2 de junio de 2013

“Por tus bravos campeones izada, en el mástil de sumo laurel. Nacional, venerado queremos, ver flamear tu bandera otra vez” dice el himno que allá por 1911 creó José María Delgado.

“¿Vas a ir a ver a Nacional estando la final…?” fue la pregunta de la semana.

Considerando que los precios de hoy quisieron parecerse a los de Wembley, y uno no podía elegir ubicación, quizás esta pregunta hubiera tenido sentido.

Sin embargo no pensé dos veces y ayer saqué las entradas y también ayer en un rato de descanso del trabajo y de casualidad, yendo de una página de la red a la otra, terminé mirando durante unos quince o veinte minutos goles de Nacional de otros tiempos. Muchos de ellos en clásicos, muchos de ellos golazos, muchos de ellos de jugadores que nuevamente están en el plantel y otros de jugadores que nunca más volvieron.

Esta ventaja que nos da el avance tecnológico actual depara muchas cosas. Uno puede revivir alegrías pasadas, o vivirlas si nunca las vio y también comparar. Claro que las comparaciones son odiosas, pero la historia está allí y no se puede borrar.

Mientras el sol no demasiado abrigador cae sobre la Olímpica, la Banda calienta el cemento. Canta que los jugadores pasarán, como también pasarán los técnicos, y la única que quedará será la hinchada.

Pero… ¿pasan los jugadores y los técnicos o quedan de alguna manera anidados en un lugar en la memoria que no tiene límite de capacidad? Será posible cada tanto hacer un click en la computadora o un enter en el corazón para recordarlos.

El primer tiempo se va yendo, el sol va iniciando su camino predecible y un gol de ellos sacude la monotonía del partido, la hinchada sube el volumen y el chip del corazón busca desesperadamente momentos mejores pasados. Millones de partículas de tardes de sol, calor, lluvia, frío y amor.

Un niño pequeño delante nuestro con una pequeña corneta roja y una camiseta de Nacional que le llega a las rodillas es fotografiado por su padre. Esa foto será uno a futuro un archivo más en una carpeta o se imprimirá a color y en alta definición, pero yo le auguro a ese niño que las fotos que su corazón guarde serán las mejores y no habrá nunca una papelera de reciclaje que las elimine.

Después estarán las carpetas ocultas donde quedarán las semanas difíciles, los goles que no fueron, las faltas innecesarias, las jugadas que no salieron, los cambios mal hechos, los Mayos alegres y los no tanto. Como también estarán los cientos de jugadores que van y vienen, o se van y no vienen, o vuelven y se van, los técnicos que se equivocaron más que otros y los que acertaron más que esos. La gran mayoría quedará en carpetas de favoritos, otros en carpetas perdidas y ocultas. Pero no hay manera de eliminarlos, porque son parte nuestra, de nuestro sistema operativo intrínseco, no hay delete que valga ni formateo posible, están allí y estuvieron para alimentar una historia enorme. Aunque algunos parezcan temporarios no se borran. Para bien o no.

El sol ya se esconde tras lo alto de la tribuna. La banda está al pie de la tribuna como estuvo al pie del cañón siempre. Los hombres de negro y en fila a cada lado esperan que un virus los ataque y ser ellos los antivirus. Las canciones sin embargo pueden ser más poderosas que cualquier cortafuegos y el fuego de la sangre es más fuerte e inteligente que cualquier escudo. El tercer gol, el del triunfo, alimenta aún más el fuego sagrado. Un fragmento de nuestra historia está ya guardado en el programa. No necesita respaldo porque no se puede borrar.

“Por tus bravos campeones izada, en el mástil de sumo laurel. Nacional, venerado queremos, ver flamear tu bandera otra vez” dice el himno que allá por 1911 creó José María Delgado.

En esa época no había computadora, el “queremos” que alude a su tiempo venidero hoy ya es nuestra historia y sin embargo, siempre es el deseo de nuestro presente.

“Otros vendrán que bueno te harán” dice un refrán, yo digo que el mejor profeta del futuro es el pasado y por lo tanto acudiendo a los mejores archivos de nuestra enorme historia, grabada en la memoria y en la piel de todas las generaciones, será de donde saquemos la mejor información.

Cecilia810

El Club Nacional de Football volvió a la victoria en el torneo Clausura al derrotar de forma agónica por la 14ª fecha 3-2 a Progreso en el estadio Centenario.
Los goles tricolores fueron obra de Vicente Sánchez, Juan Cruz Mascia y Diego Arismendi, este último en los descuentos.

El Decano realizó un buen primer tiempo, dominando las acciones y siendo muy punzante por las bandas de la mano de Carlos De Pena y de un inspirado Vicente, quien viene manteniendo el buen nivel de las últimas semanas.

Lentamente, el arquero de Progreso, Rodrigo Odriozola, se erigió en la figura de su equipo, al evitar conquistas de Gonzalo Bueno y de Sánchez en dos ocasiones, entre otras incidencias.

El albo era más, pero le costaba abrir el marcador.

Sin embargo, cuando se moría la primera mitad, el rival anotó el primer gol del encuentro, de manera sorpresiva.

Nacional insistió de arranque en el complemento, pero nuevamente Odriozola se creció para salvar su valla, destacándose una notable intervención ante un cabezazo de Sebastián Abreu que era gol.

Andrés Scotti tuvo el empate a los 63´ con un cabezazo que dio en el travesaño y, algunos minutos más tarde, con otro testazo que atajó el arquero.

El ingresado Juan Cruz Mascia avisó con un disparo cruzado nuevamente conjurado por Odriozola.

Finalmente, el empate llegó a los 76´, tras una bonita combinación entre Álvaro Recoba, De Pena y Vicente, jugador este último que llegó al corazón del área para empujarla al gol tras habilitación de cabeza del juvenil.

Rápidamente, Progreso encontró el segundo y allí el juego se hizo de ida y vuelta.

Gran jugada de Sánchez por izquierda y Mascia (84´) que solo tuvo que empujarla para volver a igualar el juego y, posteriormente, más llegadas del Decano, pero el gol volvió a ser esquivo, por más que se estuvo cerca varias veces.

Sobre el final, y ya en los descuentos, cuando Progreso luchaba por el tanto de la victoria, llegó la anotación decisiva de Arismendi tras un toque mágico de Recoba.

Ganó Nacional y volvió a festejar.

Síntesis

Nacional: Jorge Bava; Pablo Álvarez, Andrés Scotti, Efraín Cortés, Juan Manuel Díaz; Diego Arismendi, Israel Damonte (Renato César 76´), Carlos De Pena; Vicente Sánchez, Sebastián Abreu (Juan Cruz Mascia 64´) y Gonzalo Bueno (Álvaro Recoba 55´). DT: Rodolfo Arruabarrena.

Progreso: Rodrigo Odriozola; Jonathan Souza Motta (Matías Appelt 72´), Maximiliano Amondarain, Rafael Tabárez, Silvio Dorrego; Renzo Pozzi, Rodrigo Guarteche (Federico Aguilera 90´), Matías Porcari, Ricardo Queiro; Germán Bombaci (Excequiel Vázquez 76´) y Gustavo Alles. DT: Carlos Barcos.

Estadio: Centenario.

Jueces: Fernando Cabrera, Marcelo Costa y Antonio Fittipaldi.

Goles: Germán Bombaci (PRO) 45´ + 2; Vicente Sánchez (NAC) 76´; Ricardo Queiro (PRO) 78´; Juan Cruz Mascia (NAC) 84´; Diego Arismendi (NAC) 90´ + 4.

Amarillas: Israel Damonte (NAC) 27´; Juan Cruz Mascia (NAC) 85´.

Nacional.com.uy

Título original: «Nacional retornó a la senda de la victoria»
Negritas: decano.com

Nacional le cobró a Progreso los días que estuvo varado, futbolísticamente. Fue el mismo río con diferente agua, un equipo como Nacional se forma con conducta apropiada de sus jugadores, si Israel Damonte insiste con su postura de pasar la guinda y proyectarse como wing derecho o izquierdo seguramente seguirá sufriendo, como en el segundo gol gaucho. (*)

Su actitud de centralizar el juego provoca el vacío central que da origen al enfrentamiento de los delanteros contrarios mano a mano con los zagueros tricolores. Deberá jugar siempre con la pelota delante de él, no corriendo rivales de atrás, es una elección muy personal, si fuera un juego individual… pero arrastra a Arismendi al desorden, quien es mucho más técnico, pero con un déficit de carrera notorio. Lo positivo es que se ganó un lugar dentro de la opinión de la parcialidad, por lo que pone y también cómo se expone en su ímpetu de aportar al equipo su supremacía física sobre los rivales. Si logra mantener el orden, mantendrá la posibilidad de la continuidad en un club que necesita de su aporte pero mucho más necesita de un orden en la mitad de la cancha.

El partido

A los siete minutos Bueno acomoda una pelota sobre el sector derecho del área, le da con su pierna hábil y ese muy buen golero que es Rodrigo Odriozola la saca al corner en una espléndida paloma. A los 11’ y a los 12’ Vicente Sánchez lo sacude con dos remates con destino de gol, que resuelve con mucha solvencia el arquero. Cortés vuelve una vez más a permanecer en el piso después de una falta en su contra: o sus piernas son un cristal o exagera la intensidad del foul recibido. Todo esto trae aparejado la pérdida de tiempo que juega en contra del club grande y a la vez exaspera al árbitro. A los treinta minutos de juego, después de 6 o 7 intentos, llega el primer centro que logra conectar Abreu con cierta posibilidad de peligro; el tricolor se pierde frente a dos líneas de cuatro muy bien posicionadas. Hasta que en el minuto 46, una pelota muy bien puesta del sector izquierdo, encuentra a German Bombaci, que la amortigua con el pecho en un gesto de gran destreza y la pone en el segundo palo, lejos del alcance de Bava, convirtiendo el gol, que a esta altura del partido no lo merecía por lo expuesto en el juego.

Aquí debo hacer una precisión: a media cuadra del Parque Central vive uno de los laterales izquierdos con tremenda trayectoria en el fútbol nacional e internacional: Mario “Cala” Méndez. Jugó más de 50 partidos con la Selección nacional, fue campeón sudamericano en Guayaquil con Uruguay en el ‘59, cuando Uruguay goleó 5 a 0 a Argentina y 3 a 0 a Brasil. Fue nominado en Brasil por la Revista Placard en la selección brasilera durante su actuación en el Vasco Da Gama como el mejor lateral izquierdo del Brasileirao. Como si esto no fuera suficiente para aprovechar la proximidad del otrora crack y explicarle al actual lateral izquierdo tricolor, Juan Manuel Díaz, cómo debe marcar en las pelotas cruzadas a su espalda, como la que origina el gol de Progreso: ubicarse atrás del delantero, no adelante, sería el detalle a corregir.

A los 31’ pone el empate Vicente Sánchez, pero a los 33’ minutos Queiro hace un golazo para Progreso. A los 39’ empata Juan Cruz Mascia y en los descuentos Arismendi en jugada de muy buena factura técnica le da el triunfo a Nacional, gol que aleja a los fantasmas que estaban rondando por las tiendas albas.

Nacional en los últimos minutos acumula hombres en el ataque, cuando habría que determinar funciones, todo esto debe mejorar el tricolor y va a estar muy bien.

Progreso lamentó el descenso, pero no por lo hecho en la tarde de ayer, sino por su campaña de todo el año.

La figura

Destacar a Vicente Sánchez como la figura del partido, por su oportunismo en el primer gol. El delantero, que tuviera destacados pasajes por el fútbol de México y de Alemania, además tuvo directa incidencia en los restantes goles de Nacional. Corroborar una vez más que su proximidad en el área aporta para su equipo una contundencia que se pierde jugando en otro sector de la cancha.

En deuda

Juan Manuel Díaz cometió un error en el primer gol de Progreso, convertido por German Bombaci en una pelota pasada que superó al marcador de punta zurda de Nacional. Habría que explicarle al actual lateral izquierdo tricolor, Juan Manuel Díaz, cómo debe marcar en las pelotas cruzadas como esa que metió Progreso en el gol que reseñamos. Esa pelota que fue a su espalda y que origina el gol de Progreso. Díaz debe ubicarse atrás del delantero, no adelante. Sería el detalle a corregir.

José Pepe Urruzmendi

La República

Título original: «Como los inspectores de tránsito»
Negritas: decano.com

(*) Nota de decano.com: Damonte había sido sustituido un par de minutos antes del segundo gol de Progreso.

Nacional pareció reencontrarse con algo más que la victoria.

Cuatro partidos sin ganar por la actividad local, para Nacional, hubiera sido mucho. De ahí la importancia que tiene -a despecho del riesgo aún latente de quedar afuera de la próxima Libertadores- el triunfo de los tricolores.

Además, la trascendencia de la victoria va más allá de lo meramente estadístico; esto es, aparte de que Nacional ganó, por más que lo hizo ante un rival que por algo se fue a la «B» con su derrota, lo que cuenta es la forma: en el complemento tuvo un repunte anímico y futbolístico, a partir de los cambios de Arruabarrena y -sobre todo- del ingreso de Recoba, que llevan a pensar que encontró una luz al final del túnel que empezó en el clásico y cuya salida parecía no verse nunca.

Es que, en el primer tiempo, Nacional dio la sensación de seguir en un pozo; conceptual, incluso: porque Sánchez encaraba siempre por derecha, llegando rara vez al fondo, y haciendo la diagonal al medio, a favor de su perfil zurdo pero en contra de la posibilidad de que Abreu recibiera centros como para explotar su estatura; y, para peor, hasta Bueno -al que, por lo general, le dieron la pelota al pie en vez de buscar su velocidad para el desborde- «cayó» también por esa punta.

El golazo de Bombaci, por otra parte, hundió aún más a los tricolores en su cono de sombras, del que pareció que les iba a ser difícil salir, aún cuando -ya con el «Chino» metiendo centros- Abreu y Scotti lograron ganar de arriba en varias ocasiones.

Ahí entró a tallar Arruabarrena, que ya con el cambio de Recoba por Bueno, y no por Sánchez, había empezado a jugarse la ropa: primero puso a Mascia por el «Loco» y después a Renato César por Damonte. Entonces, con Sánchez desbordando ahora por la punta izquierda, la claridad que ya había tenido antes De Pena por esa zona, el empuje del juvenil por el medio, y el «Chino» habilitándolos a todos al compás de su batuta, llegó el repunte.

Quizá Progreso tuvo un pecado; tras ponerse 2-1 y antes de jugarse y abrirse por los goles de Sánchez y Mascia, dejó al «Chino» muy solo; pero ese es un problema suyo, más allá de que se fue a la «B» dando todo. Lo real es que Nacional, a corazón y con el «feeling» futbolístico que se notó entre varias de sus figuras, vio la luz al final del túnel.

La cifra

19

minutos fue el lapso, entre los 75` y los 94`, en el que Nacional hizo 3 goles; al influjo de Recoba.

Las estrellas

D. Arismendi

Jugó e hizo jugar, tiró, y propuso y concretó la jugada del gol del triunfo.

Jorge Savia
Ovación

Título original: «Luz al final del túnel»
Negritas: decano.com

Con goles de Sánchez, Mascia y Arismendi, Nacional se impuso 3-2 sobre el equipo de La Teja, que estuvo dos veces en ventaja. El tricolor ganó luego de tres fechas suin hacerlo y el «Gaucho» perdió la categoría.

El gol que Diego Arismendi puso para el 3-2 de Nacional sobre Progreso tiene un significado muy superior al de los tres puntos ganados. En primer término, porque significó el golpe de gracia para el equipo de La Teja, que perdió la categoría, y en segundo porque un cuarto partido sin triunfos para el tricolor hubiera generado una situación muy difícil de sostener.

Luego de tres jornadas sin triunfos, el futuro de Rodolfo Arruabarrena estaba muy borroso. Por eso era vital para él la victoria que, por el fútbol mostrado por Nacional, en realidad es algo así como cubrir una rotura en el casco de un buque con una curita, pero al menos libera algo de presión.

El partido

Última jugada del primer tiempo: Dorrego desborda por la izquierda, mete el centro al segundo palo, Bombaci acomoda la pelota de pecho ante el mal cierre de Juan Manuel Díaz, puntea la pelota, la cruza y anota el 1-0 para Progreso.

Golpe animíco para el «Gaucho», que necesitaba ganar para llegar a la última fecha con esperanzas de mantener la categoría. Golpe, pero al mentón, para un Nacional que fue más de lo mismo: nada de fútbol.

El equipo del «Vasco» Arruabarrena transitó el primer tiempo sin generar peligro. Ni un «casi gol» para un conjunto tricolor, cuyo único argumento fueron los centros y cabezazos defectuosos.

El primer tiempo se fue con la victoria del «Gaucho». Nacional empezó con el mismo poco fútbol, pero con otra decisión. Tuvo la primera jugada de gol a través de un cabezazo de Abreu que  Odriozola sacó en la línea con gran tapada.

Arruabarrena no perdió tiempo y metió un cambio a los 9′, aunque poco comprensible. En busca de ese fútbol ausente puso al «Chino» Recoba, pero sacó a Bueno. Entonces, ¿a quién iba a lanzar en velocidad? La única opción era Vicente Sánchez, lo que hacía presumir un juego anunciado. Sin embargo la fórmula dio resultados.

Y fueron momentos terribles para Progreso, que en pocos segundos vio cambiar todo su futuro. Cuando el banco recibía la noticia de que Fénix le pasaba a ganar a Danubio, De Pena habilitó de cabeza a Vicente y éste empató. Así, el «Gaucho» se estaba yendo a Segunda.
Un par de minutos después un golazo de Queiro puso nuevamente en ventaja a Progreso, pero a los 83′ Juan Cruz Mascia anotó su primer gol con la camiseta de Nacional y puso el 2-2, letal para el «Gaucho».

Carlos Barcos, técnico de los de La Teja, se jugó todas las cartas a ganador porque sólo eso le servía, pero sin suerte. En una recarga Nacional hilvanó una buena jugada entre Mascia, Recoba y Arismendi y éste último puso el gol del triunfo.

Final del calvario para Nacional, que cortó una racha de tres partidos sin victorias, y también por qué no para Progreso, que sufrió todo el año y finalmente no pudo eludir el descenso.

Progreso 2-3 Nacional

Estadio: Centenario
Jueces: Fernando Cabrera, Marcelo Costa y Antonio Fittipaldi

Progreso: Odriozola; Motta Souza (72′ Appelt), Amondarain, Tabárez, Dorrego; Guarteche, Pozzi, Queiro, Porcari; Alles y Bombaci. DT: Carlos Barcos

Nacional: Bava; Álvarez, Scotti, Cortés, Díaz; Arismendi, Damonte; Sánchez, De Pena; Bueno (54′ Recoba) y Abreu (64′ Mascia). DT: Rodolfo Arruabarrena.

Goles: 45’+1 Bombaci (P), 76′ Sánchez (N), 78′ Queiro (P), 83′ Mascia (N) y 90′ Arismendi (N)

Ovación

Título original: «Se terminó la racha adversa»
Negritas: decano.com

Ante muy poco público y algunos minutos pasada la hora pactada Nacional y Progreso comenzaron su juego, ambos con la exigencia de ganar.

En los primeros minutos, el balón fue del Tricolor, que tuvo ocasión de madrugar el cotejo a través de Gonzalo Bueno, que recibió tras una buena habilitación de Vicente Sánchez y terminó definiendo mal cerca del arco del Gaucho.

Después fue el Carucha el que logró soltarse más y probó en un par de ocasiones por la derecha, encontrándose con el arquero Odriozola, de buena respuesta. Y sumó varias buenas oportunidades para convertir el equipo de Arruabarrena, en un partido poco entretenido, pero no logró concretar.

Ante este problema, aprovechó Progreso: ya cumplido el minuto de adición del primer tiempo, en la última jugada antes del descanso, Germán Bombaci bajó el balón con el pecho, falló Juan Manuel Díaz y el atacante visitante remató al arco para poner un 1-0 valiosísimo en el sueño del Gaucho de no descender.

Nacional tuvo el empate apenas iniciado el segundo tiempo. Sebastián Abreu cabeceó tras un corner y el arquero Odriozola voló para salvar en la línea y evitar la anotación del Loco. En el rebote no pudo aprovechar el Bolso.

Buscó por arriba el empate el Tricolor, pero no tuvo suerte, y Arruabarrena decidió apostar por la experiencia de Álvaro Recoba, a quien mandó a la cancha en lugar de Gonzalo Bueno, de bajo rendimiento.

Y el gol llegó y el Chino fue fundamental en la jugada: levantó un centro que fue pase para Carlos de Pena, que cabeceó para Vicente Sánchez, el encargado de poner el 1-1 a los 75 minutos de juego cuando se encontraba de frente al arco.

Sin embargo, con poco, Progreso encontró de contragolpe su segundo tanto y se puso otra vez en ventaja por 2-1. Ricardo Queiro hizo un golazo y le devolvió la ilusión a su hinchada en lo que a la permanencia respecta.

Ningún equipo quería resignarse, Progreso por su urgencia, Nacional porque sabía que merecía más. Y allá apareció Juan Cruz Mascia, ingresado en el segundo tiempo, para pasados los 80 minutos de juego encontrar el gol de frente al arco vacío, tras un esfuerzo físico notable de Carucha para impedir que la pelota saliera de la cancha.

El empate no era suficiente para el Gaucho, al que finalmente se le murió toda ilusión ya pasados los minutos adicionales que había añadido Fernando Cabrera, cuando llegó el tercer tanto del Bolso. Otra vez Recoba participó en la jugada, cediéndole el balón a Diego Arismendi, que con notable velocidad se metió al área y remató para dar vuelta el resultado, sellar un 3-2 que significó el regreso a la senda triunfal, y el descenso del Gaucho.

Montevideo Portal

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