El CURCC disuelto en 1915 ya no florecería en cada primavera.

Audición «Dale Bolso», BOLETÍN Nº 63 (28 de septiembre de 2011)

«No se discute, se festeja»

«Eppur si muove»

A fines de la década del treinta el presidente del Club Atlético Peñarol, el Dr. Alberto Matrana Garín, publica el libro “Por la verdad”, revelando actas y documentos, que haciendo honor al sugestivo título del libro, por la verdad, brindaron los elementos que terminaron de probar irrefutablemente, que el decano del fútbol uruguayo es el Club Nacional de Football. Ya en 1940 aparecía “Lapidaria Verdad” publicación de la audición “Espacio Nacionalófilo” a cargo de Horacio Cabral Gurméndez, Arquímedes Rondini y Francisco Corney.

Las actas del CURCC del 3/11/13 y 25/11/13 y el intercambio de correspondencia con quienes fundarían “el nuevo Centro a constituirse” o sea “los componentes de la nueva Institución” habían salido a la luz, por la verdad, como si se tratase de documentos desclasificados.

Las reformas fallidas de estatutos de 1913, los antecedentes de la fundación de la nueva institución, la fundación del nuevo club y su cambio de nombre, los actos y comunicaciones posteriores a su fundación, la coexistencia deportiva de ambos clubes y la disolución del CURCC en 1915 sin haber cambiado nunca su denominación en los poco más de 23 años que duró su existencia, aparece detallado minuciosamente en el Informe de la Comisión por el Decanato del Club Nacional de Football de 1991, un documento que no ha podido ser rebatido.

El CURCC disuelto en 1915 ya no florecería en cada primavera. Citando el documento redactado por el Dr. Enrique Tarigo “Pero el C.U.R.C.C. no se continuó ni se transformó en el C.A. Peñarol en diciembre de 1913. Siguió existiendo, mantuvo sus autoridades directivas, su equipo de fútbol, disputó partidos a lo largo de 1914 y cuando su asamblea legítima, la de los socios “empleados de dicho Ferrocarril” decidió su disolución, donó sus pertenencias a quien libremente quiso. Porque esas pertenencias eran suyas, del Central Uruguay Railway Cricket Club y éste, al disolverse, no tenía continuadores ni sucesores.”

Que le quedaba por hacer a quienes sostienen la identidad de ambas instituciones, cuando hasta las comunicaciones que podían resultarles a favor son para ellos un arma de doble filo vistas en el contexto general; así la nota del 16 de enero a la Liga Uruguaya de Football evidencia la existencia de dos Comisiones Directivas de dos diferentes instituciones, la respuesta del día 21, deja en evidencia que los jugadores del CURCC estaban suspendidos desde noviembre de 1913 por haberse repartido las recaudaciones con los jugadores de River Plate del partido que ambos clubes habían disputado y con ello una posible explicación de porqué siguieron actuando en Peñarol y no en CURCC, quien continuó su actividad fuera de la Liga; el cambio de nombre comunicado el 14 de marzo a la Liga, choca con la verdad que el CURCC se disolvió como tal, con el mismo nombre con que se fundó, y con el que continuó su actividad deportiva a lo largo de 1914, como aparece en las referencias de los partidos que continuó disputando y como fue citado por ejemplo, el 26/3/14 en “La Tribuna Popular” en el comunicado en que la Federación Anglo-Uruguaya de Football dirigía entre otros clubes a Windsor, C.U.R.C.C., Oriental, Círculo de Armas, Montevideo Cricket, I.M.C.A. y Uruguayo a los efectos de una reunión a realizarse.

Lo único que les resta para defender la continuidad, es recurrir al error inicial en que pudo haberse incurrido previo al conocimiento público de las actas y documentos revelados a fines del la década del treinta (incluso la confirmación del Hospital Británico de la donación recibida en ocasión de la disolución del CURCC está fechada en 1950). Solo les quedaba recurrir a una suerte de fatalidad histórica, en donde el error inicial impide una demostración posterior de la verdad. Así, con esta lógica, podríamos sostener que es el Sol el que gira alrededor de la Tierra, lo documentaría la certeza que de ello se tuvo por siglos, la palabra y los textos de la Iglesia Católica de la época y por si algo faltaba, la retractación de Galileo en el proceso realizado por la Inquisición en 1633 en donde, conminado a confesar logra ser tratado con benevolencia y tras abjurar de sus ideas logra ser solamente condenado a prisión perpetua.

Los errores por el desconocimiento de la realidad, que recién saldría luz años más tarde, es lo que puede presentar Peñarol, una nota de felicitación de Nacional en 1916 y referencias basadas en el error aparecidas en distintas publicaciones: el sol sigue girando alrededor de la Tierra.

Para 1941, cuando festejaron como propios los cincuenta años del desaparecido CURCC, en la memoria del club de 1941 en el capítulo “festejos del cincuentenario”, aparece la nóminas de instituciones que felicitaron a los aurinegros y donde no figura ni Nacional ni el Montevideo Wanderers. Es más, en la sesión de la Junta Dirigente del 23/9/41, el Delegado Titular de Nacional, el Dr. Santiago de Brum Carvajal impugnó el supuesto decanato peñarolense, por entender que “Nacional legalmente e históricamente es el decano del fútbol uruguayo” y dejando constancia que la adhesión a los festejos del Club Atlético Peñarol, eran solamente un acto de solidaridad deportiva y nada más. De allí la participación de los ciclistas tricolores en el desfile aurinegro.

Conocida la verdad, ante una reforma estatutaria de Peñarol en la década del cincuenta, el Asesor Letrado del Ministerio de Instrucción Pública, Dr. Ricardo Clavijo, señaló que “La referencia del art. 1º a la fecha de fundación de la entidad, puede aceptarse sin perjuicio de las resultancias definitivas que arrojen las actuaciones que al respecto, y como es notorio, se han promovido. Por consiguiente, la aprobación del texto presentado no implicará reconocimiento oficial alguno respecto de la antigüedad y orígenes del Club Atlético Peñarol”. Al evacuar la vista de las observaciones, en vez de intentar demostrar la afirmación sobre la antigüedad y origen de su institución (que el Sol gira alrededor de la Tierra) expresaron, : “No nos oponemos a que la referencia a la fecha de fundación se acepte con la salvedad de no implicar reconocimiento oficial alguno respecto a la antigüedad y orígenes del Club Atlético Peñarol”.

Solo han surgido algunas voces no oficiales que tratan de hablar de una especie de independencia retroactiva de la institución, lo que si bien, solo los llevaría hasta 1900 fecha que comenzó el fútbol asociado del CURCC, no deja de ser un atentado, no solo contra la historia sino también contra el diccionario.

También hay manifestaciones de carácter político o referencias que no contienen un exámen histórico minucioso, como el reconocimiento de la Junta Departamental a una fecha que toma como cierta, o decir que en alguna página de la FIFA pueda figurar como fecha de fundación de Peñarol la del CURCC, que es como dar por válida la referencia existente en la página de la ONU sobre que el “Día de la Independencia” de Uruguay es el 25 de agosto, dato que seguramente no tenga ningún defensor entre los historiadores patrios.

En estos días la frase es “Nosotros no discutimos con nadie, simplemente conmemoramos nuestra historia” como las palabras del Dr. Julio María Sanguinetti citada por los medios de prensa, “No se discute, se festeja”, titulaba el artículo el diario El País, en un título adecuado a los tiempos que corren, al “no piense, compre” con que bombardea la publicidad a los consumidores desde los medios de comunicación.

Hablando de independencia, discusiones y festejos, el propio Sanguinetti a fines de 2005 presentó bajo el título “Un necesario debate”, una propuesta para cambiar el día de conmemoración de la fiesta nacional, en cuya exposición de motivos señalaba que “Ninguna nación, ningún Estado, puede imaginarse que toda su sociedad asumirá un relato histórico sin fisuras ni debates”. Más adelante, continúa con algo que en otro ámbito, bien puede ser aplicable para el tema del decanato y la búsqueda de la verdad, y que es de pleno recibo por quien esto escribe:

“Nuestro Uruguay, ya no tan joven, adolece aún de esos debates, aunque ha encontrado en la figura de Artigas y su gesta el gran elemento unificador. El, sin embargo, no se refleja claramente en nuestra simbología, aún poblada de equívocos. En este caso, estamos planteando el de la Fecha Nacional, conocida como Día de la Independencia, que se celebra el 25 de agosto desde 1860, pese a que hoy por hoy es considerado por la mayoría de los historiadores y juristas como un momento significativo en nuestra historia pero que marca más nuestra soberanía provincial y su consiguiente adhesión a la pertenencia argentina que a nuestra autonomía nacional. Nuestros niños aprenden en la escuela el culto patrio celebrando esa fecha, pero generalmente se hunden en una curiosa perplejidad cuando los estudios secundarios les llevan a leer las tres leyes célebres, que les muestran ese día como un acto de independencia ante Brasil pero una reincorporación sin condiciones a lo que hoy es la Argentina. Cada profesor con que hablamos nos señala esa circunstancia. Aun para quienes idolatran esa fecha, está claro que ni es el comienzo ni el final del proceso de independencia. Lo grave del tema es que el ciudadano en formación ya nace a la vida cívica con la sensación de un equívoco, de un error, de que lo que celebra, aún valioso, no deja de ser un error histórico, a partir de lo cual se instala en su mente una nota de incredulidad sobre el país mismo. ¿No habrá llegado, entonces, el momento, de replantearse el tema, asumir con madurez un debate al respecto y fijar una fecha nacional que nos una a todos y no sea materia de controversia?.”

Bravo, aplausos, sería imposible para mi encontrar tan clara y contundente referencia sobre la búsqueda de la verdad histórica y la necesidad de un debate serio.

A título informativo, la exposición del ex Presidente de la República termina con la propuesta de “1) declarar el 5 de abril – o el 13 si se prefiere- Día de la Nacionalidad y celebrarlo como la fecha mayor de nuestro proceso histórico, en homenaje a Artigas y reconocimiento al valor ya configurado de una «nacionalidad» oriental ;

2) denominar el 25 de agosto , «Día de la Declaratoria de La Florida», como homenaje a ese acto de libertad frente a Portugal y Brasil, pero sin asumirlo como fecha singular de «la» independencia por los razones ya dichas…”.

La búsqueda termina en Artigas, en el de hoy, no el bandolero de los textos de orientación unitaria que se ensañaban hasta casi fines del siglo XIX, porque Artigas por suerte no quedó en la lógica aurinegra, en esa suerte de fatalidad histórica, en donde el error inicial impide una demostración posterior de la verdad, sino que “la leyenda negra” que sobre él pesaba y su consiguiente reivindicación histórica, fue la obra entre otros de Isidoro de María, Fregeiro, Carlos María Ramírez, Francisco Bauzá, hasta finalizar con Eduardo Acevedo y su famoso Alegato.

La verdad sobre que Nacional es el decano del fútbol uruguayo ya fue demostrada, documentada, por demás probada y jamás desmentida.

Algunos renegando su historia a costa de una falsa antigüedad, caen en el suicidio del alma del que escribía Eduardo Galeano , ese de aceptar mirarse a sí mismos con los ojos del amo.

Así, festejando como propio un aniversario ajeno, muchos se reunirán a ver como el sol gira alrededor del estático planeta Tierra, pero como dijo Galileo «Eppur si muove».

Norberto Garrone

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