Con la intención de brindar la mayor información y las diferentes posturas de los principales actores políticos del club, compartimos una nota con el Ing. Claudio Puig.

Claudio Puig es el actual secretario general de la institución. Lo había sido también en el período anterior. Mantuvimos una entrevista con él en nuestro refugio de El Mesón, casualmente el mismo día que presentó su comité “6 a 0”.

Hace unos meses atrás manifestabas que no estabas muy seguro de seguir vinculado a la vida política del club. ¿Qué te detuvo en aquel momento y qué te impulsa hoy a retomar la actividad?

Lo que me impulsa hoy es el hecho de que existe una gran cantidad de gente con la que venimos trabajando desde hace un buen tiempo en el club, gente que lo hace de forma anónima y desinteresada, a la que de alguna manera quiero respaldar porque pretendo que continúen brindado su esfuerzo y capacidad en bien de Nacional. Son amigos con los que tenemos una visión común del club y a los que tengo que apoyar para que continúen su obra dentro de distintas comisiones, como la de Historia, Patrimonio y Básquetbol.

Lo que me había hecho dudar, y que de a ratos me hace reflexionar si mantenerme en esta decisión, es que la tarea de dirigente es muy desgastante, tenés que enfrentarte con muchas injusticias, y cuando uno está tratando de hacer las cosas lo mejor posible, esos planteos duelen.

¿Tenés decidido el apoyo a algún candidato?

Mi idea es respaldar esta gestión. Creo que se han hecho muchísimas cosas y falta terminar otras. El club ha pegado un salto desde todo punto de vista y es necesario continuar esta gestión para consolidarlo.

Entonces considerás positivo el balance de lo actuado.

Sin duda. A pesar de que hubo muchas cosas que se hicieron mal y otras tantas que tenemos en el debe, como el aspecto presupuestal, que no lo atacamos a tiempo, se avanzó en varios otros importantes para la actualidad y el futuro del club.

Dentro del debe podemos ubicar el tema de las altas de futbolistas. Se han realizado malas contrataciones, desatendiendo la eterna promesa de «pocos pero buenos».

Coincido plenamente. Creo que el entusiasmo muchas veces nos lleva a errar. Caemos con frecuencia en contratar por nombres o por trayectorias y no por el desempeño actual. Hoy apuntamos a que las contrataciones se hagan a través de la gerencia deportiva, en lugar de por intermedio de los dirigentes. Considero que ese es el camino, la llegada de los futbolistas debe canalizarse siempre por su vía natural, que es la gerencia deportiva. El entusiasmo ante la posibilidad de la obtención de un torneo internacional nos ha inducido a errores, propios de la pasión.

Año a año, se renueva la ilusión en lo internacional y volvemos a tropezar, a pesar que las diferencias entre los planteles -no en las remuneraciones sino en las condiciones-, no son tan grandes. ¿En qué le estamos errando?

Hay que modificar el estilo del fútbol uruguayo -que es a lo que estamos apostando con la contratación de Gustavo Munúa-, debemos perfilarnos hacia una escuela de mayor tenencia de pelota, de no correr la cancha y desgastarse sino que la que corra sea la pelota. Pasa por la mejora del rendimiento en la cancha, ese es el camino. De todos modos, esto no va a garantizar un triunfo internacional. Tengamos en cuenta que San Lorenzo -que es uno de los cinco grandes de Argentina- , estuvo a la espera de una conquista internacional desde 1960, que River Plate recién logró su tercera Libertadores en este 2015 y que hay equipos grandes como Racing que tienen una sola o clubes importantes de Brasil que no la tienen. El fútbol está cada vez más competitivo y las distancias se acortan.

Lograr esto, ¿no debería transformarse en una especie de Plan de Estado?

Hay políticas que el club debería tener, independientemente de la Directiva que asuma.

¿Se puede conseguir algo así?

Creo que sí. Es fundamental conseguirlo. Aquellos que somos amantes de la unidad del club, consideramos que es una obligación.

En este período se percibió una desunión en la interna del club. ¿Cómo lo viviste desde adentro?

Hay mucha gente joven. Los que pasamos los cincuenta, en un período de 25 años -el que va desde 1973 a 1997-, vimos a Nacional salir cuatro veces Campeón Uruguayo. Tuvimos el aliciente de dos Libertadores, y nos hicieron comer un quinquenio. Analizando esto, nos percatamos que lo que sucedía era que en el club había desunión y peleas intestinas, que les permitían a nuestros adversarios crecer a expensas nuestras. Durante el tercer campeonato consecutivo de Peñarol se registra la segunda elección de Ceferino Rodríguez, al que habían dejado más solo que al uno. Nadie pensó en el club en ese momento. Los que entramos a integrar los estamentos del club a partir de 1998 -en mi caso ingresé en el 2000-, aprendimos de esa lección. Hoy hay un recambio de generación, que llega con una realidad de vida completamente distinta. Nacional, en lo que va desde 1998 al día de hoy ganó diez campeonatos, tuvimos un tri-campeonato y dos bi-campeonatos. ¿Cuál es el gran cambio que se gesta en 1998?: La unión del club. Hoy veo que hay un grupo de jóvenes que se acostumbró a ganar, y que producto de la fuerza propia de la edad se creen dueños de la verdad absoluta y con la capacidad de censurar y criticar todo lo que los rodea. Ojalá que no volvamos a vivir tiempos pasados y logremos hacer de la unión un culto.

¿Se va a hacer más difícil manejar un club que triplicó su caudal de socios?

Sin dudas, pero estamos contentos con esa multiplicación de la masa social.

¿Cuál fue el peor momento de esta Directiva?

Hay varios momentos feos. Deportivamente, sin duda el 5 a 0, que tiene a su favor el que nos hizo reflexionar y posteriormente ganamos todos los clásicos que se disputaron. La Asamblea por el Parque Central fue un momento triste. Estamos insertos en un país que actualmente no respeta las mayorías y en el que las minorías se creen con el derecho de avasallar a los demás. En esa Asamblea hubo una votación democrática, que arrojó un resultado que ahora se pretende cambiar convocando a otra Asamblea, cosa que es válida. Son las reglas del juego y hay que aceptarlas, pero lo importante en esto es no dañar al club. Siempre he sostenido que la condición necesaria para ser directivo de Nacional es querer al club más que a uno mismo. Hay que cuidarse de los personalismos y de cómo se manejan.

¿Qué te interesaría promover en una nueva gestión?

Concretar el proyecto de Los Céspedes, culminar el Parque -tenemos el compromiso de transformar al Parque Central en el mejor estadio de Uruguay-, continuar con la reforma iniciada en formativas y trabajar sobre el aspecto estatutario. Es necesario aggiornar al club a la cantidad de socios que tiene hoy. El actual es un club distinto al de 1980, considero que tenemos un estatuto perimido al que hay que modificar. Quiero alcanzar los cien mil socios y lograr el ansiado club social. Además me gustaría ver el básquetbol de Nacional con una estructura tal que le permita, en cuestión de tres o cuatro años, competir en la Liga Uruguaya con chance de ser campeón, jugando de local en nuestra cancha.

Para concretar la mayoría de los anhelos que comentás, se necesita dinero. ¿De dónde sale ese efectivo que hasta ahora no hemos tenido?

De la imaginación, de buscar recursos como se hizo en el Parque con la venta de los palcos, o con los mecenas para llevar adelante el proyecto de la cancha de césped sintético en Los Céspedes. Como se está haciendo actualmente con la opción del Tricosocio y acentuando las acciones de marketing. En definitiva, tenemos que empezar a buscar recursos.

¿Que no pasan por bajar el presupuesto?

Sí, ese es otro camino por supuesto. En julio logramos una baja efectiva del presupuesto del orden de los ciento cincuenta mil dólares. Nacional tiene que tener un coste del entorno de los ochocientos a novecientos mil dólares mensuales. En diciembre tendremos la oportunidad de bajar otros cien mil. A esto se suma la optimización proveniente de un camino que hemos emprendido recientemente, que es el comenzar a profesionalizar la gestión. Hoy contamos con un gerente general, un gerente financiero, una gerencia de operaciones y una deportiva. Nacional se está transformando en un club de gestión profesionalizada, que está empezando a dar sus frutos con la optimización del presupuesto. Este es otro logro de esta administración. Lo otro que tiene que hacer Nacional es ganar, ese es el mejor negocio para un club deportivo. Ganar te permite avanzar en la Libertadores, y es a eso a lo que tenemos que apostar a través de nuestras formativas, establecer un estilo de fútbol que nos permita ser competitivos, dejando de lado definitivamente el voluntarismo de traer jugadores.

¿Qué cambios considerás que se deberían realizar en los estatutos?

Como primer punto; hoy en día es imposible cerrar un balance y pretender una aprobación de Asamblea a los treinta días. El plazo es muy exiguo. Creo que lo primero que hay que hacer es postergar y separar las fechas de Asamblea y Balance para que se pueda trabajar más tranquilo y poder presentarle al socio datos más completos. El club cierra ejercicio el 31 de octubre y la Directiva tiene que presentar el balance para su consideración el 30 de noviembre, ya desde el inicio es insuficiente el tiempo.

Otra cosa a cambiar son los números y porcentajes de las mayorías y minorías necesarias para lograr un cometido, es necesario aggiornarlo al actual padrón social, mucho más extenso en número que el de tiempos anteriores. 

Habría que estudiar un poco más el tema de las categorías de socios, e incluso crear alguna distinta, que le permita al club otro manejo en relación al marketing, además es imprescindible ajustarnos a la legislación actual. Yo no soy abogado, pero hay profesionales que me han hecho notar que existe un desfasaje entre las interpretaciones que se tenían en cuenta en los años ochenta y las actuales.

¿Cómo se logra eso?

En principio, la Directiva debería encargarle un proyecto a la Comisión de Estatutos. Una vez que el mismo esté elaborado se convoca a una Asamblea Extraordinaria y dependerá de la decisión de la misma la aprobación o no de los cambios.

¿Notás disposición de otros integrantes de la Directiva para impulsar un cambio?

En la Directiva anterior también existía inquietud por llevar adelante ciertos cambios, pero -al igual que en la actual-, no logramos realizarlos. También habría que tratar lo relativo al básquetbol.

¿Fortalecer al básquetbol?

El básquetbol ya es una tradición en el club, pienso que sí, que habría que fortalecerlo y darle su independencia.

Un tema que puede parecer menor pero es de importancia para el hincha, es la lucha por esclarecer el decanato y afirmar el concepto de Nacional Rey de Copas.

En la administración anterior, un poco a iniciativa mía, se creó la Comisión de Historia y Estadística, que está trabajando fuertemente en estos temas. Lo que nos interesa hacer destacar y respetar en este momento es la cantidad de campeonatos oficiales con los que cuenta Nacional, que es el club que ha obtenido más en Uruguay.

Pero los trabajos de la Comisión de Historia no son resolutivos, para darle un tinte oficial deben pasar por Directiva.

Pasan por Directiva y son apoyados. Con el soporte de la Directiva se han entrevistado con la cadena Fox Sport y enviado material a la Conmebol. Creo que se han logrado cosas a partir de que el club creó un ámbito dónde defender nuestra historia. No podemos pretender obtener logros de un día para otro cuando en cien años de historia no se había llevado adelante ninguna acción. Hemos logrado avances a nivel de reconocimiento en la prensa, eso es incuestionable.

¿Sentís que Nacional viene siendo perjudicado por los arbitrajes a nivel nacional e internacional?

Nacional había perdido mucho terreno a nivel de la AUF y de los organismos. Había perdido presencia…

Para vos, ¿ no es una leyenda urbana?

No, no lo es. Se había perdido peso desde el Comité Ejecutivo, pasando por todas las órbitas de la AUF y los distintos organismos que la componen. Te doy un ejemplo, tanto Nacional como Peñarol tenían un representante rentado, uno era Guillermo Piedracueva y el otro Hernán Navascués. Tras la renuncia de Navascués, Piedracueva se mantuvo en el cargo. Hoy Nacional se está haciendo respetar en la AUF. El que crea que los partidos se juegan solo dentro de la cancha está equivocado, se disputan en todos los ámbitos, y Nacional se ha fortalecido y ha logrado cambios a su favor. De todos modos, aún resta mucho por hacer. Si bien lo de los arbitrajes es una cuestión para seguir de cerca, hay que tener en cuenta que nuestros jueces hoy están mal entrenados y con una capacitación que no es la ideal. Es necesario actuar allí, donde tenemos carencias técnicas y físicas. Va a ser más fácil que se equivoque un árbitro si está mal entrenado. Hoy es notorio que nuestros jueces tienen problemas logísticos para cumplir su función.

A nivel Sudamericano, ¿somos rehenes del enfrentamiento que sostiene Carlos Alarcón con Uruguay?

Somos un piojo a nivel internacional, y ha quedado demostrado que el fútbol mundial no es limpio. Igualmente estamos trabajando a nivel de Conmebol para hacer respetar al club, aunque, como dijimos hace tres años, las cosas no se logran de la noche a la mañana. Uruguay no genera dinero por concepto de televisión, ni atractivo. Siempre digo que es conveniente jugar en el Centenario a nivel internacional porque la Conmebol mide a los equipos en base a la cantidad de entradas que vende. Soy un defensor del Parque Central, pero hay una realidad incontrastable; cuando jugamos en nuestro estadio, a la Conmebol le ingresa menos dinero.

Ernesto Flores

decano.com

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