Eugenio Galvalisi Elola es, probablemente, uno de los más inolvidables seres humanos que vistió la camiseta del Club Nacional de Football.

Eugenio Galvalisi, el «Pato», estaría cumpliendo hoy 15 de noviembre, 98 años. Seguramente los festejaría en el Parque, o en Los Céspedes o en la Sede, o en la Casona de Juveniles que lleva su nombre, porque el «Pato» respiró Nacional hasta su último día.

Galvalisi nació un 15 de noviembre de 1915 en Salto, departamento que ha entregado y sigue entregando al Decano, camadas de jugadores con una calidad extraordinaria. Fue campeón de Salto con Ferrocarril en 1933 y vicecampeón del litoral con la selección en ese mismo año. Se le negó la posibilidad de llegar a Nacional al año siguiente porque en el club ya había cuatro jugadores en su puesto: Ricardo Faccio, Miguel Andreolo, Luis «Habitante» Martínez y Legorburo. Años después, los tricolores pagarían un precio récord para la época para hacerse del concurso de quien comandaría la línea media de la mejor época del Club Nacional de Football.

Un tipo noble como pocos

El «Pato» llegó a Nacional en 1938, en el mismo año que ocupara la dirección técnica el escocés Mr. Reaside. Galvalisi cuenta una anécdota, sobre un diálogo sostenido con «el míster» que deja en claro la dimensión humana del inolvidable Pato. «Mr. Reaside tenía unas concepciones muy particulares sobre tácticas y sistemas. Él quería un «centrojás» recostado, esperando contra los backs, y yo era un centro-medio atacante, que gustaba respaldar a los forwards. Así fue, incluso, que le hice tres goles a Defensor en un partido. Evidentemente, yo no le servía al técnico y así se lo dije: «Mire, míster, para lo que usted quiere, el ideal es Ricardo (por Faccio), yo no tengo problema en quedarme en el banco».

Por unos quilos de yerba

Aquella máquina del Quinquenio está plagada de anécdotas que se pierden en el tiempo. Rescatamos una que involucra a tres de aquellos monstruos: Atilio, Zapirain y Galvalisi. Cuenta el Pato que «una conocida firma distribuidora de yerba obsequiaba un balde de 5 kilos al autor del último gol del partido. Como comprenderá, se la llevaba casi siempre Junín. Hasta que un día, mi señora me pidió si no podía ganar uno y me puse de acuerdo con Zapirain. Faltando diez o quince minutos, lo empezaba a buscar a él, mientras Atilio -que siempre la quería, así lleváramos 15 goles- se desesperaba pidiéndomela. Yo nada, mirando siempre a Zapi a la espera que se cortara para meterle el pase. Así pasó muchas veces: gol de Zapi y la lata de yerba para mí. Atilio nunca lo supo…»

Eterno Campeón

Eugenio Galvalisi fue Campeón Uruguayo con Nacional en 1939, 1940, 1941, 1942, 1943, 1946, 1947 y en 1948 integraba el equipo que iba primero cuando la huelga de jugadores interrumpió la disputa del torneo. Tres veces Campeón del Río de la Plata (1940, 1942 y 1946), Campeón de la Copa «Willingdon» (1938) y Campeón Sudamericano en 1942. Pero sus conquistas no se detuvieron aquí. Al Quinquenio como jugador, le agrega uno como DT de formativas. Entre 1956 y 1960 estuvo al frente de la «Quinta» campeona de todo. Volvió a dirigir a los botijas tricolores en 1970, donde nuevamente encabeza una demoledora Quinta División. Ese año Nacional marcó 55 goles – 23 los anotó Hebert Revetria y 22 Washington Olivera- y recibió apenas 12. Fue el responsable de acercar al club a Darío Pereyra en 1971 y se retiró cuando llegó a hacerse cargo de las Formativas Don Miguel Ignomiriello. En 1974, el club lo designa Supervisor de todas las categorías juveniles, haciendo justicia con un jugador, técnico, pero por sobre todas las cosas un ser humano irrepetible.

Ernesto Flores
decano.com

Las anécdotas de Eugenio Galvalisi fueron extraídes del fascículo nº 58 de «Estrellas Deportivas» de El Diario

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