El pasado sábado 7 de noviembre, a sus 92 años y con 84 ininterrumpidos como socio de Nacional, falleció Camilo Pereira Rueña. Compartimos la entrevista que le realizáramos en el 2013.

Seguramente se trate de un caso único en el mundo. Ochenta y dos años ininterrumpidos como socio del club más laureado del fútbol uruguayo.

Lo primero que impacta es su lucidez. Me dice –y compruebo- que a sus 90 años aún puede leer sin necesidad de usar lentes.

Camilo Pereira Urueña ha sido un testigo privilegiado de muchas de las hazañas que han encaramado al glorioso Club Nacional de Football a un sitial único en el mundo. Pero no solo ha sido un mero espectador, contemporáneo de varios sucesos. Camilo vio a Nacional por primera vez un 1ero de abril de 1931 y desde ahí continuó acompañando la historia, entrelazando su vida con la del club de Los Céspedes. Fue dirigente en varias ocasiones y aún hoy sigue asistiendo a la cancha cada vez que juega Nacional”.

¿Cuántos de nosotros podemos decir que tuvimos la fortuna de asistir a las tres consagraciones de América, las tres Intercontinentales,  las dos Interamericanas y la Recopa?  Seguramente muchos tuvimos esa dicha. Pero Camilo nos supera. Él no vio sólo esto sino que le suma las cinco Copa Ciudad de Montevideo, la del Atlántico y la Copa Grandes del Río de la Plata en lo que hace a torneos internacionales oficiales. Además de esto se maravilló con el Quinquenio de Oro, el único Sexenio que ostenta club alguno en Uruguay y como si fuera poco las míticas Copa de Honor Rioplatense.

Camilo vio jugar a monstruos como Aníbal Paz, Domingo Da Guia, Aníbal Ciocca, José Sanffilippo, José Santamaría, Jorge Manicera, Sosita…Pero no solo eso, dada su condición de dirigente también compartió con ellos y cultivó amistad, entre otros, con el más grande. Atilio”.

El año en que nació Camilo, Nacional se proclamó Campeón Uruguayo, y el primer partido al que asistió –en el viejo Parque Central, el de madera- terminó con victoria tricolor por 2 a 0. Goles de Aurelio y Zoilo Saldombide” recuerda Pereira Urueña.

Mi padre no sabía ni cómo se jugaba al fútbol” nos cuenta Camilo. Fue un tío suyo casado con una hermana de mi mamá” quien lo acercó por primera vez a una cancha tras pedirle autorización a su padre.

-“Ricardo, quiero llevar a Lucho al fútbol conmigo” dijo este tío. 
-“Llevalo” fue la respuesta de su cuñado, para satisfacción de Camilo.

En el año 34 mi tío pierde a su señora. La hermana de mi madre muere al tener una nena, y mi tío no quiso ir más al fútbol. Con los años, a manera de agradecimiento por lo que había hecho por mí, lo llevé yo a la cancha” comenta Pereira. Tras este insuceso, Camilo pasa un tiempo sin ver a Nacional, cuando regresa –en el año 34, de la mano de su padre-Nacional vuelve a consagrarse Campeón Uruguayo. Como si lo hubiera estado esperando.

En determinado momento, su padre –cómo disculpándose- le dice “Lucho, yo no sé lo que es el fútbol, no tengo idea. Pero me da no sé qué que vos no vayas “. La respuesta no se hizo esperar: «si me llevás voy» dispara el niño de 11 años. «Papá era un santo. Se aburría de una manera espantosa» comenta Camilo, pero agrega una anécdota. En cierta ocasión ambos estaban mirando el partido desde la Tribuna América y escucha por dos veces la risa de su padre. Ante la pregunta del motivo de su risa, el padre –aquel desconocedor del fútbol- responde: “cómo no me voy a reír Lucho, ¡fijate el chiquilín ese! ¡Es divino! ¡Mirá lo que hace!». El chiquilín era Aníbal Ciocca.

Cada minuto que pasamos con Camilo nos adentramos más y más en la historia de Nacional. Evoca jugadores y momentos inolvidables de la institución en los que él fue partícipe. De su boca salen palabras de asombro para referirse a Manga, Artime, Zapirain, De León, Rinaldo Martino y desliza un comentario cargado de respeto y admiración por el histórico capitán de las selecciones uruguayas y de Nacional, José Nasazzi . Él se ponía delante suyo ¡y era Nasazzi!” exclama.

En ningún momento de la conversación confronta el fútbol “de antes” con el “de ahora”. Hay halagos para jugadores de todas las épocas, con el lógico destaque de aquellos que vio brillar en su adolescencia. Lo busco y le pregunto acerca de la pérdida por el orgullo de la camiseta. La respuesta es una acertada reflexión. «No se olvide que estamos viviendo un mundo totalmente diferente al del orgullo de la camiseta. Ese orgullo lo sentimos todos, pero todos también queremos mejorar en nuestro aspecto económico».

Nuestro entrevistado es un libro abierto. Un libro de la mejor historia. En un día tan especial para nuestra masa social, desde decano.com queremos homenajear, en la figura de Camilo Pereira Urueña a todos los socios tricolores. Gracias por continuar con esta aventura emprendida allá por1899.

Click aquí para ver la entrevista completa.

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