Más alegre que caliente

Santi Rodríguez habló luego de su confirmatoria actuación clásica.

Santiago Rodríguez jamás olvidará los dos partidos clásicos que marcaron su debut en Primera división. Ya en el primero –dónde debió dejar la cancha tras la temprana expulsión de Luis Mejía- había demostrado que estaba pronto para la exigencia. En el segundo se convirtió en figura, con una gran actuación y una jugada magistral que terminó en el gol de Nacional. Sobre este momento dulce que no pudo opacar su injusta expulsión habló en “100% Deporte” de la 890.

“Tengo más felicidad que bronca. Salimos campeones e importa más eso que la bronca por la tarjeta roja”, comenzó diciendo al tiempo que recordó que llegó a Nacional, el club de su corazón con tan solo 9 años. Desde ese momento todo ha sido crecimiento para él.

Sobre su asistencia a Marcos Angeleri dijo que sabía que Guilelrmo Cotugno tendría que poner la pelota en el área y que estaba “un poco pasado” para recibirla. “Traté de controlar lo mejor posible porque si controlaba mal ya se me iba a venir encima el zaguero de Peñarol. Apenas recibí la pinché al segundo palo porque sabía que alguien iba a entrar”, relató.

“Eduardo (Domínguez) me pide que haga lo que hago en los entrenamientos. Con eso ya se conforma, conmigo y con todos. Me pide que a la hora de atacar esté libre y suelto, en el sentido que no me pese y que no sienta presión de nada. Y yo trato de hacerlo lo mejor posible porque todos los compañeros me dicen eso”, sostuvo.

Los mayores y en especial Palito Pereira quien estuvo muy cerca suyo fuera y adentro de la cancha, le dicen que “lo disfrute y que sea yo mismo. Palito me habla mucho y me da muchos consejos futbolísticos y de la vida. Estoy muy agradecido con él porque es muy difícil encontrar a alguien que te hable así. También Papelito (Fernández) me aconseja mucho en lo futbolístico. Siendo un pibe recién ascendido lo valoro mucho”.

Sobre la expulsión, aclaró que fue a “tapar el tiro, sin intención de pegarle. Sería de mal gusto si hiciera eso. Lo toqué, pero con una amarilla me parece que se solucionaba. Mismo jugadores de Peñarol decían que estaba mal expulsado y que con una amonestación se arreglaba”, confesó. Cuando escuchó eso fue a hablar con Andrés Cunha quien le dijo que ya estaba expulsado y que no le daría ninguna explicación. Entonces decidió irse.

El alargue lo vivió “con unos nervios tremendos. Esa jugada que Coco (Conde) tapó dos pelotas seguidas fue una locura”, recordó.

En la previa dijo que en el plantel se hablaba que “teníamos que ganar para cortar la sequía que teníamos en los clásicos y para cambiar nosotros y afrontar los entrenamientos con otra alegría. Eso cambia todo y te da más confianza. Para nosotros será fundamental en la confianza porque estamos haciendo un muy buen trabajo en los entrenamientos y se verá reflejado en el año”, terminó diciendo.