salieron a jugar lo que parecía una práctica y eso, para nosotros y todos los hinchas de Nacional, es inadmisible. Podemos tolerar que las cosas no salgan, que se erren pases, goles y que no se juegue de buena manera, pero la actitud nunca puede faltar. Y en esta jornada, en la primera mitad faltó y con creces. En parte es lo que se transmite desde el banco alentando al toqueteo de lado a lado y sin correr riesgos. Así es imposible avanzar y generar profundidad y peligro sobre el arco rival. Está bien buscar el espacio, pero en algún momento es necesario acelerar, jugar un uno contra uno, buscar un pase arriesgado. Y eso jamás sucedió. Además, a la hora de recuperar tampoco hay intensidad. Realmente es exasperante ver que parece que están jugando una práctica. En cuanto a lo táctico estratégico creemos que la constitución del equipo tampoco fue la acertada. Claudio Yacob es un excelente jugador, pero su físico ya no es el que era hace unos años, y si es quien marca el ritmo del juego estamos equivocados. Se cae de maduro que Felipe Carballo le da otra dinámica, otro vértigo y profundidad al equipo. Traslada hacia adelante, busca romper líneas con pelota en los pies y con sus pases. Quedó demostrado los dos últimos partidos cuando ingresó, pero parece que el cuerpo técnico eso no lo ve

Mejoramos, pero no bastó. El segundo tiempo tuvo tres modificaciones que de alguna manera mejoraron lo expresado en el primer tiempo que fue casi nada. Como mencionamos el ingreso de Carballo le dio al Bolso mayor profundidad. Es que Felipe intenta avanzar mientras se tiene la pelota. Busca romper líneas permanentemente tanto pasando, como trasladando. Además, se desprende al ataque como en el gol del empate. Rodrigo Amaral intentó pero no pudo y no estuvo preciso ni siquiera en los tiros libres o córners. Pablo García mejoró al pasar a la derecha y eso hizo que nos posicionáramos más cerca del arco rival. Así cayó el empate y cuando vino la expulsión del jugador de Deportivo Maldonado pensamos que los llevábamos por delante, pero no fue así. Las modificaciones de hombre vinieron de manera tardía y casi no generamos jugadas de gol, salvo un cabezazo de Paulo Vinícius que, inexplicablemente, desde abajo del arco la sacó por encima del travesaño. 

Todo por corregir. Los últimos dos partidos de Nacional dejaron todo por mejorar. De parte de los jugadores en cuanto a la actitud. No se puede jugar una final como se jugó el primer tiempo de este encuentro. Están en Nacional, el equipo más laureado del Uruguay. Si las cosas no salen, bien, pero la entrega nunca puede faltar, y en esta ocasión faltó. En cuanto a lo futbolístico se debe mejorar en lo defensivo, y también en lo ofensivo. No se puede estar cinco minutos tocando de lateral a lateral, pasando por los zagueros sin arriesgar. Así no se juega al fútbol. El fútbol es velocidad, dinámica, presión e intensidad. Y menos cuando las diferencias de jerarquía entre un equipo y otro son muy notorias. En cuanto al cuerpo técnico, también debe hacer un replanteo profundo. Jugadores que rompen los ojos por su buen juego quedan en el banco, otros que hace dos años vienen teniendo oportunidades y nunca las han aprovechado. Cambios tardíos. Indicaciones contrarias a lo que pide el partido, como las ya detestables frases de «fácil», «tranquilos», «seguimos así» cuando se está jugando muy mal. En el fútbol está bien pedir se juegue simple, pero no confundir con la falta de riesgos. Jugar fácil no significa que, si apenas tengo un obstáculo delante, la saco atrás. Jugar sencillo no significa estar cuatro o cinco minuto tocando en la última línea para luego reventar la pelota o perderla cerca del área. Se están dando indicaciones erróneas o los jugadores están entendiendo mal. Si nunca se arriesga en un uno contra uno en las bandas, en tres cuartos de cancha, o un pase filtrado, aunque estén rodeados de jugadores rivales será imposible avanzar y generar profundidad en el ataque. En fin, jugando así como en esta fecha, cualquier rival nos hará partido. Tuvimos dos chances ante cuadros que, a priori eran accesibles para quedarnos con el Apertura y lo que es más importante aún, distanciarnos en la Anual de los rivales directos, y no pudimos aprovechar. Lo dicho. Mucho para mejorar en todos los aspectos. Ojalá se haga un gran mea culpa y el miércoles se juegue como lo que somos, el cuadro más grande del Uruguay. 

¡Arriba Nacional, siempre!

Diego Ávalo
 

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