Nuestro rival tiene un zaguero hijo de madre uruguaya y el DT fue jugador de Nacional.
El próximo rival de Nacional en la Copa Sudamericana ha tenido un año bastante irregular – y esto tiene dos caras-. Por un lado, significa que el club no ha tenido un desempeño superlativo; por otro, significa que puede dar la espalda al campeonato local sin grandes perjuicios y poner el foco exclusivamente en la Copa Sudamericana.
En el campeonato estadual, que ocupa los primeros meses del año en Brasil, obtuvo el tercer puesto en el grupo C de la Taça Guanabara (una especie de Torneo Apertura, pero dividido en grupos como el Intermedio) – un mal resultado, ya que cada grupo tiene apenas dos equipos considerados “grandes” y el líder terminó con apenas 9 puntos en 15 disputados. En cambio, tuvo un gran desempeño en la Taça Rio (una especie de torneo Clausura), ganando 14 puntos (de 18 disputados) en su grupo y coronándose campeón. Sin embargo, a la hora de definir el título, cayó ante Vasco en la semifinal. Fluminense tuvo al goleador del campeonato, el delantero Pedro, de 21 años, quien terminó siendo uno de los destacados del campeonato brasilero.
Por el torneo Nacional, Fluminense se encuentra en la mitad de la tabla. Está noveno, seis puntos arriba de la zona de descenso, pero nueve puntos abajo de la zona de clasificación para Copa Libertadores, a falta de nueve partidos. Tiene más derrotas que victorias (12 a 10) y luego de la mitad del torneo tuvo un mal momento que lo acercó a la zona de descenso. En setiembre recibió además un duro golpe: Pedro sufrió una lesión en el ligamento cruzado y fue operado, con un tiempo de recuperación estimado en seis meses.
Los altibajos del equipo se reflejan en los últimos resultados del torneo. Sus cinco últimos resultados son una derrota como visitante contra Atlético Paranaense (ojo, el equipo subió en la tabla, está octavo y puede ser el rival si Nacional avanza a semifinales); una victoria contra Chapecoense en el Arena Condá (en zona de descenso por un punto); una derrota en casa contra Gremio; una goleada, también en casa, sobre Paraná, equipo que va último, demasiado abajo, virtualmente descendido; y una derrota mayúscula en el clásico ante Flamengo (3 a 0).
Institucionalmente, el club vive un momento financiero bastante complicado. Durante años, tuvo la asociación con el grupo médico Unimed, quien ponía recursos – y se dice que incluso pagaba a “sus” jugadores en forma separada, sin pasar por el presupuesto del club. Solamente en impuestos, el club debía R$ 426 millones en 2017 – un monto superior a los 110 millones de dólares. También en 2017, el club tuvo ingresos de R$ 227 millones (siendo 107 millones en derechos de TV y apenas 20 millones con entradas y cuota de sócios).
“Fluminense es un equipo en formación, y el entrenador promueve la rotación constante de jugadores”, comenta Rawlyson Dias, profesor de Educación Física e hincha del tricolor carioca. “Otra característica del equipo es que hay mucho espacio para utilizar jugadores de la cantera”.
El equipo puede jugar con línea de tres o con línea de cuatro en el fondo. Para vencer a Chapecoense y a Deportivo Cuenca, jugó con línea de tres; en la derrota contra Gremio utilizó línea de cuatro, pero cayó por 1 a 0 con un gol en la última jugada del partido.
Una de sus fortalezas está en la zaga que conforman Digão y Gum, quienes se destacaron ya en 2009 cuando el equipo venía bastante mal en el campeonato brasilero y al final tuvo un arranque que le permitió escapar del descenso. Digão sufrió una lesión y casi dejó el fútbol, pero se recuperó y tuvo un paso por otros equipos; Gum está en Fluminense hasta hoy y tiene más de 400 partidos en el club. Son bastante fuertes en el juego aéreo y con frecuencia anotan goles.
Otro punto fuerte es el mediocampista ecuatoriano Junior Sornoza, muy querido por la hinchada del tricolor carioca, ausente de algunos partidos por ser convocado para jugar por la selección de su país. Y el zaguero Roger Ibañez, hijo de madre uruguaya, es otra de las jóvenes promesas que tuvo destaque en 2018.
El DT Marcelo Oliveira es un conocido nuestro. Como jugador, defendió a Nacional en la temporada 1982, y su estreno fue ante Huracán de Parque Patricios, saliendo desde el banco de suplentes y anotando un doblete. Fue titular en la Copa de Oro y en apenas dos partidos del campeonato uruguayo. Sumó 23 partidos y 5 goles con la camiseta más linda. Como entrenador, se destacó en Coritiba en el año 2012, cuando llegó a tener 24 victorias consecutivas (contando partidos de campeonato paranaense y Copa do Brasil). En Cruzeiro, fue bicampeón brasilero (2013/14), siendo que el segundo título fue conquistado cuatro jornadas antes del final del torneo. En 2015 llegó a Palmeiras y lo enfrentamos dos veces en 2016: una en la pretemporada (0 a 0, con victoria de Nacional por penales) y otra por la Copa Libertadores (2 a 1 en el Allianz Parque, goles de Nico López y Leandro Barcia). Para el segundo partido de Copa ya no estaba: fue cesado por los malos resultados.
Manoel Castanho
Foto: imperiofutbolec.com
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