Mauricio Rodríguez, periodista de Canal 4, homenajeó a Victorino con una emocionante anécdota personal.

Este jueves en la red social X (ex Twitter), el periodista posteó un hilo en homenaje a Waldemar Victorino. Por lo emotivo y porque muchos Bolsos se pueden sentir identificados con él, queremos compartirlo en nuestro portal.

“-Victorino se va de Nacional- me dice mi padre con el diario apoyado en la mesa sobre un mar de migas. Es una tarde perdida en la penumbra de los 80 y soy un niño que está por comer un alfajor. Pero ya no. Porque Victorino se va de Nacional. Y hasta ese día no sabía que se podía llorar por un jugador de fútbol. 

Las lágrimas y su complemento de angustias hasta ese día habían sido dedicadas debidamente a Bambi, a alguna penitencia injusta y a un par de peleas en la esquina. Pero no a un jugador de fútbol. Pero esa tarde supe que sí. Que se podía.

Entonces me descubro con el alfajor suspendido en el aire y deambulando en una nostalgia precoz, una tristeza absurda. Y lo invoco, Victorio de potrillos infames, y lo veo surgir allá, como lava entre unas camisetas rojas, y sacudir su melena de león, cargada de látigos, y estremecer pelotas imposibles. 

Y más acá, mirá viejo, se asoma el Cascarilla Morales, que lanza pelotas sin mirar, ¿para qué? si sabe que atrás de todo ese enjambre de defensas hay una melena agazapada. Y va y lanza y ahí está Victorino, claro. Que es un Napoléon del área chica, un solado silencioso esperando su Normandía. 

Nunca supe cómo hacía para quebrar la órbita de una pelota y lanzarla inexorable a romper redes de cualquier color. Y nunca supiste vos, Victorio, que yo quería ser vos cuando éramos ocho para cada lado y los arcos eran dos piedras. Y nunca supiste vos, Victorio león, todas las excusas que me diste para colgarme de los brazos de mi padre en el segundo anillo de la Colombes. 

Toda una historia y una saga de goles, y abrazos, y goles en blanco y negro que ahora empiezan a teñirse de la misma tristeza que se me adhirió al alma cuando escuché aquel “Victorino se va de Nacional”. Y el diario y el mar de migas y la tristeza. Hasta aquel día no sabía que se podía llorar por un jugador de fútbol. Hasta hoy no sabía que se podía llorar dos veces por un jugador de fútbol. 

Por el mismo jugador de fútbol. Gracias Victorino.”

Enzo Correa

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