Me mantengo alejado de whatsapp y de las redes todo lo que puedo, pero no alcanza.

–        Hola Glen, ¿todo bien?

–        Si, bien. ¿Uds?

–        Bien de bien, ansiosos pero bien.

–        Todos estamos igual…

–        Glen, necesitamos que escribas algo para la previa.

–        ¿Sobre el partido? Me querés matar, estoy haciendo todo tipo de cosas para olvidarme y achicar la ansiedad y me pedís que escriba… ¿Qué querés que diga?

–        No sé… contá que estás haciendo para achicar las horas que faltan para el jueves.

Así llegó esta vez el pedido de decano para que escribiera. Los tengo abandonados pero es porque estoy sobrecargado de trabajo. Y en verdad, no se me ocurre que decir desde acá, desde Montevideo. Quienes tienen la fortuna de estar en Río tienen algo más para contar. Pero claro, están en otra. Fotos, playa, bebidas espirituosas, color. Todo el color. Montevideo está gris en este momento. Lluvioso pero sin lluvia, valga el juego de palabras pero sin entrar en contradicción alguna.

Estresado me fui este lunes a ver “Dunkerke” al cine. Tremenda película que cuenta una historia más de la Segunda Guerra Mundial. De paso iba a sacarme por un rato el partido del jueves de la cabeza. Lo logré por casi dos horas pero cuando el sonido de la acción aún retumbaba en mi cerebro se me cruzó uno de esos camperones con los que invadimos las canchas del fútbol uruguayo. No habían transcurrido ni 50 metros desde que dejé el cine. Otra vez la ansiedad. De nuevo las preguntas: ¿jugará el Seba Rodríguez o Felipe? ¿Lasarte habrá confirmado lo que decano dijo hace más de diez días sobre que Rogel será titular?

Me mantengo alejado de whatsapp y de las redes todo lo que puedo. Pasé lunes y martes evitando las charlas de oficina, evadiendo profundizar en el partido. Un compañero del sector cayó enfermo y las tareas habituales se sobrecargaron. Pero bastaba levantar la cabeza, mirar hacia la Plaza para ver –una y diez veces- esas camperas hermosas y otra vez pienso en Río, en Botafogo, en Nacional… es que, seamos sinceros, si quienes vimos a Nacional en lo más alto del fútbol mundial no podemos más que soñar con volver a vivir esas alegrías, ¿qué dejamos para los más jóvenes que aún no lo han vivido? Y mi cabeza retorna a esos pensamientos que se albergan desde 1988. ¿Cuántas Libertadores habríamos ganado si tan solo hubiésemos podido disfrutar de los jugadores formados en casa en su plenitud deportiva? Desde el 88 hasta hoy podríamos armar 3 o 4 equipos con jugadores formados en Nacional que seguramente habrían ganado más de una Copa. Pero enseguida pienso que este plantel viene trabajando desde hace tiempo, con pocas bajas y que han demostrado que pueden jugar de igual a igual ante cualquiera. Así de pronto otra vez oigo en mi cerebro y cada vez con más fuerza:

“Nacional siempre voy con vos

Nacional yo te quiero ver campeón

La copa quiero ganar otra vez ir a Japón

Yo le pido al jugador ponga huevo hasta el final

La Banda del Parque siempre está nunca te va abandonar”

Si, somos hinchas y como tales soñamos con lo mejor. Soñamos con volver a Japón o donde sea que se juegue la Copa del Mundo de Campeones.

Glen Kwidama

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