Más que hablar de un hecho aislado, se podría decir que es mística pura. Las amenazas de muerte provenientes de nuestro tradicional rival no son nuevas.
El domingo 22 de este mes las sedes de la Asociación Uruguaya de Fútbol y el Colegio de Árbitros amanecieron con pintadas amenazantes. Hay quienes sostienen que se trata de hechos aislados, pero no es así.
En el año 1998, Nacional derrotó a Peñarol por 4 a 2. Al finalizar el encuentro, el por entonces futbolista aurinegro Robert Lima, fuera de sí intentó agredir a futbolistas tricolores. En su momentánea enajenación, Lima agredió a golpes a una señora joven que trabajaba como fotógrafa para el Club Nacional de Football.
Ese mismo día, la fotógrafa denunció al futbolista en la seccional 9ª de Policía, la que se encuentra en la tribuna Colombes. El lunes esta señora se apersonó a la reunión de Directiva de nuestro club en un estado de ánimo desesperante. Había sido amenazada de muerte si no levantaba la denuncia. Pero no fue un “loquito cualquiera”; en una llamada telefónica le dijeron donde trabajaba su esposo, en que horario lo hacía y lo más grave de todo: le indicaron con detalles cual era el jardín de infantes al que enviaba a su hija. La denuncia fue levantada.
Ese mismo año pero al inicio de temporada, el futbolista de Nacional Jorge “Gallegol” Ramírez fracturó al aurinegro Nelson Olveira en un encuentro clásico. Años después, a mediados de la primera década del 2000, el ex futbolista, muy suelto de cuerpo, declaró al programa “La Caja Negra” del periodista Mario Bardanca en TV Ciudad que él le salvó la vida a Ramírez porque “había gente que quería hacer justicia por mano propia”.
El 23 de junio del 2000, La República informó que el día anterior la madre del por entonces juez Gustavo Méndez fue agredida por desconocidos. “La madre del árbitro regresaba de su trabajo y cuando se disponía a ingresar en su domicilio fue atacada por la espalda por una persona del sexo masculino, que la tomó del cabello y la zamarreó, provocando que la señora –producto de la inesperada situación– quedara prácticamente paralizada. En ese momento, el individuo aprovechó a decirle “te voy a matar”. Por su parte uno de los portavoces de los jueces, Walter Rial, manifestó a LA REPUBLICA GOLES que los agresores, en el momento de consumar la agresión, le manifestaron a la señora Rosa, la madre del árbitro, lo siguiente: “somos de Peñarol y te habíamos pedido que le avisaras a tu hijo que se callara y no lo hizo, por eso volvimos”, cuenta la nota.
Estos hechos son los que me llegan a la memoria, pero no son los únicos. Quisiera recordar el nombre de aquella fotógrafa con la que hablé en la sede de Nacional apenas unas horas después de recibir amenazas. Si pudiera hablar con ella, le contaría que también a mí me amenazaron.
Glen Kwidama
decano.com
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