Se terminó un año muy difícil para Nacional, pero como ocurre siempre en estas fechas, la ilusión se renueva.

En el fútbol son tres los resultados posibles: ganar, perder, empatar. Si Nacional no gana, si no es campeón al final de la tamporada, no será un año bueno para nosotros. Pero así es el deporte y no siempre vas a terminar festejando. Sin importar el resultado, al otro día continúa la vida y se escribe una nueva página del club más laureado del mundo.

«Lo que importa son las trayectorias» suele decir Eduardo Ache, y no le falta razón. Más que el último campeón, importa quién más veces festeja, y en eso los hinchas de Nacional podemos estar más que tranquilos: tenemos más Uruguayos, más títulos internacionales, más títulos oficiales en general con una ventaja tan gigante como nuestro club.

Más allá de eso, los hinchas vamos a querer que sea nuestro el arquero menos vencido, el mejor jugador del año y el goleador. Si vamos bien, estaremos contentos; si las cosas no salen, estaremos nerviosos y discutiremos hasta el color de medias y pantalones a usar en el próximo clásico. Si vamos bien o vamos mal, hay algo que no cambiará: la fidelidad del hincha. Allí estaremos. Locales o visitantes. También como visitantes en canchas a las que nos lleven a cientos de kilómetros del Parque, porque sabemos que es contra todo y contra todos, y esto incluye rivales y jueces, que muchas veces también se nos oponen.

En cuanto a Decano, nuestro equipo intentará -por un año más- seguir con cero falta cubriendo la vida diaria de Nacional. En este 2024 también deberemos recurrir al apoyo del hincha -como hicimos el año pasado- en una temporada que no va a ser una más para nosotros, porque estaremos llegando en mayo al cuarto de siglo de vida.
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¡Nacional Nacional!

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