Diez minutos en cada informativo y gracias, pero la historia duerme tranquila.
Dice un mito del fútbol que el dos a cero es el resultado mas engañoso cuando vas ganando.
La estadística podrá o no corroborar esto pero no me meteré en esas cuestiones. De todas maneras siempre es mejor tenerlo a favor que en contra y ayer (domingo) cuando a los cuarenta minutos quedamos dos a cero abajo, en el entretiempo, el murmullo en la tribuna era de incertidumbre porque además están los partidos donde no te sale una y este pintaba así en esa parte.
Se veía como perturbado el equipo y podrían, las razones extra fútbol y las despedidas, ser la causa, o simplemente eso de “hoy no me sale nada”. Pero, alguien sentado a mi lado me dijo algo sabio; la camiseta y el oficio no se compran y si bien a veces los resultados parciales son engañosos, también hay que saber contra quien se juega. Y no confiarse.
Claro y válido es decir que la expulsión de un rival nos puso en ventaja, pero también nos puso en ventaja la historia. Y la carpeta de algunos también fue tirada sobre la mesa diciendo “acá estamos” y nunca subestimes a esta camiseta que tengo puesta que, podrá estar en buenos o malos momentos, pero tiene la estirpe grabada y eso es difícil de enfrentar, siempre.
La expulsión de nuestro capitán nos pone otra vez en igualdad de condiciones pero al final llega la alegría, esa que se respiraba sabiendo que el alargue no era negocio en la húmeda y gris tarde dominguera.
El partido termina y el grito es nuevamente tricolor, con gol en la hora, festejado con ganas y con alegría, y el desasosiego de la primera parte pasa a ser historia en esa tarde donde la historia, otra vez, se pone delante de los resultados engañosos.
Sale un aplauso espontáneo hacia los jóvenes rivales que se van con el dolor de haber perdido una final. Ese aplauso que indica que están haciendo un buen camino, que nos la hicieron brava y que habrá que abrir los ganchos cuando nos enfrentamos de nuevo.
La copa está adornada con listones en tres colores que vuelan al viento mientras la levantan todos y cada uno de los nuestros y nos la ofrecen a la distancia.
La fiebre del mundial hace que los medios de prensa traten a este campeonato, que en sus dos ediciones hemos ganado, como algo furtivamente pasajero. Diez minutos en cada informativo y gracias. Mientras tanto en la sede esa misma noche la vitrina se abre para, una vez más, guardar otra copa. La historia se duerme tranquila.
Cecilia810
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