El día 26 de agosto, cumplió (los gigantes como él no mueren nunca) 100 años. Se llamaba Atilio Ceferino García, aunque basta decir Atilio para que todo el mundo se ponga de pie y se quite el sombrero

Liverpool, con 50 goles, fue el club que más lo sufrió. Al tradicional rival le fue “mejor”, recibió “sólo” 34 (ninguno de penal). Roque Gastón Máspoli, con 26 goles en contra, tiene el honor de ser el arquero más vencido. 51 goles recibieron los clubes argentinos, siendo San Lorenzo, con 9, el club más vapuleado. Los clubes chilenos fueron 12 veces a buscar la pelota al fondo de la red, 5 los peruanos, 3 los brasileños, 3 los bolivianos y una los ecuatorianos.

En 148 oportunidades convirtió 1 gol, en 94 convirtió 2, en 26 marcó 3, en 9 (una de ellas al tradicional rival) marcó 4 y en 3 anotó 5. Su promedio de gol por partido fue de 1,071. En el año 1946 convirtió la friolera de 44 goles en 33 partidos, promediando, ese año, ¡¡1,3333 goles por partido!! En los 435 partidos que jugó en el primer equipo tricolor convirtió 464. Con la camiseta que amó en el pecho, marcó 329 goles oficiales. Por el Campeonato Uruguayo, del cual fue goleador en 8 temporadas, le regaló a los hinchas del Decano 210 goles en 206 enfrentamientos, alcanzando, nuevamente, un promedio superior a un gol por partido. También fue mayor que uno su promedio de gol por el Torneo de Honor. Jugó, en total, 26 torneos oficiales locales independientes y en 17 de ellos marcó más goles que los partidos en los que participó. Ah, un detalle “menor”: no pateaba penales.De los 279 partidos en los que convirtió goles, Nacional ganó 231, empató 27 y perdió 21.

Contando las 10 ediciones del Torneo de Honor que van desde 1941 a 1950, constituido por la suma de puntos del Torneo Competencia y de la primera rueda del Campeonato Uruguayo, el número de torneos oficiales locales en los que participó se eleva a 36. ¡¡¡Fue campeón en 18!!! Además, obtuvo un título oficial local más, que Nacional compartió con otro club, a lo que hay que agregarle también que fue “primero” pero no “campeón”, de acuerdo a lo proclamado por la AUF, en el Campeonato Uruguayo suspendido de 1948. En resumen 20 títulos oficiales locales sobre 36 posibles. A ellos hay que sumarle tres títulos oficiales internacionales (Copas Río de la Plata de 1940, 1942 y 1946) y uno más compartido (Copa Escobar Gerona de 1945 compartida por Nacional y Boca Juniors) De esta forma, cosechó ¡¡¡24 títulos oficiales!!!

Sin ninguna duda fue, lejos, el más grande de todos.

Hoy 26 de agosto, cumple (los gigantes como él no mueren nunca) 98 años. Se llamaba Atilio Ceferino García Pérez, aunque basta decir Atilio para que todo el mundo se ponga de pie y se quite el sombrero.

¡¡Feliz cumpleaños “Bigote”!!

decano.com


Los recuerdos siempre están ahí. Amontonados y en desorden solo esperan el impulso que “sepa arrancarlos”.

Ese impulso en lo que a mis recuerdos se refiere estuvo hace poco dado por una vieja foto de un joven Atilio García aparecida en la pág. 2 de El País deportivo del 20 de enero pasado.

Allí estaba el hombre con toda su pinta juvenil. Sus clásicos bigotes y el mechón del jopo bien peinado. Se ve claro que aún no había entrado a matar. Su cabeza goleadora no había sacudido el balón. Si así hubiera sido aquel típico manojo de cabellos ya estaría cayendo desordenado y rebelde sobre su frente ganadora.

Ese muchacho de la foto era un argentino de Junín. Vino para jugar al fútbol. Vivo, no se fue nunca más de esta tierra. Muerto, ha quedado para siempre grabado en el recuerdo de las muchedumbres futboleras.

Durante más de diez años jugó en el Club Nacional. Fue goleador de los torneos uruguayos en diez oportunidades y dentro de los tantos campeonatos que a golazo limpio contribuyó a ganar se encuentran los cinco del “Quinquenio de oro”.

Nadie ha podido siquiera arrimarse a su marca inalcanzable de 22 goles goles convertidos en clásicos por el Uruguayo.

Atilio fue dentro de la cancha un símbolo de hombría, la guapeza sin alardes, la parquedad y la modestia.

Nacional tiene una gran sede. Es un club cargado de glorias y de héroes deportivos. Sin embargo pocos son aquellos cuya imagen fotográfica que los muestra de cuerpo entero y tamaño natural luce en los muros de la casa Tricolor. Uno de esos tres o cuatro inolvidables es Atilio García.

Mirando la foto del diario del diario del 20 de enero, a su impulso, he recordado dos partidos de Atilio, de los que yo vie, el primero y el último.

Al primero me llevó mi padre siendo yo un niño. Recuerdo que aquella noche Nacional ganó 2 a 1. Atilio hizo un gol y fueron expulsados Porta y Raúl Rodríguez.

Al último fui como una despedida y un homenaje al viejo Atilio ya con un pie en la historia.

La juventud y Nacional ya habían pasado. Junín caminaba hacia el retiro jugando en Liverpool.
Fuimos a la Ámsterdam para verlo bien de cerca, por lo menos cuarenta y cinco minutos.
Atilio ya viejo no jugó bien. Su rival de esa tarde era Penarol con un buen equipo. Su físico ya no respondía. Su pique corto en el área, el salto siempre exacto y el cabezazo fulminante eran cosa del pasado. De sus atributos el viejo gladiador solo conservaba su enorme corazón y dos ¿o tres? cosas más.

Con ellos fue al frente. Al borde del área, sobre la Ámsterdam adelantó la pelota como un poco de más. Esperó que llegara el defensa para el trancazo directo y frontal y metió justo, limpia pero fortísima la vieja pierna llena de cicatrices. Se la llevó. Sin apuros pero sin retardo repitió la maniobra. Otra vez el empujoncito largo hacia la “guinda”, otra vez la espera del león y de nuevo el encontronazo que volvió a ganar. El tercero fue el choque más duro. Fue a él sin apuro y sin miedo, con la fe y la serenidad de los machos de verdad. Su pierna, ya vieja pero aún fuerte cantó flor. La pelota mansa, exprimida derivó hacia el flaco Abreu, aquel de la boina blanca y las canillas finas que la metió.

Alguien que quiso ser gracioso o quedó con bronca musitó:

–    ¡Qué tres moñas se mandó!

Detrás nuestro se oyó una voz que en tono de grappa con limón contestó:

–    Pa’hacer esas tres moñas botija, hay que ser tres veces guapo.

Fútbol desde la torre, Gerardo Muller García.
El País, 2 de febrero de 1997.

Caricatura: Jaime Clara/http://arteycaricaturas.blogspot.com/2014_05_01_archive.html

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