Jugador de campito

Las promesas se renuevan y es momento de Brian Ocampo.

En febrero escribimos este tuit acompañado de 4 fotografías con Brian Ocampo en acción:

“Con ustedes, el show de Brian Ocampo. Lo que jugó este muchacho en @LibertadoresUy… Disfrute campeón.”

Nació en Florida en junio de 1999, y tiene 5 hermanos. Llegó a Nacional a los 15 años desde el Quilmes de su ciudad natal y desde ese día hasta hoy, va y viene cada día a Los Céspedes en una camioneta que está al servicio del club junto a Joaquín Trasante y Juan Manuel Sanabria, entre otros.

El joven de 1,73m siempre fue delantero, punta por las dos bandas. O media punta. Pero con metros disponibles para la moña, el enganche para dejar al descubierto a su marcador. Lleva el campito con él. Campito en el que jugó horas y horas contra jugadores mayores que él con el que fue puliendo su engaño al más grandote, que lo quiere tumbar, agarrar, tirar…y no puede.

Además hace goles. Como los hizo en la Libertadores sub20 con tiros cruzados, potentes y firmes. Así es Brian Ocampo dentro de la cancha: pillo, picante, arriesgado, fuerte. Muy tímido en la vida personal como contraste.

En formativas fue dirigido por Alberto Bica, Tabaré Alonso y Rudy Rodriguez. Fue Campeón el año pasado en sub19 del Campeonato Uruguayo y de la Libertadores Sub20 con una actuación consagratoria que lo llevó a estar en la mirada de todos, incluso de Alexander Medina que lo sumó al primer equipo a realizar la última pretemporada.

Debutó este miércoles en la primera de Nacional por la Copa Sudamericana sustituyendo a Tabaré Viudez y los 20 minutos en los que estuvo en cancha mostró que es un jugador con un uno contra uno envidiable.

Muchos ya lo comparan con fenómenos de la historia de Nacional. Despacio, recién empieza. Si pone todo su esfuerzo y la suerte –siempre necesaria- lo acompaña mínimamente, llegará muy alto. Eso esperamos, todos.