Marcelo Gallardo fue el último entrenador que se retiró campeón con Nacional. Del “Muñeco” en adelante no se ha tenido buena puntería y se terminó derribando la figura del DT.

En junio del 2012, un joven técnico que acababa de disputar -y perder- contra Nacional la final del campeonato Uruguayo fue tentado y rápidamente contratado por el club que en ese momento presidía Ricardo Alarcón. Para muchos Gustavo “Chavo” Díaz –de él estamos hablando- fue la “carta en la manga” de Alarcón para no tener que claudicar y ofrecerle el puesto a Hugo De León, eterno candidato cada vez que en Nacional se habla de un cambio al frente del plantel. Nadie ha podido nunca confirmar la veracidad de esa versión y el entonces presidente Alarcón lo negó tajantemente al aire en una emisión del programa Punto Penal: “Alarcón vio interrumpida su oratoria por el periodista Julio Ríos, quien terminó retirándose de su lugar en la mesa de panelistas luego de un intercambio de palabras y opiniones encontradas. El mandamás albo explicó que Hugo De León no estuvo “censurado” por cuestiones políticas, ya que en las últimas elecciones de la institución de la Avenida 8 de octubre “estaba séptimo en una lista cuyo representante está sentado hoy en la directiva”. (Montevideo Portal, 24 de junio de 2012)

Con el paso del tiempo, Gustavo Díaz –quien nunca tuvo feeling con la hinchada- fue cayendo en la consideración de los tricolores, producto de lo que –en su momento- se consideró una “magra campaña”, pero que hoy, a la distancia, aflora como una de las mejores del último período. Díaz estuvo al frente del plantel principal de Nacional en veintiocho partidos desde que lo dirigió por primera vez ante Deportes Iquique por la Copa Sudamericana –en que Nacional cayó derrotado 2 a 0- hasta su dimisión, en la segunda fecha del Clausura 2013 tras el empate a un gol con Cerro Largo. En total, “el Chavo” cosechó 16 victorias (un 57%), 4 empates (14%) y 8 derrotas (29%), con 47 goles a favor y 30 en contra, lo que arroja una diferencia de + 17.

En una conversación privada con decano.com –que estamos autorizados a difundir- Gustavo Díaz reconoció que “sabía que no era el momento ideal para llegar a un club tan grande y de la forma que se dio. Pero tal vez podría haber sido el único y  dejamos todo para que nos fuera bien” en el mismo tenor, en cierta ocasión nos había dicho que “acepté el reto porque soy muy hincha de Nacional. La vida no me dio la posibilidad de vestir esta camiseta en la cancha y no supe decir que no cuando se me presentó la ocasión de defenderla tras la línea de cal” ¿Quién se atreve a juzgarlo?

De los jugadores con los que contó Gustavo Díaz durante su estadía al frente de la dirección técnica, aún permanecen en el plantel: Jorge Bava, Andrés Scotti, Darwin Torres,  Álvaro Recoba,  Alexander Medina, Pablo  Álvarez, Maximiliano Calzada, Renato César, Juan M. Díaz, Nicolás Prieto, Juan Cruz Mascia, Carlos De Pena, Gastón Pereiro, Iván Alonso, Santiago Romero (a préstamo en Deportes Iquique), Hugo Dorrego, Sebastián Abreu (a préstamo en Rosario Central) y Diego Arismendi.

El primer nombre que se puso en el tapete para sustituir a Díaz fue el de Hugo Eduardo De León. La mayoría de la prensa –decano.com aseguró desde un principio que riverense no aceptaría- daba como un hecho el regreso del ídolo tricolor. Finalmente, ante la negativa “del Hugo” se optó por un interinato compuesto por Juan Carlos Blanco –en ese momento “asesor técnico”, hoy “secretario técnico” del club- y Gustavo Bueno, exitoso entrenador de la Tercera con casi veinte años en la institución.

Los dos entrenadores -fuertemente identificados con el club- tomaron el desafío de, en poco tiempo, reposicionar a Nacional en el campeonato uruguayo y mantener intactas las posibilidades de avanzar en la Copa Libertadores. Cumplieron con creces. Dirigieron un total de siete encuentros –tres por Libertadores y cuatro por el Clausura- en los que se alzaron con cuatro victorias (57%), obtuvieron dos empates (29%) y sufrieron apenas una derrota, ante Boca Jrs. por Copa Libertadores, en el partido de vuelta en el Estadio Centenario, cuando los xeneixes se vengaron de la derrota recibida en La Bombonera. Aunque siempre quedará la duda de qué habría pasado si Iván Alonso convierte aquel penal a los veintidós minutos ante un equipo que tenía un jugador menos desde los veinte.

A los jugadores que heredaron de Gustavo Díaz y que aún tienen contrato, se les sumó –en el período Blanco-Bueno- la convocatoria de Maximiliano Moreira, jugador de las formativas que ha venido alternando entre Primera y Tercera división desde entonces.

Mientras “Cacho” y “el Zorro” mantenían en alto el prestigio de la institución, José Decurnex, José Fuentes y el presidente Eduardo Ache eran designados por sus compañeros para encontrar al técnico que “se ajustara el perfil trazado para ser el técnico de Nacional”. Las condiciones que debía reunir el profesional, según señaló José Fuentes deberían ser las de: “un técnico con experiencia, que haya dirigido a equipos importantes y también selecciones nacionales”. Se rumoreó que el nombre saldría de un sinfín de candidatos. Se habló de Matías Almeyda, “Tata” Martino, José Lillo, Gerardo Pelusso, Jorge Fossati y hasta del regreso de Marcelo Gallardo. Lo cierto es que se contactaron seriamente con tres entrenadores, todos argentinos: Marcelo Gallardo, Julio César Falcioni y Rodolfo Arruabarrena. Marcelo Gallardo agradeció y declinó prontamente la oferta, por lo tanto quedaban dos en carrera. El único que podría encajar –con cierto esfuerzo- en el perfil era Falcioni, por lo que parecía la opción clara. El factor económico terminó volcando la decisión en favor de un casi ignoto Rodolfo Arruabarrena. Cuesta creer que los directivos no se hayan percatado con anterioridad de que el dinero iba a dar por tierra con nuestras pretensiones. Será por eso que, en las últimas horas, tanto Luis Bruno como José Fuentes han manifestado a decano.com que –palabras más, palabras menos: “los mayores responsables (del momento deportivo) somos los directivos”. Celebremos la honestidad, pero coincidamos en que, podrán ser los máximos responsables, pero de ninguna manera los únicos.

Los números de Arruabarrena –los que lo hicieron finalmente caer-, vistos en perspectiva no son tan malos. Es más, se añoran y, curiosamente, son muy parecidos a los del “Chavo”.

Bajo la dirección técnica del “Vasco”, Nacional disputó veintinueve partidos, repartidos en: veinticuatro por el campeonato uruguayo, tres por Copa Libertadores, un amistoso en Durazno y la Copa Euroamericana.  El Nacional de Arruabarrena conquistó el 59% de los partidos que jugó (17), empató el 7% (2) y perdió el restante 34% (10). Fue más efectivo que el del “Chavo”, con 50 goles a favor –tres más que el de Díaz- pero más vulnerable, recibiendo 34 goles. De a poco asomaban los problemas defensivos.

A los jugadores que se venían arrastrando del plantel de Gustavo Díaz y que aún forman parte del mismo, Arruabarrena le agregó la incorporación de: Rafael García (quien retornaba de un préstamo a Rampla Jrs.), Gastón Pereiro, Lucas Cavallini (actualmente cedido a Juventud), Guillermo De Los Santos, Richard Porta, Santiago García, Ignacio González, Ismael Benegas y otros dos juveniles permanecen en el “subibaja”: Sebastián Gorga y Gonzalo “Nano” Ramos.

El ciclo de Arruabarrena se inició en la séptima fecha del torneo Clausura 2013, con la victoria 4 a 3 ante Bella Vista y se cerró en la última fecha del Apertura cuando, en el Parque Central, perdimos la posibilidad de coronarnos campeones del primer torneo del año deportivo, hecho que fue el detonante para la toma de una decisión que se venía masticando desde hacía rato: el regreso de Gerardo Pelusso.

El anterior ciclo del entrenador floridenese se había cerrado con éxito y rápidamente muchos pensaron –entre ellos los responsables de tomar las decisiones- que la vuelta de “la Vieja” garantizaría el regreso al camino de las victorias. Hoy comprobamos que los números que arrojan el reciente pasaje de Gerardo Pelusso como técnico del primer equipo son, por lejos, los peores de los últimos dos años. La esperanza iniciada con el primer clásico de verano tuvo su fin tras la estrepitosa y contundente caída por la duodécima fecha del Clausura. Con esta última derrota, Gerardo Pelusso sumó la número once en veinticuatro encuentros –entre amistosos y oficiales- lo que da un promedio del 46%, el mismo de sus triunfos, que también fueron once. Dos empates cierran las estadísticas del entrenador que recibió 31 goles y apenas logró convertir 35.

Gerado Pelusso recibió un plantel al que le agregó diez caras nuevas, entre incorporaciones y ascensos: Gabriel Araújo, Jorge Curbelo, Gustavo Munúa, Alfonso Espino, Rinaldo Cruzado, Henry Giménez, Jonathan Píriz, Sebastián Coates, Leandro Barcia y Damián Eroza, convocado pero nunca utilizado.

En total, entre junio de 2012 y abril de 2014, Nacional tuvo en su plantilla 39 futbolistas que permanecen en ella. Unos desde hace más tiempo que otros, pero todos con la misma posibilidad de haber incidido tanto en los triunfos como en las derrotas.

Ernesto Flores

decano.com

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